Influencia del amor, la compasión y
la bondad
La bondad, la compasión, el amor,
afectan positivamente la salud. Sus efectos se han comprobado especialmente en
diversos temas que a continuación pasamos a detallar.
Degeneración muscular
Con el envejecimiento los músculos se
degeneran, pero también se renuevan porque sus células se reconstituyen
naturalmente. Las células madre son responsables de este fenómeno. Por otro
lado, el ejercicio físico impulsa la regeneración muscular y por ello quienes
realizan algún tipo de disciplina deportiva se mantienen en forma y más
dinámicos.
Pero científicos de la Universidad de
California pudieron establecer que las células madre no consiguen transformarse
en células musculares cuando no hay considerable oxitocina. Y en esta situación
los músculos no pueden regenerarse, se debilitan y envejecen con mayor rapidez.
Actos amables y amorosos como un
abrazo han demostrado un efecto generativo en la producción de esta hormona.
Por lo tanto puede afirmarse que la oxitocina colabora en el rejuvenecimiento
de los músculos de tus brazos, piernas y tu corazón.
Tono vagal
El nervio vago -componente principal
del sistema nervioso parasimpático que atraviesa la región cervical, el tórax y
la cavidad abdominal- refleja nuestra salud y el estado físico, y cumple una
función muy importante en el envejecimiento, específicamente en su retraso.
Un tono vagal bueno ayuda a que
nuestro cuerpo descanse convenientemente y digiera los alimentos para
nutrirnos, además de la regeneración del organismo, y también asiste a los
órganos para que funcionen armónicamente entre ellos.
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Así que el tono vagal nos preserva de
los efectos del envejecimiento, pero en el caso de que sea bajo el tono vagal
disminuye la función defensiva que cumple normalmente.
En un estudio realizado en la Universidad
de Carolina del Norte (EE.UU.) en el que participaron 65 personas se ofrecieron
durante mes y medio clases diarias de meditación conocida como mettā o “de la
bondad amorosa”. Al compararse los resultados con un grupo de control que no
hacía dicha meditación, se observó que el tono vagal se había elevado
considerablemente en aquellas, pero no en el grupo de control.
Es decir que la compasión, el
pensamiento de bondad y de afecto son una buena forma de aumentar nuestro tono
vagal y así podemos retrasar el envejecimiento.
Radicales libres y oxitocina
La oxitocina desempeña, nuevamente,
una función vital de primer orden: conserva la piel joven y saludable, y si no
llega en la medida conveniente a la piel, esta envejece con mayor rapidez. Y si
existen niveles de estrés elevados, con preocupación e ira, sumados a estilos
de vida alejados de una buena dieta y de prácticas bondadosas, la hormona en
cuestión se reduce y el conocido estrés oxidativo es el resultado inevitable.
Como ya se ha dicho, la bondad, la
amabilidad, producen la oxitocina que limpia los radicales libres y de este
modo se retrasa el envejecimiento cutáneo.
Óxido nítrico
El óxido nítrico es fundamental para
tener una circulación saludable, a fin de que la sangre y los nutrientes
lleguen a los músculos, la piel, el corazón, los pulmones y el cerebro. Tal
como se ha visto anteriormente con otros elementos, sus niveles también se
reducen con el envejecimiento, con lo cual, por ejemplo, se ve incrementado el
riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer. De ahí que
mantener alto este mensajero biológico podría ser una de las mejores defensas
contra la demencia.
Además de la actividad física y la
nutrición con alimentos como alubias, nueces, pistachos, espinacas, arroz
integral, remolacha, un estudio estableció que veinte minutos de meditación
sobre la amabilidad o la bondad amorosa son suficientes para aumentar los
niveles de óxido nítrico. Por la misma razón, los pensamientos bondadosos
ayudan.
En resumidas cuentas, arterias
saludables y tensión arterial baja se consiguen con la bondad, el afecto, la
compasión.
Telómeros
Según puede verse en una publicación
del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano (EE.UU.), “un
telómero es el final de un cromosoma” y “los telómeros son secuencias repetitivas
de ADN no codificante del cromosoma que protegen de cualquier daño. Cada vez
que una célula se divide, los telómeros se acortan. Con el tiempo, los
telómeros se vuelven tan cortos que la célula ya no puede dividirse”.
Esto nos demuestra que los telómeros
son indicadores de la edad biológica y un baremo importante en la cuestión del
envejecer. Por esta razón retardar su deterioro es una eficaz forma de demorar
el envejecimiento desde el punto de vista genético.
Estrés, dieta, estilo de vida, actitud
y comportamiento son los responsables de su alteración, que se puede ralentizar
con una actitud positiva frente a los factores estresantes cotidianos.
Todo acto de bondad o amabilidad
ayuda a mantener bajos los niveles de estrés. Por consecuencia afecta a la
longitud de los telómeros.
Es lo que se observó en una
investigación realizada en el Hospital General de Massachusetts en la que se
midió la longitud de los telómeros de quince meditadores experimentados en la
práctica de la bondad amorosa y de otras veintidós personas de la misma edad
que no meditaban.
El estudio reveló que los primeros
tenían telómeros mucho más extensos que los no meditadores, en particular las
mujeres. Una vez más, el amor, la bondad y la compasión reducen el
envejecimiento, en este caso desde el punto de vista genético.
Inmunosenescencia
Una de las consecuencias de que nos
hagamos mayores es la llamada
inmunosenescencia, que no es otra cosa que el deterioro gradual del
sistema inmunológico. Igualmente que el resto de procesos del envejecer, no
viene per se. El estilo de vida, los niveles de estrés, la dieta, el tiempo que
dormimos, cómo pensamos y sentimos, y el comportamiento también son
responsables de su manifestación.
En un reconocido estudio a cargo de
científicos de la Universidad de Harvard (EE.UU.), un grupo de estudiantes vio
un documental en el que la Madre Teresa de Calcuta hacía actos caritativos,
compasivos y bondadosos. Previamente y al finalizar el visionado les tomaron
muestras de saliva para conocer sus niveles de inmunoglobulina A salival (IgA),
componente sustancial del sistema inmunológico.
El resultado fue que los niveles de
IgA de los estudiantes se habían elevado significativamente, y este efecto
continuaba todavía una hora más tarde. Los científicos explicaron este fenómeno
a que “habían seguido reflexionando sobre las afectuosas relaciones que
caracterizan el documental”. No hay duda: el amor y la compasión influyen en el
sistema inmunológico.
Fueeente: Tu Mismo
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