Nuestro cuerpo necesita un estado
ligeramente alcalino para llevar a cabo todas sus funciones vitales de forma
correcta. Y para ello es muy importante ayudar a nuestro organismo a que genere
el mínimo residuo tóxico.
Esto, además de ayudarnos a
preservar nuestros órganos vitales, retrasará los procesos de envejecimiento. Y
esto se nota, por fuera y por dentro.
Claves de nutrición
Como el pH de nuestra sangre es
ligeramente alcalino (tiene más minerales bases) y las propias funciones
reguladoras de nuestro cuerpo generan sustancias ácidas, constantemente
necesitamos mantener el correcto equilibrio ácido alcalino del pH. Por eso resulta muy
importante consumir en nuestra dieta una mayor proporción de alimentos alcalinizantes que
acidificantes.
Cuando hacemos un consumo excesivo de
alimentos acidificantes, se crea un residuo ácido y el pH se acidifica.
Recordemos que, un cuerpo ácido no absorbe las vitaminas, los minerales y otros
nutrientes esenciales para la vida, le falta oxígeno y satura las vías depurativas
de nuestro organismo.
Todos los alimentos que ingerimos se
clasifican en la escala de acidez-alcalinidad, en función del residuo que dejan
en nuestro torrente sanguíneo, una vez descompuestos (tras los procesos
digestivos), que es el momento en que asimilamos los nutrientes. El alimento
será más o menos ácido o alcalino en función de los minerales que contiene, y
nada tiene que ver con el gusto. Por ejemplo, el limón es ácido, sin embargo es
un alimento con un gran poder alcalinizante.
Lo ideal es ingerir un 80 % de
alimentos alcalinizantes y un 20 % de alimentos acidificantes.
Alimentos ácidos: proteínas de origen
animal, tales como los pescados, las aves y carnes, los huevos y lácteos,
alcohol, grasas y aceites, harinas blancas y cereales refinados,productos
procesados, como la bollería industrial, comidas preparadas, fruta madura,
verduras de hoja verde (brócoli, espárragos), hojas verdes (de cebada, de
avena, de trigo, de alfalfa), germinados, ajos y cebollas, patatas, kuzu, algas,
salsa tamari, miso, gomasio, sal del Himalaya, té de tres años, quinoa, mijo,
trigo sarraceno, espelta, limón, aceite de oliva, de linaza, de aguacate y de
uva (de primera presión en frío y ecológicos).
Alimentos neutros: yogur, tofu y
cereales integrales.
Alimentos ricos en sodio, potasio,
magnesio y calcio son la clave para afrontar el día a día, el estrés, la
polución y los excesos alimentarios o de actividad.
¡La forma de cocinar o de consumiro
los alimentos también nos influye!
Ingerir alimentos crudos nos
proporciona mayor aportación de nutrientes, vitaminas y minerales, mayor
alcalinidad... Por ejemplo, un batido de vegetales crudos es más alcalino que
una crema de verduras.
Es por eso que recomiendo consumir
altas dosis de alimentos crudos, ecológicos y de proximidad, dejando volar la
imaginación, y el paladar, con zumos naturales de frutas, batidos verdes,
ensaladas de colores con algas y germinados
Claves de estilo de vida
Ejercicio físico: El sedentarismo
también eleva la acidez en sangre. Es recomendable practicar un mínimo de
actividad física: de este modo activamos el metabolismo y eliminamos toxinas,
mejorando el funcionamiento del organismo.
Equilibrio emocional: El estrés, las
emociones fuertes y los pensamientos negativos nos acidifican, dejando toxinas
en nuestro organismo.
Podemos apoyarnos con técnicas donde
se trabaja el equilibrio del cuerpo-mente, como el Yoga o Pilates, la
meditación
o tratarnos con terapias como las
Flores del Dr. Bach, la Auriculoterapia o las Sales de Schüssler, que nos
ayudan a regular las emociones para poder sanarnos y disfrutar de una vida
plena.
Limpieza interior: Los medicamentos,
los alimentos con químicos y pesticidas, así como las ondas WIFI, también
acidifican y dejan residuos. Para desintoxicar nuestro organismo podemos
recurrir a las plantas medicinales, las algas y alimentos nutritivos como las
semillas, que ayuden a nuestros órganos internos a eliminar los residuos
tóxicos, para sentirnos vitales y enérgicos.
Complementos alcalinizantes
Podemos apoyarnos con plantas
medicinales como el diente de león o la ortiga, el regaliz o la menta, la
manzanilla o la melisa.
O podemos recurrir a los
superalimentos como:
Alga Chlorella, que es el alimento
con mayor porcentaje de clorofila del mundo vegetal, y una fuente excepcional
de proteínas, de vitaminas y minerales. Esta alga nos ayuda a desintoxicar
nuestros órganos digestivos, los pulmones, los riñones, el hígado y la sangre
ç
Hierba de Trigo y de Cebada,
altamente alcalinizantes también porque son muy ricas en clorofila, además de
muchos otros minerales.
Por otro lado, es muy recomendable
hacer depuraciones en primavera y otoño con el apoyo de un especialista, para
poder desintoxicar nuestro organismo de los excesos del invierno y del verano.
Eva Puerta
Fuente: Sol Natural
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