El cortisol es una
hormona del estrés, y cuando estamos constantemente en alerta máxima o vivimos
bajo la presión de la respuesta de lucha o huida, movilizamos una enorme
cantidad de la energía del cuerpo para alguna amenaza en nuestras vidas, real o
imaginaria, y esto hace que nuestro sistema inmunológico baje. Por lo tanto,
cuanto más bajo sea nuestro sistema inmunológico, más susceptibles somos a las
enfermedades y dolencias.
Y a medida que los
niveles de cortisol suben, una sustancia química llamada IgA baja. Esto no es
bueno porque la IgA es una proteína, uno de los bloques de construcción más
fuertes de la vida. La IgA es responsable de la función saludable del sistema
supremo de defensa interna de nuestro cuerpo, llamado sistema inmunológico.
Está constantemente luchando contra un aluvión de bacterias, virus y organismos
que invaden y/o ya viven en el entorno interno del cuerpo.
Durante un reciente
taller, pedimos a nuestros 120 participantes del estudio que entrarán en un
estado emocional elevado como el amor, la alegría o la gratitud durante nueve o
diez minutos, tres veces al día, para determinar si podíamos hacer lo
contrario. Si pudiéramos elevar nuestros estados emocionales, ¿podríamos elevar
nuestro sistema inmunológico y reducir las hormonas del estrés como el
cortisol? Descubrimos al final del evento que los niveles de cortisol de
nuestros participantes bajaron en tres desviaciones estándar, y sus niveles de
IgA se dispararon en promedio de 52.5 a 86. ¡Estos son cambios significativos y
medibles!
Tenemos el poder desde
el interior para regular los genes que producen la IgA.
¿Cómo te estás moviendo
hacia un estado elevado del ser hoy?.
Joe Dispenza
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