Tu verdadera naturaleza
fluye cuando moras en el yo y expresas lo divino, cuando superas y eliminas
todo lo que es un obstáculo para tu poder infinito.
MORA EN EL YO
Cuando moras en tu
naturaleza verdadera expresas lo divino.
Una de las mayores
mentiras que nos hemos llegado a creer sobre nosotros mismos y nuestra
naturaleza verdadera es que no somos más que seres físicos definidos por una
realidad material, carentes de dimensión y de energía vital, y separados de
Dios. No obstante, estoy seguro de que a estas alturas ya sabes que Dios se
encuentra en nuestro interior y a nuestro alrededor. No conocer la verdad sobre
nuestra identidad real, además de esclavizarnos, reafirma que somos seres
limitados viviendo una vida lineal carente de auténtico sentido.
La máxima de que más
allá del mundo físico no existen reinos ni vida y que no tenemos ningún control
sobre nuestro destino no es una «verdad» que debamos aceptar nunca. Espero que
tu existencia te haya ofrecido algunos conocimientos para ver quién eres
realmente.
DEJA DE SER TÚ
Eres un ser
multidimensional que crea su propia realidad.
La finalidad de la
existencia es ayudarte a aceptar esta idea como tu ley y tu nueva creencia.
Deja de ser tú, significa que tendrás que despojarte de tu mente y crear otra
nueva.
Pero cuando nos
desprendemos de nuestra antigua vida o de nuestra mente conocida y empezamos a
crear otra nueva, hay un momento entre los dos mundos que no se parece a nada
de lo que conocemos, y la mayoría de las personas, al sentir este extraño
vacío, nos apresuramos a volver a lo conocido. Ese lugar de incertidumbre —lo
desconocido— es el que los inconformistas, los místicos y los santos conocen
como la tierra fértil.
Vivir en el reino de lo
imprevisible es ser todas las posibilidades a la vez. ¿Puedes sentirte cómodo
en este espacio vacío? Si es así, te encuentras en la trama de un gran poder
creativo, el «yo soy».
Al cambiar en el
aspecto biológico, energético, físico, emocional, químico, neurológico y
genético y dejar de vivir aceptando inconscientemente que la competitividad,
las luchas, el éxito, la fama, la belleza física, la sexualidad, los bienes
materiales y el poder lo son todo en la vida, nos liberamos de las cadenas de
lo mundano. Me temo que esta llamada receta para triunfar en la vida nos ha
hecho buscar las respuestas y la auténtica felicidad fuera, cuando las verdaderas
respuestas y la auténtica felicidad siempre han estado dentro de nosotros.
EL YO VERDADERO
¿Dónde y cómo podemos encontrar
nuestro yo verdadero?
No pienses que creando
una persona condicionada por las asociaciones con el mundo exterior que perpetúa
la mentira, o identificándonos con algo en nuestro interior que es tan real
como cualquier elemento del exterior y creando una identidad única con una
conciencia y mente que podemos emular.
Realmente, se trata de
la fuente infinita de información e inteligencia, tanto personal como
universal, inherente a los seres humanos. Es una conciencia energética llena de
una coherencia tan profunda que cuando fluye por nuestro interior sólo podemos
llamarla amor. Cuando la puerta se abre, la frecuencia de esta conciencia
acarrea una información tan vital que cambia quién somos desde dentro. Es una
experiencia para la que he aprendido humildemente a vivir.
Espero que sepas que
siempre puedes acceder a ella, si decides hacerlo. Pero si vives la vida como
un materialista, la existencia no te resultará fácil. ¿Por qué? Porque los
realistas definen la realidad con los sentidos, y si no pueden verla,
saborearla, olerla, tocarla u oírla, entonces no existe, ¿verdad? Esta dualidad
es un plan perfecto para que la gente siga sumida en la ignorancia. Si sólo se
fijan en una realidad exterior tan agradable o caótica sensualmente, les
costará demasiado mirar en su interior.
ENERGÍA Y REALIDAD
Allí donde pones la
atención, pones la energía.
Si vuelcas toda tu
atención en el mundo exterior y material, ésta será tu inversión en la
realidad. En cambio, si intentas observar un aspecto más profundo de ti, tu
energía ensanchará esta realidad. Tú, como ser humano, eres libre de poner la
atención en lo que quieras. Estás dotado para desarrollar tu capacidad de
manejar y usar adecuadamente esta abundancia de poder que hay en ti. Allí donde
pones tus pensamientos y tu atención, se convierte en tu realidad.
Si dejas de creer que
lo que piensas es real, volverás a caer en el materialismo y dejarás de llevar
a cabo tu labor. Te limitarás a optar por alguna adicción emocional o hábito
para recibir una gratificación inmediata, y te perderás todas las otras
posibilidades.
Aquí está el dilema: la
realidad futura que creamos en nuestra mente no nos da ninguna respuesta
sensorial y, según el modelo cuántico, nuestros sentidos deberían ser los
últimos en experimentar lo que creamos. Por esta razón, muchas personas
volvemos a adoptar el materialismo como ley y a sumirnos en la inconsciencia.
Recuerda que todo lo
material viene del campo invisible de lo inmaterial, más allá del espacio y el
tiempo. Es decir, al sembrar las semillas en este mundo, ves que con el tiempo
fructifican. Si eres capaz de vivir un sueño a nivel mental y emocional en el
mundo interior de posibilidades infinitas con tanta plenitud, es que ya se ha
hecho realidad. Así que entrégate sin más y no te preocupes, porque tu sueño se
manifestará en tu vida exterior. Es la ley.
«La parte más difícil
de este proceso es encontrar el tiempo o reservarlo para que tu valiosísimo yo
lo haga».
CREADORES DIVINOS
Eso es. Somos creadores
divinos.
Es lo que hacemos
cuando nos sentimos inspirados y presionados a aumentar nuestros conocimientos.
Pero tú y yo también somos seres de costumbres. Adquirimos hábitos con
facilidad. Poseemos tres cerebros que nos permiten evolucionar del conocimiento
a la experiencia y la sabiduría. Al hacer cualquier cosa que aprendimos de
forma implícita por medio de la repetición de la experiencia, enseñamos al
cuerpo a convertirse en la mente; ésta es nuestra definición de hábito.
El problema está en que
hemos adquirido hábitos que limitan nuestra verdadera grandeza. Las emociones
de supervivencia, que tan adictivas son, nos hacen vivir limitados,
sintiéndonos separados de la Fuente, y nos olvidamos de que somos creadores. En
realidad, los estados mentales correspondientes relacionados con el estrés son
las razones por las que nuestras emociones nos controlan, vivimos con una
energía de una frecuencia más baja y estamos esclavizados por una serie de
ideas arraigadas en el miedo. Estos estados psicológicos denominados normales
son los que la mayoría hemos aceptado como habituales y comunes. Son los
verdaderos «estados alterados» de conciencia.
Por eso quiero subrayar
que la ansiedad, la depresión, la frustración, la ira, la culpabilidad, el
dolor, la preocupación y la tristeza —emociones que miles de millones de
personas expresan normalmente— son la razón por la que las masas llevan una
vida desequilibrada y alejada del verdadero yo. Y tal vez los supuestos estados
alterados de conciencia alcanzados en la meditación durante los auténticos
momentos místicos son en realidad los estados de conciencia «naturales» que
todos deberíamos intentar vivir a diario. Y yo comparto esta opinión.
DESPERTEMOS
Es hora de despertar y
ser un ejemplo viviente de la verdad.
No basta con adquirir
estos conocimientos, es hora de vivirlos, manifestarlos y ser la «causa» en
todos los aspectos de nuestra vida. Cuando tú y yo «encarnemos» tales ideales
como la verdad y los convirtamos en un hábito, se volverán en parte de
nosotros.
Dado que somos seres de
costumbres, por qué no adquirir nuevos hábitos de grandeza, compasión,
genialidad, ingenuidad, fuerza interior, amor, atención plena, generosidad,
curación, manifestación cuántica y divinidad. Desprender las capas de aquellas
emociones que decidimos memorizar como identidad, deshacernos de nuestras
limitaciones egoístas a las que tanto poder hemos dado, abandonar las ideas y
percepciones falsas sobre la naturaleza de la realidad y el yo, superar las
habituaciones neurales de los rasgos destructivos que están socavando siempre
nuestra evolución, y renunciar a las actitudes que nos han estado impidiendo
conocer quién somos realmente forma parte de encontrar el yo verdadero.
Hay un aspecto del yo
que es un ser bondadoso esperando tras todos estos velos. Es quien somos cuando
no nos sentimos amenazados, ni nos da miedo perder algo, ni intentamos
complacer a todo el mundo, ni nos apresuramos a triunfar, ni competimos por
llegar a la cima a cualquier precio, ni nos arrepentimos del pasado o nos
sentimos inferiores, abatidos, desesperados o ávidos. Cuando superamos y
eliminamos lo que es un obstáculo para nuestro poder infinito y nuestro yo,
estamos realizando un acto muy noble no sólo para nosotros mismos, sino para
toda la humanidad.
El peor hábito que puedes
eliminar es el de ser el mismo de siempre y el mejor que puedes adoptar es el
de expresar lo divino a través de ti. En ese momento es cuando moras en tu
naturaleza verdadera y en tu identidad. Cuando moras en el yo.
Joe Dispenza
Fuente: La Iluminacion Espiritual
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