Querido, quédate quieto
y conoce la magnificencia de la intuición “yo soy”.
Yo soy uno contigo como
testigo y presencia consciente, atemporalmente y sin cambio. Reconoce tu propio
Ser y sé feliz.
No somos nuestros
pensamientos, emociones, recuerdos o condicionamientos, sino ser sin forma,
eternamente cambiando, y sin embargo sin cambio. Estate integrado con ese
espacio silencioso detrás de la mente en movimiento. Sé uno con Eso: eso dentro
de lo cual es percibida esta gran danza de la manifestación. Sabiendo y siendo
esto, la mente se aquieta.
Reconoce tu propio Ser
y sé feliz.
Estate dispuesto a
rendirte, a dejar a un lado las ganas de contar historias, de compartir opiniones
y proyecciones nacidas de la ilusión, el resultado de la identificación con la
noción irreal del yo. Observa el silencio ininterrumpido del que todo surge.
Reconócete como ser sin atributos y sé feliz.
Quédate quieto y conoce
la presencia “yo soy” que es pura e intocada. Descansa en la presencia, como la
propia presencia. Observa que esta presencia consciente no es la mente, ni
tampoco está atrapada dentro del funcionamiento de la mente. Es sin género,
condicionamiento ni identidad. Es el principio atestiguador que habita dentro
del Corazón de todos los seres vivos. Está libre de temor y no tiene juicio ni
deseo. Esta eseidad es nuestro ser dinámico: el “hijo” de la Conciencia
Absoluta.
Somos la Presencia
ininterrumpida e inmutable detrás de todos los fenómenos. No caigas más en las
tendencias inestables de la mente-ego de perderse en parloteos sin sentido. En
el momento pueden parecer inofensivos, pero gradualmente van atontando la mente
y conducen a una acumulación de ruido interno e inquietud que parecen tiranizar
la pacifica eseidad.
Recuerda una vez más:
frena el poder de las tendencias latentes resistiéndote una y otra vez al tirón
de seguir el flujo mental y el comportamiento y los hábitos nostálgicos o
sentimentales, de modo que gradualmente la mente y la atención se habitúen a
permanecer en el centro del Corazón. Esto es verdadera sadhana, tu verdadero
trabajo. Sólo esto conduce al ininterrumpido silencio y armonía de mente y ser,
el verdadero objetivo y propósito de la existencia consciente e inteligente. Es
la vida noble más allá del concepto de vivir noblemente, y es el verdadero
Auto-honrarse (honrar al Ser), el verdadero Auto-respeto (respeto al Ser).
Cuando la conciencia
dinámica se identifica con el cuerpo-mente, el resultado es el egoísmo, que es
la raíz y causa de todo sufrimiento. El ego es la mancha más difícil de
eliminar, pero puede trascenderse indagando en la naturaleza del verdadero Ser.
Tú eres el testigo del ego, por lo tanto, tú estás más allá. Sé tan persistente
como el ego parece ser. Cuando finalmente hayas realizado al Ser inmutable, el
ego desaparecerá. Hasta que llegue ese momento, conserva la determinación de
matar a este dragón. Se le mata mediante la oración, la rendición y la
devoción, y también con la espada de la auto-indagación. El “yo” ilusorio no
puede prevalecer bajo el escrutinio y la fuerza de la auto-investigación. No te
permitas ningún sentimiento hacia el ego. Deja de identificarte y de apoyar lo
que de hecho está sofocando tu espontaneidad, tu paz.
Tú eres el testigo del
ego, por lo tanto, tú estás más allá.
Toma posición
firmemente a favor de la Verdad. Mantén la atención en el Corazón. Persevera en
medio de cualquier incomodidad o resistencia que pueda surgir, de manera muy
similar a como posiblemente lo tuviste que hacer cuando empezaste tu
indagación. De esta manera, el sentido-ego ―que crece con el oxígeno de la
atención, el interés, la creencia, y sobre todo la identidad― se extinguirá
gradualmente.
Confía en mis palabras
cuando te digo que ya eres libre; acógelas como si ya supieras que son verdad.
Deja que tu vida sea un satsang viviente, una actitud y aplicación constante de
la autoindagación y la rendición a la Verdad. Pierde o evita la terquedad, el
orgullo, la resistencia y el cinismo que te frenan. Reconociendo lo falso, no
tienes que buscar lo real, porque lo falso es visto desde la base de lo real.
Sé humilde: la humildad es sabiduría. Es sabio buscar ayuda hasta que vas más
allá de la necesidad de ayuda. La semilla de expandir la comprensión interior y
profundizar el entendimiento, que conducen a la paz completa, ya está
germinando en tu Corazón. Confía en esto.
La conciencia no es el
resultado de trabajar algún proceso, porque la conciencia ya es eso en lo que
cualquier esfuerzo es observado. Cuán cierto es el viejo dicho: “Lo que estás
buscando es desde dónde estás buscando”.
Tú eres Verdad. Tú eres
eso en lo que se manifiesta el universo: Conciencia pura.
La autoindagación es el
espejo en el que lo atemporal es reconocido y reflejado atemporalmente. ¡Tú
eres Eso!
Rendirse al Gurú interno,
el Señor de todos, es otra vía hacia el reconocimiento de esto en el Corazón.
Somos siempre uno como Verdad y Amor. Somos la unidad del Ser en su danza como
existencia. Cortejar al Ser e indagar en su propio origen es la danza que
llamamos satsang. El satsang no tiene fin, y sin embargo, paradójicamente,
acaba en el perfecto ver, en el que uno se da cuenta de que su propia
naturaleza está en unidad con el Ser Supremo. Saber esto es permitirse ser
danzado como las olas de la existencia dinámica, sabiendo sin embargo que estoy
más allá.
Es mi buena fortuna y
privilegio anunciar y compartir contigo este dulce mensaje desde mi interior.
Mi alegría es observar este juego del despertar a lo divino y atemporal que es
nuestro propio Ser. Aunque decimos que el Sol sale y se pone, el Sol nunca se
mueve; de hecho, es la Tierra la que se mueve alrededor del sol. Asimismo, el
verdadero Ser nunca se mueve ni se va, pues es infinito e infinitamente
presente. Es la tierra-mente la que da la espalda al sol-corazón. Por lo tanto,
mantén tu atención sobre y en eso que es anterior a la atención, en lo que
tanto la atención como la inatención son percibidas, y que está más allá de
ambas.
El verdadero Ser nunca
se mueve ni se va, pues es infinito e infinitamente presente.
No me interesa impartir
ningún conocimiento teórico, por más sublime que sea, ni crear en ti hermosas
experiencias o nostalgia de satsang. Es suficiente que despiertes con claridad
y convicción a la Verdad inmutable que ya eres.
MOOJI. Antes de Yo Soy
(El Grano de Mostaza, 2013)
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