Ciertamente, cuando el hombre está en esencia no necesita realizar ningún tipo de práctica espiritual. Es, precisamente, cuando el ser humano está tan imbuido en los procesos de identificación e imaginación que se ha olvidado de sí mismo cuando más evidente y urgente es la necesidad de aquietarse para volver a su centro y escucharse. Es posible tomar un baño de silencio para retomar el origen, para escuchar el punto exacto donde brota la fuente del pensamiento, la siguiente respiración, el próximo latido… y de éste modo, libre de condicionamientos, sentir la vida que se es.
Sentarse en quietud es brindarse la oportunidad de reconectar con uno mismo,
con la presencia interna de ser. Es comparable con el símil de un coche que
corre a una velocidad de 100 Kms/h. y el conductor decide parar. Esa decisión
es el comienzo. Después buscará un lugar y momentos adecuados (condiciones).
Aminorará la velocidad del auto y parará (la mente se aquieta). Entonces
decidirá bajarse del coche (desidentificación) y sólo entonces podrá contemplar
el paisaje (sin imaginación). El cielo estará azul, o tendrá nubes, en el campo
habrá flores o trigo sembrado, o nada… Dará igual porque él se limitará,
solamente, a observar. Cuando haya finalizado el tiempo de “parada” volverá a
su vehículo y comenzará a rodar nuevamente por la carretera de la vida, pero
existirá una diferencia: ahora nada es igual, aunque todo sea lo mismo. Ahora
el conductor sabe que NO imagina el paisaje porque ha visto como es. También sabe,
por vía de experiencia, que NO es el vehículo en el que viaja. Podrá, si lo
desea, volver a la velocidad de antes, aminorarla o aumentarla. Ya ha
comprendido quién es y qué es. La comprensión es el principio activo de la
libertad. Sin comprensión no puede haber libertad ni liberación.
El hombre cree que la Libertad está en algún lugar o circunstancia externa a
él. Se equivoca, está en su interior. Busca sin cesar en tu interior hasta que
percibas que no eres lo que durante toda tu existencia has creído ser. Eres
espíritu puro que al habitar en un cuerpo está teniendo una experiencia humana.
Compréndelo desde la experiencia.
Asciende
por la escalera de la meditación por
encima de las nubes de tu mente…y
descubre el sol que hay en tu interior
Fuente:
Silencio Interior
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