En verano somos muchos
los que decidimos ir a la playa de vacaciones, con el objetivo de descansar,
relajarnos y recargar pilas.
Y no es casualidad que
después de pasar un día en el mar, nos sintamos mucho mejor. A nivel externo,
el agua de mar tiene un efecto muy beneficioso sobre nuestra salud: ayuda a
combatir problemas respiratorios, cura enfermedades de la piel como la
psoriasis y cicatriza heridas, calma los dolores procedentes del reuma,
artrosis y artritis, reduce el estrés y la ansiedad.
El agua de mar nos
ayuda a estar sanos, pues es el mayor reconstituyente de minerales de nuestro
cuerpo y nos ofrece muchos otros beneficios si la consumimos a nivel interno.
Aunque existe la
creencia popular de que el agua marina no es apta para nuestro consumo,
ingerirla tiene enormes beneficios sobre nuestra salud. Este líquido contiene
minerales, proteínas, vitaminas y más de 90 elementos de la tabla periódica
fundamentales para nuestro cuerpo, lo que nos ayuda a llevar una vida sana,
rica en nutrientes y minerales, y lo más importante, de una forma natural.
Para empezar... ¿Qué es
agua de mar?
El mundo marino es el
ecosistema más importante de la tierra: sus aguas han ido creando vida a lo
largo de los milenios. Nosotros mismos procedemos de un organismo unicelular
marino.
En ella se encuentra el
elixir de los orígenes de la vida, y su ingesta nutre nuestro organismo de una
forma excelente. El agua marina es una fuente de recursos minerales en la que,
con mayor o menor concentración, se encuentran todos los elementos de la tabla
periódica necesarios para nuestro organismo.
Y no es que tomar agua
de mar se trate de una simple moda: existen referencias de antes de Cristo
sobre terapeutas que utilizaban el agua marina como fuente curativa de
distintas enfermedades.
De hecho, Eurípides ya
difundía en su tiempo lo beneficioso que es beber agua marina: "El agua de
mar cura todos los males del hombre", proclamaba.
A finales del siglo
XIX, René Quinton, un investigador francés, descubrió que la composición del
agua de mar es muy similar al medio en el que se desenvuelven nuestras células.
Es decir, los componentes del agua de mar son muy similares a nuestro plasma
(sangre).
Quinton desarrolló una
teoría científica sobre la terapia marina, en la que se determina que las
enfermedades son, en realidad, una intoxicación del medio interno a nivel
celular. Para que las células puedan desarrollar sus funciones correctamente,
deben disfrutar de un medio interno equilibrado para evitar que los órganos se
deterioren. Y ese medio interno (plasma) es análogo al agua del mar.
Tras desarrollar esta
teoría, entre 1910 y 1950 fundaron junto al Doctor Jarricot los
"Dispensarios marinos", centros en los que se usaba agua de mar para
sanar diversas enfermedades.
Agua de mar,
¡desintoxica, oxigena, alcaliniza y nutre tu organismo!
Si tenemos en cuenta
que las enfermedades se desarrollan en entornos ácidos, nos será fácil entender
que el agua de mar, con propiedades alcalinas, funciona como alcalinizador de
nuestro organismo, lo que nos puede ayudar a prevenir enfermedades.
Es decir, al beber agua
de mar, nuestro organismo se desintoxica, oxigena, alcaliniza, nutre y
restaura. Entre los beneficios de tomar agua de mar, podemos destacar los
siguientes:
Ayuda a nuestro
organismo a procesar mejor los alimentos, evitando digestiones pesadas.
Ayuda en la absorción
de nutrientes a través del tracto intestinal.
Elimina el exceso de
acidez de las células del cuerpo.
Regula la presión
arterial (mezclada con agua dulce).
Ayuda a la regeneración
celular.
Limpia los pulmones de
mucosidad.
Ayuda a eliminar
resfriados y congestión.
Aporta dureza a los
huesos (la deficiencia de sal, o consumir sal refinada, es una de las
principales causas de la osteoporosis).
Regula el sueño.
Cómo tomar agua de mar
PARA BEBER
El agua de mar tiene
una concentración de 36 g de sal (NaCl) por litro, frente a los 9 g por litro
que tiene nuestro organismo.
Si tomáramos agua
marina directamente, la concentración de sal en nuestro cuerpo aumentaría tanto
que los tejidos deberían liberar agua para que la concentración de sales
volviera a ser 9 gramos por litro. Esto podría provocarnos diarreas, y en
consecuencia, deshidratación.
Por eso lo más
conveniente es tomar agua de mar isotonizada, es decir rebajada con agua dulce.
Teniendo en cuenta la proporción de sal que contiene el agua de mar, lo
recomendable es no tomar más de un cuarto de litro por día, y en una proporción
de 3 partes de agua dulce por 1 de agua de mar.
¡Importante! Antes de
comenzar a tomar agua de mar, es recomendable comprobar que no sufrimos
intolerancia a la misma. Lo mejor sería empezar ingiriendo pequeñas cantidades
para asegurarnos de que nuestro cuerpo la tolera sin problemas.
PARA COCINAR
Al incorporar agua de
mar a nuestra cocina, estamos aportando nutrientes, minerales y transformando
nuestros alimentos en fuentes de energía. Pero además de enriquecer nuestros
platos, el agua de mar también nos ayuda en la digestión y conserva nuestros
alimentos frescos.
Al cocinar con agua de
mar, conservamos los nutrientes de los alimentos y realzamos su delicioso
sabor.
Si limpiamos las
verduras crudas con agua de mar, mantenemos su frescura y no será necesario
sazonarlas.
Al hervir los alimentos
con agua dulce y un porcentaje de agua de mar, logramos que pierdan menos agua,
conservando su hidratación.
La alta salinidad del
agua de mar acelera el proceso de descongelado de pescados y mariscos, y además
conserva la frescura natural de los mismos.
Proporción de agua de
mar para cocinar:
Mariscos y pescados:
100%
Pastas y arroces: 30%
Patatas y verduras: 35%
Carnes rojas y pollo:
45%
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