Las propiedades del ajo
son muy variadas, sirviendo para males digestivos, el alivio de la tos, el
dolor de cabeza o garganta y en infecciones de piel, además de colaborar en la
hipertensión, el exceso de ácido úrico o el colesterol alto…
Nombre científico:
Allium sativum
El ajo es una especia
de gran consumo mundial y una de las plantas medicinales más antiguas conocidas
por el hombre.
Fue mencionado ya por
los sumerios, la primera civilización del mundo, ubicada antaño en Oriente
Medio. Los griegos y romanos también disfrutaron las bondades y propiedades del
ajo. Y luego los europeos, desde la Edad Media.
Durante siglos, el
hombre ha colgado tiras de ajo en las ventanas y puertas de las casas, bajo la
creencia de que podía ahuyentar a los vampiros, brujas o demonios.
Nativo de Oriente, el
ajo se ha cultivado en Europa, África o América, siendo una de las especias más
aprovechadas para dar gusto a las comidas.
Sus hojas se parecen a
las del puerro y tiene flores blancas o rosadas. Tanto su aroma como sabor son
plenamente inconfundibles.
Propiedades del ajo
¿Para qué sirven los
dientes de ajo?
Se considera que la
ingesta diaria de ajo fresco puede mejorar el estado general de salud, el ánimo
y la concentración.
Para mejorar la función
cardiovascular
El ajo colabora a
disminuir la presión sanguínea y refuerza la función cardiovascular, además de
presentar propiedades antioxidantes para reducir los niveles excesivos de
colesterol en sangre y prevenir que se aloje en las arterias.
La ingesta regular de
ajo fresco durante muchos años puede mitigar el riesgo de sufrir
arterioesclerosis y paros cardíacos, así como mejorar la circulación sanguínea.
En ensaladas o tintura,
el ajo puede ayudar en casos de colesterol alto, hipertensión o exceso de ácido
úrico.
Dolores de cabeza y de
garganta
Consumir ajo fresco
diariamente sirve, además, para aliviar dolores de cabeza, o de garganta,
especialmente en las anginas, masticando 1 diente de ajo 4 veces al día.
El ajo fresco se puede
comer en crudo o bien añadir como condimento en una enorme variedad de comidas,
día a día.
Dosis diaria: 3 dientes
pequeños
Males digestivos
Los principios activos
contenidos en el ajo colaboran en la digestión y a reducir la fermentación en los
intestinos, lo cual podría ocasionar diarrea, calambres o gases abdominales.
Para la indigestión, se
indica ingerir 3 dientes de ajo pequeños por día.
En casos agudos de
diarrea, consumir 10 dientes de ajo crudos por día.
Para la flora
intestinal poco saludable, también se aconseja un tratamiento diario con ajo
fresco.
Trastornos
respiratorios
La medicina popular
también ha utilizado el ajo para el tratamiento de problemas respiratorios,
como ser la tos o bronquitis. ¿Cómo? A través del jugo de ajo.
¿Cómo preparar el jugo
de ajo contra la tos o bronquitis?
Picar o triturar 5
dientes de ajo en pedacitos bien chicos.
Mezclar con 5
cucharadaditas de miel.
Añadir 250 ml de agua
tibia.
Dejar reposar por 10
minutos.
Filtrar.
Preparar a diario, cada
vez, antes de su consumo.
Beber 2 cucharadas
llenas de jugo de ajo recién exprimido, en dosis repartidas a lo largo del día.
Infecciones en la piel
Otras de las
propiedades del ajo refieren a su acción antibacteriana y antimicótica (contra
los hongos), por lo que puede servir en casos de infecciones fúngicas (de
hongos) o bacterianas.
Para las infecciones
fúngicas se indica la aplicación de jugo de ajo fresco sobre el área afectada,
varias veces al día.
Efectos indeseados del
ajo
En raras ocasiones,
puede provocar reacciones alérgicas, problemas cardiovasculares o molestias
gastrointestinales.
Hay personas que
toleran poco el consumo de grandes cantidades de ajo crudo, por lo que deberían
evitar su ingesta con el estómago vacío.
Fuente consultada:
‘Remedios Caseros: Guía
sobre medicina alternativa de uso doméstico y familia’ – Tanja Hirschsteiner
Fuente: Dr Yuyo
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