Cada ser humano lleva dentro de sí una herencia cósmica, porque somos minúsculos hologramas de todo el universo. Nuestra carne es polvo de estrellas, y nuestra mente refleja la luz radiante del Creador. Toda la información de vida está oculta en las canteras de nuestro ADN. Y sin embargo…nosotros todo lo ignoramos sobre nosotros mismos. ¿Quiénes somos? ¿Por qué estamos aquí?
En este momento estamos siendo preparados para un cambio dimensional, una experiencia totalmente desconocida para el hombre. No se trata de algo opcional, puesto que este salto cuántico involucra al planeta en el que vivimos, a nuestro sistema solar y a la galaxia entera, porque para ellos ha llegado el momento de elevarse un escalafón en su escala evolutiva. A los humanos solo nos queda la opción de aceptar los cambios y dejarnos llevar por la corriente, bien sea disfrutando del recorrido; o infructuosamente luchando por mantener en pie un sistema resquebrajado que se desmorona, y unas instituciones, podridas hasta los cimientos, que ya han entrado en proceso de demolición.
La pregunta que todos se hacen es: ¿Qué va a ocurrir con nosotros? Lo explicaremos mediante la siguiente imagen: consideremos el potencial del humano como un CD que contiene distintas piezas de música. En esta realidad tridimensional nuestro aparato de CD ha estado descompuesto por milenios, y solo nos ha dejado escuchar la misma canción, que se repite una y otra vez. Esa pieza musical es un lamento llamado la “Canción del Olvido”. En ella música y letra se unen para crear una atmósfera de escasez, insatisfacción, dolor, enfermedad, y muerte. La canción narra la historia del aprendizaje a través del sufrimiento, que tiene como telón de fondo la dualidad. Los actores, que desarrollan la acción, han asumido por completo su papel, representando experiencias de: soledad, lucha por la supervivencia, miedo, dolor, y frustraciones, y además han accedido a encadenarse a todo tipo de limitaciones.
En un par de años más nuestro CD dejará de repetir esa música sombría, y pasará a tocar la pieza alegre y festiva, del siguiente surco. La melodía entonces será dulce, y el ritmo más acelerado. Desde luego muchos no aceptarán el cambio, porque prefieren escuchar lo conocido, y seguir en el oficio de rumiar sus penas. Tampoco desean soltar el pesado morral de sus creencias, diseñadas para la limitación. Naturalmente ellos también están convidados a bailar con la nueva música, pero, llevando una carga tan pesada nunca podrán seguir el paso ligero de los otros bailarines, ni tampoco serán capaces de elevarse con el viento, hacia la libertad.
La composición musical que oiremos en el siguiente surco son las “Variaciones, sobre el Tema del Amor Incondicional” que tienen como autor al Todopoderoso. Las vibraciones de esa melodía nos transforman, y la armonía pondrá las bases de una nueva creación. Con esa música sublime, la alegría disipará todo remanente de tristeza, florecerán las relaciones, convirtiendo el compartir en un ritual sagrado de aceptación del otro, respeto, y valoración. Envueltos en la frecuencia del amor incondicional alcanzaremos la felicidad. Pues viviendo en la actitud de dar lo mejor de mí, recibiré lo mejor de los demás, porque esa es la cosecha correspondiente a las semillas que he sembrado.
El amor nos llevará de vuelta a la unidad y a la comprensión de totalidad. El amor es el pegamento universal que unirá todos los fragmentos dispersos de nuestro ser, y nos brindará la comprensión de lo que realmente somos: el Creador en forma humana. En el amor se avivará nuestro potencial como creadores, y entonces podremos disfrutar de todas las piezas incluidas en nuestro CD, e inclusive escoger la que nos apetezca.
Surge otra pregunta: ¿Qué tengo qué hacer yo para que mi CD deje de repetir “La Canción del Olvido” y pase al siguiente surco de felicidad y celebración? Lo primero que debes hacer es aceptar el cambio y enfocarte en lo nuevo. Deja atrás todo lo que te encadene al sufrimiento: tus juicios, tus creencias, tus rencores. Sana tus heridas, limpia tus pensamientos, cambia tus actitudes, y prepárate, porque el viaje por los caminos del dolor está a punto de concluir; mientras que el festival de la vendimia del amor apenas comienza.
Hortensia Galvis
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