Nuestro propósito es estar plenamente en el “ahora”
para estar alineados con nosotros mismos en este momento. Lo más importante que
debemos reconocer es lo siguiente: tenemos un propósito interno y otro externo
en la vida. El propósito interno se relaciona con el Ser y es primario. El
propósito externo se relaciona con el hacer y es secundario. Nuestro propósito
interno es permitir que la conciencia fluya en lo que hacemos, es traer a este
mundo una nueva dimensión permaneciendo en unicidad consciente con la totalidad
y en armonía consciente con la inteligencia universal. A medida que te haces
más consciente de este único paso, te vas dando cuenta de que contiene todos
los demás, incluyendo el punto de destino. Entonces este paso se convierte en
la única expresión de la perfección, un acto de gran belleza y calidad. Te
habrá llevado al Ser, y la luz del Ser brillará a través de él. Esto es al
mismo tiempo el propósito y la culminación de tu camino, el camino hacia ti
mismo de realización verdadera. El propósito externo (secundario) es llegar a
una meta en la tierra, lograr lo que decides hacer, alcanzar esto o aquello, lo
que implica proyectarse al futuro.” Dice Eckhart Tolle, y advierte: “Si el paso
que das hacia el futuro, absorbe tanto tu atención que se vuelve más importante
que el que estás dando en este instante, te acabas perdiendo el propósito
interno (o primario) que no tiene nada que ver con el lugar al que vas o con lo
que estás haciendo, sino con el lugar en el que estás y cómo actúas.” Es
importante no descuidar nuestra conexión con cada momento y fluir con él. Cada
uno de esos pequeños instantes consecutivos configuran nuestra vida, son los
que nos llevan a la felicidad y nos acaban conduciendo a nuestro destino, sea
el que inicialmente nos planteamos o no. La misión nos inspira para dirigirnos
adonde deseamos (propósito externo), pero es el “cómo” el que nos permite fluir
con cada momento (propósito interno), aceptando cada circunstancia y sin pensar
en lo que nos proporcionará el siguiente. “El propósito externo pertenece a la
dimensión horizontal del espacio y el tiempo, mientras que el propósito interno
concierne a una profundización de tu Ser en la dimensión vertical del Ahora sin
tiempo”, dice Tolle. “Tu viaje externo puede constar de un millón de pasos,
pero tu viaje interno sólo tiene uno: el paso que estás dando en este preciso
instante. Cuando te haces consciente de la importancia de ese único paso, te
das cuenta de que contiene en si mismo a todos los demás, transformándose en
una expresión de perfección, un acto de gran belleza y calidad.” “Te habrá
llevado al Ser y la luz que ese Ser desprende, brillando a través de él,
convirtiéndose a la vez en el propósito y el logro de tu viaje interno.
¿Importa en realidad si logramos nuestro propósito externo, si “triunfamos” o
“fracasamos” en el mundo? Sólo te importará mientras no hayas logrado tu propósito
interno. “Todo propósito externo está condenado a fracasar tarde temprano,
simplemente porque está sujeto a la ley de la falta de permanencia de todas las
cosas. Cuanto antes te des cuenta de que tu propósito externo no puede darte la
realización duradera, mejor. Cuando has visto las limitaciones de ese propósito
externo, renuncias a la expectativa irreal de que eso es lo que debería hacerte
feliz y lo subordinas a su propósito interno.” La vida es eso que nos sucede
mientras hacemos otros planes. Jhon Lenon.
Autora: Marisol Garrido
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