La ambición desmedida
ha generado corrupción, injusticia y violencia, y un consumismo extremo, que
nos ha llevado a la desnaturalización de nuestra naturaleza humana y con ello
la destrucción de la naturaleza. Esto ha contribuido al enrarecimiento del
clima físico y social, al desperdicio, a la contaminación, a la
sobreexplotación de la naturaleza, al efecto invernadero, a la reducción
crítica del agua dulce disponible para el consumo humano, a la mortífera
contaminación del aire, la sobrepesca, la inundación de plásticos de los
océanos y a una alarmante pérdida de la biodiversidad (ver Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente [PNUMA] en su informe GEO o perspectivas
del medio ambiente mundial). El estrés hídrico, el calentamiento global, la
contaminación ambiental, la desertificación y el desperdicio de alimentos en un
mundo donde millones de personas se acuestan cada día con hambre, nos convoca
hoy a todos los seres humanos sin distinción.
La ciencia lo advierte
sin atenuantes. En un informe elaborado por 250 científicos y expertos de 70
países se señala que nuestra incapacidad para adoptar medidas urgentes
repercute de un modo potencialmente irreversible hoy sobre los recursos
ambientales esenciales y la salud humana.
Si no cambiamos
urgentemente nuestro rumbo serán necesarios millones de años para que el
planeta recupere un espectro de biodiversidad equivalente al actual y habremos
condenado a generaciones enteras. Necesitamos generar un modelo económico para
recuperar y preservar ecosistemas y crear espacio para la regeneración de la
naturaleza. La adopción plena y responsable de los acuerdos de París y GDN
permitirán resolver los mayores desafíos que afronta la biosfera y todas sus especies,
única forma de preservar un espacio seguro para toda la humanidad.
Dr Jorge Carvajal
Posada
Fuente: Asociacion Internacional
de Sintergetica
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