La lunación tendrá lugar mañana
14 de noviembre de 2016
La
próxima Luna llena, que será una súper Luna por encontrarse en conjunción a
Príapo, el punto de perigeo lunar, tendrá lugar en el grado 22 de uno de los
signos claves del zodiaco, un signo que tiene un valor muy significativo en un
sentido iniciático, se trata del signo de Tauro, uno de los cuatro signos
fijos, especialmente considerados dentro de la tradición iniciática, pues están
vinculados a las cuatro estrellas regias y se constituyen, por tanto, en los
cuatro pilares o columnas principales del templo interior para todo aquel que
trabaja mirando hacia adentro.
A Tauro
corresponde el “Yo quiero” como frase de reconocimiento. Es un signo, por tanto, relacionado con el
querer y también con el tener. Tauro nos
vincula al mundo de la manifestación de los deseos, esos que irradian desde el
opuesto signo de Escorpio. Nos remite al
mundo físico y sensorial, a la Shakti o energía divina toda vez es capaz de
manifestarse como creación, como belleza, como sensación.
Representa
entonces a la naturaleza, expresión visible, palpable y/o perceptible de Dios,
el rostro de la Diosa, el vestido que la Vida misma manifiesta para envolverse
de sí misma, arroparse y retroalimentarse.
Podemos
experimentar a Tauro en nuestro cuerpo físico, en las experiencias sensoriales
y la sensualidad que experimentamos a través de nuestros cinco sentidos, en los
placeres, en la belleza, en el colorido y en toda creación la que podemos
captar con ellos.
Tauro es
regido tradicionalmente por Venus y vinculado también a la Tierra, la cual
podríamos mencionar como su regente moderno, pues si algún planeta expresa el
simbolismo de Tauro es este mismo en el que nos encontramos, nuestro hogar,
lugar privilegiado dentro del Universo, en el cual la fuerza de la Vida ha
podido dar rienda suelta a la bella manifestación de su naturaleza creadora.
En el
Tarot podemos reconocer a Tauro en la carta de La Emperatriz, asociada, entre
otras cosas, a la creatividad, fertilidad y abundancia.
La Luna
llena en Tauro nos lleva entonces a trabajar interiormente lo relativo a
aquello que queremos, así como a aquello que tenemos. En este sentido, todo
empieza por darnos cuenta del poder que tiene ese decreto que hacemos cada vez
que decimos querer algo, pues independientemente de que seamos conscientes o no
de ello, somos seres creadores, somos esa Vida manifestada a través de una
serie de vehículos, físico, mental, emocional, etc.
Somos, en
definitiva, criaturas que tenemos a su vez la capacidad de crear. Entonces, aquello que tenemos va en función
de lo que queremos. Y si tenemos algo que no queremos, tal vez es que no
estamos ejerciendo conscientemente esa potestad, de querer, de ser fértiles y,
de esta forma, tener.
Tal vez la semilla que sembramos en su momento, durante el
ciclo creativo, no se correspondía, parcial o completamente, con aquello que
queríamos, o quizá no aramos la tierra adecuadamente o no abonamos bien. Y esto puede referirse tanto al campo mental
como emocional que preceden al acto de la manifestación.
Tauro nos
recuerda, entre otras cosas, la importancia de ser naturales y ahorrativos,
esto es, no dispersar energías sino concentrarlas a través del mínimo esfuerzo
posible en las naturales cualidades que son susceptibles de desarrollarse para
obtener el máximo beneficio.
La Luna
llena en Tauro también es momento de disfrutar plenamente de los sentidos y
expresar el afecto y cuidado lunar a través del mimo de estos; un masaje, una aromática infusión, una rica
comida, una dulce caricia, un hermoso paisaje u obra de arte que recree nuestra
vista, un buen abrigo que nos proteja del frío, la calidez del sol, el canto de
un pájaro, en fin, los sentidos son un canal para nuestra nutrición, ya sea del
cuerpo, de la mente o del alma y la Luna en Tauro viene a recordarnos la
importancia de esto. ¿En qué ocupamos
nuestros sentidos?, ¿que alimento les damos?, ¿de qué manera a través de estos
estamos nutriendo nuestro cuerpo, mente y alma y que estamos incorporando a
estos?
Con la
Luna en Tauro es normal que estemos más sensibles a los estímulos sensoriales y
que necesitemos experimentar en nuestro interior la emoción que ellos nos
producen y cómo son capaces de nutrirnos y reconfortarnos.
Quizá la
urgencia de nuestra alma en estos momentos sea experimentar esa paz y
tranquilidad tan propia de este signo.
Acudir a
la naturaleza puede ser una excelente manera de encontrarla, ¿qué mejor hogar
que la tierra?, ¿qué mejor descanso que relajarnos en el césped y conectar con
el verdor lleno de prana que nos revitaliza?, ¿qué mejor regalo para el alma
que abrazar un árbol y sentir su amor natural y sencillo que nada exige y todo
da? Y sentir que el tiempo pasa lento y
que no hay nada de que preocuparse porque todo es satisfecho de forma natural y
lo que no, requerirá de ese esfuerzo que permita simplemente arar el terreno
donde sembraremos la semilla de aquello que deseamos tener.
Tauro
disfruta igualmente de ambas facetas, del trabajo y el descanso, como lo hace
la naturaleza, que tiene ciclos y que a veces enfoca su energía hacia adentro y
otras hacia afuera. ¡Que disfrute
comprender y aceptar eso! Entonces
dejamos de sobreexigirnos, o bien, de estancarnos. Comprendemos que somos
semillas que de forma natural se convertirán en árboles, que somos la Vida
misma vestida con su propio ropaje, que se recrea a través de sus sentidos en
la experimentación de su propia creación.
La Luna
llena en Tauro siente la necesidad de convertirse en ese terreno fértil donde
se manifestarán los deseos que el Sol en Escorpio está generando, que desde su
luz transformadora, empoderada de sí misma, busca preñar a la Luna de esos
deseos que irradia desde lo más profundo, para cocrear con esa Luna en Tauro
algo que queremos y que, de alguna manera, obtendremos si hemos comprendido el
secreto de este mágico acto de cocreación.
Y la
magia es aún mayor cuando Lilith está implicada, en este caso, en conjunción al
Sol escorpiano y en oposición a la Luna llena en Tauro. La gran maga, diosa de la profunda sabiduría,
se siente sumamente empoderada en ese signo profundo y misterioso que es
Escorpio y se encuentra disfrutando de todo el saber que encuentra en la sombra
y que servirá de fuerza motora en su viaje de regreso hacia la Luz.
El Sol la
acompaña, como una antorcha que le permite observarse mejor para descubrir sus
poderes ocultos y darse cuenta a través de un proceso alquímico de su enorme
potencial transformador y de la Luz que mora en su obscuridad. La consciencia solar en lo profundo del
abismo se encuentra unida a Lilith, esa Shakti interior, inmanifiesta, la Diosa
oculta en la profundidad y, junto a ella, ilumina a la Luna en Tauro, signo vinculado
a la Shakti manifestada, a los cuerpos, a la energía que se ha hecho palpable,
observable, que se ha materializado, dando lugar al mundo de la forma.
Es un
tiempo, por ello, ideal para las prácticas tántricas, así como también para la
magia en general, para cocrear, para manifestar nuestros deseos, en esta fértil
súper Luna, así que es momento de ser cuidadoso también con aquello que
deseamos pues puede hacerse realidad.
Hay que
tener la suficiente prudencia y tino para no dejarnos arrastrar por deseos
egoístas, fundamentados en bajas pasiones y en pulsiones que provienen de las
facetas negativas de la sombra y no de instancias más elevadas, es importante,
en este sentido, revisar desde donde estamos creando, desde el odio, desde la
envidia, desde la revancha, desde la impotencia, desde la frustración, o desde
la sabiduría profunda, desde el intenso amor, desde la generosidad
transformadora, desde la sensibilidad ante el dolor, desde el mágico poder
transformador de nuestros talentos.
¿Seremos capaces entonces de encontrar esa Luz en la oscuridad que nos
permita hacer emerger en esta fértil Luna los regalos que en ella entraña?
Esperemos
que sí y que así podamos descansar satisfechos de lo obtenido y sentirnos en
paz con aquello que tenemos porque ha nacido para sanarnos. El sextil a Quirón en Piscis que realizará la
Luna, así como el trígono que Lilith y el Sol establecen actualmente con este,
será una oportunidad para ello, para sanar y/o para ser sanados, no obstante,
habrá que experimentar la herida, la que el otro nos mostrará a través de la
suya para que comprendamos la nuestra y viceversa.
Será el
amor incondicional quien se exprese, en todo caso, para dar curso a esa
sanación, ya sea a través de la entrega, la renuncia, la compasión y/o el
perdón.
Y si algo
sientes que no ha quedado resuelto en el proceso, entrégalo al Universo, el
sabrá que hacer con ello y tarde o temprano ese aparente caos encontrará su
razón de ser y se convertirá en sabiduría que te acompañará toda la vida.
Meditar y
orar o entregarse a la magia de la música, la danza o la poesía puede ser lo
ideal en esos momentos y convertirse en una Sagrada medicina que te permitirá
transmutar el dolor en serenidad, en paz, y tener la oportunidad de
experimentar ya sea el divino vacío de lo increado o la divina alquimia de la
creación.
Deseo
pues que esta Luna llena en Tauro os prodigue hermosos regalos, que sanéis lo
que corresponda ser sanado y transforméis lo que corresponda ser transformado,
básicamente, el ego y la ilusión de separación, para que la luz de la
consciencia os pueda revelar esos regalos que no son más que una extensión de
la misma belleza que reside en vuestras almas.
Recordad, sobre todo, que sois merecedores de ellos.
Fuente: Campus Astrologia
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