La respiración o pranayama, es la
puerta al sistema vago, donde normalmente no tenemos conciencia alguna.
Debemos tener en consideración que la
respiración sucede continuamente, pero no somos conscientes de ella. Mientras
contestas un correo, un WhatsApp o atiendes a una llamada no es habitual sentir
si estoy inspirando o expirando, simplemente respiramos.
Respiración pranayama
Estamos frecuentemente tan sobre
estimulados que nos olvidamos de esta inestimable herramienta y camino, para
relajarnos y vivir una vida más consciente y plena. La respiración o pranayama
es esto y mucho más, una vez que se domina y practica a diario.
Es más, desde la respiración podemos
relajarnos o acelerarnos aún más.
¿Cómo consigo relajarme o acelerarme
con Pranayama?
Respiración pranayama para la
relajación
Si quiero relajarme, mi respiración
ha de ser profunda y abdominal. Cuando digo profunda quiero decir que el aire
me llena y que mi respiración es pausada y lenta, nunca acelerada.
Abdominal porque al inspirar el
abdomen se expande y al exhalar el abdomen se hunde. Al principio podría
requerir atención y un cierto esfuerzo, pero con la práctica la respiración se
va suavizando, y poco a poco se va relajando y haciendo mucho más natural.
Por otro lado la respiración
inconsciente que nos lleva a acelerarnos es frecuentemente clavicular o
intercostal, esto es que se produce en la parte superior del tronco. Es
superficial, el aire no baja mucho y además es acelerada ya que al no ser
óptima y llevar menos oxígeno necesitas inhalar con más frecuencia.
Cuanto más se utilice la caja
torácica y más superficial sea la respiración, más trabajará el sistema
simpático siendo éste el responsable de acelerarnos y activarnos.
Cómo se practica pranayama
La constancia es la clave de la
respiración pranayama
Para ganar consciencia y relajarnos
la práctica y constancia son esenciales. Se comienza gateando, luego caminando
y por último corriendo. Por ello, te invito a practicar el ejercicio descrito
aquí abajo con constancia y a la misma hora del día para establecer una rutina.
Es muy poderoso para centrar la mente y relajarse.
Uno de mis maestros (Sri Patabhi
Jois) solía decir que la clave es la práctica, siendo el yoga un 99% de
práctica y 1% de teoría.
Algunos se preguntarán qué tiene que
ver el yoga con la respiración, y la respuesta es que el yoga es mucho más que
posturas (ashanas) pues los ejercicios respiratorios (pranayama) forman una
parte esencial de la práctica.
Bajo mi punto de vista, no quiere
decir que una respiración sea mejor que otra, ambas son importantes y tienen
efectos necesarios en el organismo, muy útiles en el momento adecuado.
Ejemplos: Si voy a pedir la mano a mi
futura mujer, hablar en público o cualquier acción que me acelere no
aconsejaría activarme más. No obstante si voy a conducir y me entra el sueño,
dominar una respiración que me acelere es una herramienta fantástica.
Túmbate sobre una superficie cómoda,
en un lugar caldeado, donde las plantas de los pies están apoyadas a la misma
altura que la cabeza. Se puede practicar siempre que se pueda, en una cama,
sofá o donde se desee.
Apoya las manos sobre el estómago.
Comienza a respirar profundamente:
Al inhalar llevamos el aire hacia el
estómago y las manos se elevan.
Al exhalar las manos descienden y el
estómago se hunde.
Ejercicio práctico de respiración
Si el hecho de observar resulta
complicado y la mente se va a hacer la compra, la lista de tareas a realizar o
lo que sea, con mucho amor acepta como estás hoy, y entretén la mente contando.
Cuenta hasta 10: uno inhala, dos
exhala, tres inhala, cuatro exhala, cinco inhala, seis exhala, siete inhala,
ocho exhala, nueve inhala, 10 exhala y ahora desciende en la cuenta
permaneciendo en la misma postura nueve inhala, ocho exhala, siete inhala, seis
exhala, cinco inhala, cuatro exhala, tres inhala, dos exhala, uno inhala, cero
exhala con ello se completa un ciclo.
Vuelve a empezar a inhalar en uno… y
realiza otro ciclo completo.
Fuente: Sanamente
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