Para entender porque la
voz de la intuición esta en vuestra alma acudimos a Jiddu Krishnamurti;
Conocido escritor y orador en materia filosófica y espiritual.
La voz de la intuición
esta en vuestra alma - Escrito por Jiddu Krishnamurti
LA INTUICIÓN
Cuando el alma funciona
espontáneamente, se llama intuición.
La intuición es el
futuro que surge dentro de tu ser, es un potencial tuyo, es el peldaño más alto
de la escalera, la escalera de la conciencia. El prefijo “in” es algo
importante. Quiere decir que es una cualidad innata. No es cosas que se puedan
aprender, no las puedes cultivar con una ayuda externa.
La intuición pertenece
al alma, lo sutil. La intuición está por encima del intelecto. La intuición es
el modo de funcionar de tu corazón.
A la intuición no le
interesan las explicaciones, ni teorizar, ni saber por qué o para qué, porque
ya sabe. Esto para alguien que sea muy racional es una contradicción: ¿Cómo
discernir una fórmula química o calcular la resistencia de un material a punta
de intuición? Desde luego que no se trata de llegar a este extremo, pero las
teorías que permiten hacer esos cálculos y sustentar esas deducciones, en
muchos casos, se articularon desde eventos intuitivos.
La intuición está
presente con “lo que es”, con la propia presencia, con la totalidad, entonces
lo que existe es lo que es en su propia singularidad.
Veamos una interesante
charla de Jiddu Krishnamurti sobre la intuición...
LA VOZ DE LA INTUICIÓN
Deseo exponeros ciertas
ideas que os darían un definido e inteligible concepto de la verdadera vida
espiritual. Me parece que todos vosotros entendéis que para crear, como habéis
de crear si queréis vivir, se necesita lucha y descontento; y para convertirlos
en fruición, debéis cultivar vuestro propio punto de vista, vuestras propias
tendencias, vuestras propias capacidades, y por esto deseo despertar en cada
uno de vosotros, aquella Voz, aquel Tirano, el único guía capaz de ayudaros a
crear. La mayor parte de vosotros prefiere, por ser más fácil camino, copiar. A
la mayoría de vosotros, les gusta imitar. Para muchos de vosotros es mucho más
cómodo no cultivar vuestras propias tendencias, vuestras propias cualidades,
vuestra propia naturaleza, sino más bien imitar ciegamente. Y creo que
convendréis conmigo en que esto es fatal para el desenvolvimiento de la Voz. La
más noble guía de cada uno de vosotros es esta Voz, este Tirano, esta
Intuición; y cultivándola, ennobleciéndola y perfeccionándola llegaremos a la
meta; nuestra propia meta.
Cultivando esta voz
hasta que llegue a ser el único Tirano, la única Voz a que obedezcamos, debemos
descubrir nuestra meta y trabajar incesantemente para alcanzarla. Ahora bien,
¿qué meta es esta? Para mí, consiste en conocer la Verdad final. Anhelo llegar
a un estado en que por mí mismo conozca lo que he conseguido, que yo soy la
personificación de dicha Verdad. Y al lograr esta Verdad, logro al propio
tiempo mi anhelo: la paz, la perfecta tranquilidad de mente y emociones. Tal es
la meta para mí. Ante todo lo esencial es fortalecer en cada uno de vosotros
esta Voz que se asevera por sí misma de cuando en cuando. Y cultivar y
ennoblecer la Intuición; debemos aprender a pensar y obrar por nosotros mismos.
Para el cultivo de la Voz de la intuición se requiere una conducta acorde con
sus dictados.
La imitación nada tiene
que ver con la belleza. El Arte no consiste en copiar la Naturaleza tal como
es, sino en la dignidad del símbolo que la representa. Así, cada uno de
nosotros ha de ser un artista; un artista que cree por sí mismo porque le ha conmovido
un vislumbre de la Visión. Observaréis que los verdaderos e insignes artistas,
los genuinos y eximios instructores no tienen el sentimiento de la
exclusividad, sino que encarnan todas las cosas, son parte de todas las cosas.
Debemos tener varios aspectos a fin de producir lo perfecto. Un jardín lleno de
rosas, podrá haber en él las más perfectas rosas de toda variedad y color, pero
si todo son rosas, carecerá de belleza el jardín.
Todos propendemos a ser
como los demás. Deseamos acomodarnos a determinado tipo y adaptarnos a moldes
que no son de nuestra hechura. Esto es fatal para el desenvolvimiento de la
perfecta intuición. Sin embargo, no debemos olvidar que todos nos encontraremos
en el Reino de la Felicidad.
Por nuestro
nacionalismo o nuestra modalidad de culto religioso propendemos a pensar que
somos diferentes de otras personas; tratamos al mundo como si estuviese
independiente de nosotros y llegamos a ser exclusivos en nuestras perspectivas.
Destruiremos en vez de crear si tenemos tan limitada visión y tan restringidas
ideas. Yo deseo, en cuanto se me alcance, despertar en cada uno de vosotros
esta Voz, que os guiara por el camino que queráis seguir, que es vuestra propia
vida, el sendero por vosotros mismos trazado. Y mientras obedezcáis a esta Voz,
a esta Intuición, no podréis errar; pero erraréis si tratáis de obedecer y
seguir las órdenes, las ideas, las visiones de los demás.
Yo puedo exponeros mi
ideal de Verdad, de perfecta paz y amorosa ternura, pero debéis esforzaros en
alcanzarlo por vosotros mismos. Yo puedo exponer los principios de Verdad, pero
vosotros, por medio de vuestra propia Voz y obedientes a esta Voz, debéis
desenvolver vuestra propia Intuición, vuestras propias ideas, y así alcanzaréis
la meta donde todos nos hemos de encontrar.
Esto es para mí lo más
importante de la vida. Yo no quiero obedecer a nadie, sea quien sea, mientras
no esté yo convencido de que tiene razón. No quiero ocultarme tras la pantalla
que vela la Verdad. No quiero tener creencias a las cuales no pueda responder
ni darles mi alma, mi corazón y todo mi ser. En vez de ser vulgares y
mediocres, debéis escuchar esta Voz, cultivar esta Intuición, y descubrir así
nuevas sendas de vida, en vez de ir a la aventura por ajenos senderos.
Según ya dije, para realizar
este ideal debéis desenvolver vuestra Intuición, esencial es la perfecta
armonía de emociones y de mente para que se manifieste la Intuición, la Voz de
vuestro verdadero ser.
La Intuición es el
susurro del alma. Es Intuición la palabra guiadora de vuestra vida. Cuanto más
armonicemos por el perfeccionamiento y la purificación nuestras intensas
emociones y agudos pensamientos, más aptos seremos para oír esta Voz, la
Intuición, que es común a todos, la Intuición, que pertenece colectivamente a
la humanidad y no a un particular individuo. Debéis tener vivos sentimientos de
amor, de intensa dicha o de sincera bondad. Quien carece de emociones no sirve
para nada, mientras que quien intensas las tiene, aunque de siniestra índole,
puede siempre tratar de refinarlas y perfeccionarlas. La persona insensible e
indiferente no puede crear, destruir ni edificar. Observaréis que un gran
destructor nunca es persona mezquina sino que algo admirable hay en él. Tampoco
es mediocre ni endeble un gran amador. Cuantos más sentimientos y emociones
tengáis, tanto mejor; pero al propio tiempo habéis de aprender a dominarlas,
porque las emociones son como las malas hierbas, que si no las escardáis infectarán
el jardín. Si tenéis débiles emociones, pero las vais alimentando día tras día,
acabarán por crecer y vigorizarse. La idea de que no debemos tener sentimientos
ni emociones es absurda y contraria a la espiritualidad. Cuanto más fervorosos
sean vuestros sentimientos, mejor; pero habréis de dominarlos so pena de
sufrimiento. Si no los domináis os apartaréis de vuestra Intuición y os
extraviaréis por vericuetos en vez de seguir el camino recto hacia vuestro
ideal.
Tened formidables
sentimientos y disfrutad de ellos. No seáis negativos, sino intrépidamente
emprendedores. Digo esto con tanta vehemencia, porque todos tenemos propensión
a ser de un mismo tipo, a pensar de una misma manera, a congregarnos en torno a
la misma persona, y tememos no poder adelantar si no pertenecemos a tal o cual
actividad. Pero, ¿qué es el adelanto? Es vuestra propia felicidad. El adelanto
es tan solo una palabra. Yo preferiría ser feliz a cuantas mezquinas
satisfacciones pueda el mundo dar. ¿Qué importa la religión a que pertenezcáis
ni la fama de que gocéis mientras os sintáis verdaderamente felices y podáis
mantener absolutamente claro y distinto vuestro ideal?
Imaginaos por un
momento al señor Buda y Sus discípulos. Fueron las grandes excepciones de su
época. Todos tenían un solo Maestro, una sola meta un solo ideal: Él. Y sin
embargo, cada uno de ellos tenía la chispa del genio. No eran mediocres porque
seguían a Quien era la excepción, la flor de la humanidad, y todos deben llegar
a ser un tal ejemplo.
«La intuición es una facultad
espiritual que no explica, simplemente muestra el camino».
Jiddu Krishnamurti
Fuente: La Iluminacion
Espiritual
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