Conocer las Seis Paramitas de sabiduría de Buda es ir más
allá de la mente, es ir más allá de la pureza y la impureza. Es el camino de
las seis sabidurías.
LA PARAMITAS
Las Paramitas te llevan a la otra orilla.
Llegar a una tierra de buda ir más allá de la mente, ir más
allá de la pureza y la impureza. A medida que tu no-mente se convierte en
tierra de buda, Buda se pone a tu disposición.
Podemos movernos con libertad. Esta es nuestra sabiduría,
nuestra libertad de mente. Todos los seres sintientes fueron dotados desde el
origen con esta sabiduría. Es solo debido a los apegos y a la ignorancia, la
ilusión de buscar algo especial, que ignoramos nuestra propia sabiduría. Esta
sabiduría va más allá de lo bueno y lo malo. Conocer este tipo de sabiduría es
comprender el camino de los seis Paramitas, el camino de las seis sabidurías.
¿Qué son estas seis Paramitas?
El término Paramitas significa "perfecto" o
"perfección".
Las seis Paramitas son: La perfección de la Generosidad, de
la Concienciación, de la Inclusividad, de la Practica, de la Meditación y de la
Comprensión. Estos son los seis transbordadores que pueden llevarte más allá de
esta orilla a la orilla más lejos, a tu verdadero hogar.
En el cultivo de las Paramitas, la purificación de los seis
sentidos significa superar a los seis ladrones. Expulsar al ladrón del ojo
abandonando el mundo ilusorio, es tener claridad. Si posees claridad, si eres
una luz interna para ti mismo, nunca seguirás a nadie.
Veamos como Thich Nhat Hanh explica las seis Paramitas...
LAS SEIS PARAMITAS
Buda dijo: “No esperes que la otra orilla venga a ti. Si
quieres ir a la otra orilla, la orilla de la seguridad, el bienestar y en la
que el miedo y la ira están ausentes, debes nadar o cruzar el río remando.
Debes hacer un esfuerzo”.
Esfuérzate con las Seis Paramitas:
La perfección de la Generosidad.
La perfección de la Concienciación.
La perfección de la Inclusividad.
La perfección de la Practica.
La perfección de la Meditación.
La perfección de la Comprensión.
GENEROSIDAD
El segundo pétalo es la perfección de la Generosidad.
La primera práctica es la perfección de dar. Dar significa ante
todo ofrecer alegría, felicidad y amor. No nos guardamos nada únicamente para
nosotros, sólo deseamos dar. Cuando damos es muy posible que la otra persona
sea feliz, pero de lo que no cabe duda es de que nosotros lo seremos.
«El mejor regalo que podemos ofrecerle a cualquier persona es
el de nuestra verdadera presencia».
Podemos dar nuestra estabilidad. La persona que amamos
necesita que seamos sólidos y estables. Podemos cultivar la estabilidad
inspirando y espirando, siendo conscientes al meditar andando o sentados, y
disfrutando al vivir profundamente cada momento. La solidez es una de las
características del nirvana.
Podemos ofrecer nuestra libertad. La felicidad no es posible
hasta que nos liberamos de las aflicciones: el deseo, la ira, los celos, la
desesperanza, el miedo, y las percepciones erróneas. La libertad es una de las
características del nirvana. Algunas clases de felicidad en realidad destruyen
nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras relaciones.
«Estás “clases de felicidad” que nos destruyen, son
representaciones falsas de felicidad, son el resultado de perseguir metas que
se nos presentaron como positivas pero que observadas con detenimiento son
claramente negativas para alcanzar una felicidad sólida y estable. Cada una de
las metas que en tu comunidad se presentan como “necesarias para una vida
digna” pueden ser en el fondo medios para alcanzar una “felicidad” falsa y
destructiva».
Observa profundamente la naturaleza de lo que crees que te
dará felicidad y descubre si está haciendo sufrir a las personas que amas. Hay
muchas cosas sanas que pueden hacernos felices ahora mismo, como un bello
amanecer, el cielo azul, las montañas por ejemplo.
Podemos ofrecer paz. Es maravilloso sentarse al lado de
alguien que goza de paz. Inspirando, me veo a mi mismo tan sereno como el agua.
Espirando, reflejo las cosas tal como son. Podemos ofrecer a las personas que
amamos nuestra paz y nuestra lucidez.
Podemos ofrecer espacio. Para ser feliz la persona amada
necesita espacio. En un arreglo floral, cada flor necesita estar espaciada de
la otra para irradiar su auténtica belleza.
Cuanto más ofrecemos más tenemos. Cuando la persona que
amamos es feliz, repercute en nosotros su felicidad al instante. Nosotros le
damos pero al mismo tiempo nos estamos dando a nosotros mismos.
Cuando estamos enojados, castigamos a otras. Al hacerlo sólo
aumentamos más el sufrimiento. En lugar de ello Buda propuso enviarle un
regalo; dar es una práctica maravillosa, aunque parezca increíble luego de
enviarle el regalo te sentirás mejor. En lugar de intentar castigar al otro,
ofrécele lo que necesitas. Recibes aquello que ofreces. La practica del dar
puede conducirte a la orilla del bienestar rápidamente.
Cuando una persona te hace sufrir, es porque sufre y rebosa
sufrimiento. Pero no necesita ser castigada, sino que reclama nuestra ayuda. Si
eres capaz de apreciarlo ofrécele lo que precisa: alivio. La felicidad y la
seguridad de los demás son cruciales para las tuyas.
Podemos ofrecer comprensión. La comprensión es la flor de la
práctica. Cuando ofrezcas a alguien tu comprensión, dejarán de sufrir al
instante.
CONCIENCIACIÓN
El segundo pétalo es la perfección de la Concienciación.
El primer ejercicio de concienciación tiene por objeto
proteger la vida de los seres humanos, los animales, los vegetales y los
minerales. Proteger a otros seres equivale a protegernos a nosotros mismos.
El propósito del segundo es evitar que los humanos exploten a
otros seres vivos y la naturaleza. Es también la práctica de la generosidad. La
finalidad del tercero es proteger a los niños y a los adultos de los abusos
sexuales, para preservar la felicidad de los individuos y las familias. El
cuarto consiste en la práctica de escuchar atentamente y hablar con afecto. El
quinto trata sobre consumir conscientemente.
Si vivimos de acuerdo a los cinco ejercicios de
concienciación, nos protegemos a nosotros mismos y a quienes amamos. Para poder
practicarlos profundamente necesitamos estar rodeados con nuestros hermanos.
RECIBIR
El tercer pétalo es la perfección de Inclusividad.
«Inclusividad es la capacidad de recibir, soportar y
transformar el dolor que te han infringido tus enemigos y también las personas
que te aman».
La inclusividad es la capacidad de recibir, abrazar y
transformar. La otra persona dice o realiza algo que nos hace enojar, nos
infringe algún tipo de injusticia, pero si nuestro corazón es lo
suficientemente grande no sufrimos.
Buda ofreció la siguiente maravillosa imagen. Si tomas un
puñado de sal y lo hechas en un vaso de agua, está estará demasiado salada como
para beber. Pero si hechas la misma cantidad de sal a un río de agua potable,
la gente podrá seguir bebiendo su agua sin problema. Gracias a su inmensidad el
río no sufre en absoluto por ese puñado de sal. Si tienes un corazón pequeño,
una palabra o una acción injustas te harían sufrir. Pero si es grande, si
tienes comprensión y compasión, esa palabra o acción no tendrá el poder para
hacerte sufrir. Para transformar tu sufrimiento debes tener un corazón tan
grande como el río. Si guardas tu dolor demasiado tiempo es porque no has
aprendido todavía la práctica de la inclusividad.
La enseñanza de la inclusividad no consiste en reprimir
nuestro dolor, sino que debemos recibirlo, abrazarlo y transformarlo. La única
manera de lograrlo es agrandando nuestro corazón. Si reprimimos nuestro dolor
para arrinconarlo en nuestra conciencia, más tarde estallará una energía
destructiva que nos afectará a nosotros y a los demás.
Cuando eres víctima de la injusticia, si te enojas sufrirás
cien veces más. Cuando sientas algún dolor en el cuerpo, inspira y espira, y
dite a ti mismo “Solo es un dolor físico”. Si te imaginas que es un cáncer y
que morirás pronto, el dolor se hará cien veces más intenso. El miedo y el odio
nacidos de la ignorancia, amplifican tu dolor. Si sabes como ver las cosas tal
como son, sin añadir nada, puedes sobrevivir.
Buda ofreció las enseñanzas de los Cuatro Inconmensurables
Estados de la Mente para desarrollar la inclusividad.
PRACTICA
El cuarto pétalo es la perfección de la Práctica.
Se trata de la práctica del riego selectivo. Si quieres ser
feliz, evita regar tus semillas negativas y pide a los demás que no rieguen en
ti esa clase de semillas. Evita además regar las semillas negativas de los
otros. La práctica continuada significa intentar hacer todo lo posible para no
conectar en la vida cotidiana con las semillas negativas del almacén de nuestra
conciencia, para no darles la oportunidad de manifestarse.
Si ocurre que una semilla de una aflicción se manifiesta,
haremos todo lo posible para abrazarla siendo conscientes de ella y para
hacerla regresar por donde vino. Cuanto más tiempo permanezca en la mente
consciente más vigorosa se volverá. Di a tus amigos: “Si me amas riega, por
favor, cada día, las semillas sanas que hay en mi.”
MEDITACIÓN
El quinto pétalo es la perfección de la Meditación.
La quinta práctica para alcanzar la otra orilla es la
perfección de la meditación. La meditación esta formada por dos aspectos:
detenerse y observar profundamente.
Detenerse es dejar de correr, de olvidarse, de quedar
atrapados en el pasado o el futuro. Regresamos al hogar del momento presente,
donde se halla la vida. El momento presente contiene cualquier momento.
Observar profundamente es la forma de ver la verdadera naturaleza de las cosas.
COMPRENSIÓN
El sexto pétalo es la perfección de la Comprensión.
Es la clase más elevada de comprensión, libre de
conocimiento, conceptos, ideas y visiones. El que recibe nuestra comprensión se
abrirá como una flor y, al mismo tiempo, nosotros seremos recompensados.
La comprensión es el fruto de la práctica.
Cada una de estas prácticas contiene a las otras cinco. Sin
desear nada empiezas a practicar desde este preciso instante. Desde el momento
en que comiences te sentirás feliz. El dharma no es una cuestión de tiempo. Ven
y descúbrelo por ti mismo. No es necesario practicar durante años para llegar a
la otra orilla, haz simplemente la practica de respirar, de andar con plena
conciencia y de observar profundamente e irás ahora mismo.
«La vida es real pero hay que despertarla».
Thich Nhat Hanh
Fuente: La Iluminacion Espiritual
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