EL
VIAJE DE TU VIDA
No
importa qué tan arriba estemos: es recién cuando caemos al fondo de nosotros
mismos, sorteando obstáculos y desafíos internos y externos, que crecemos
realmente.
Llegar
alto en la carrera. Tener familia y amigos. Sin embargo, sentir un vacío
intenso. Algo que oprime desde la falta… ¿pero qué? Muchas veces es sólo
atravesando una situación límite que ese dolor se evidencia y queda expuesto:
puede ser la muerte de un ser querido, una separación, un despido. De pronto,
frente al espejo, nos sorprendemos haciéndonos la gran pregunta: ¿de qué
estamos hechos?
Cuando
eso pasa, no queda más remedio que descender hasta lo más profundo para
averiguarlo. Y actuar en consecuencia.
El
mitólogo Joseph Campbell describió ese movimiento como “el viaje del héroe”, un
camino de autoconquista poblado de esfuerzos y desafíos en la lucha por
volvernos conscientes y dueños de nuestros destinos. El concepto fue reflejado
por grandes historias del cine y la literatura como un trayecto cuesta arriba,
repleto de riesgos, donde sin embargo su protagonista logra siempre encontrar
más de una respuesta y regresa, totalmente modificado, al punto de partida.
El
desafío de encontrarnos
Pero,
¿qué pasa si no emprendemos el viaje jamás? Tal vez podamos seguir así, como si
nada, un tiempo. Hasta que un buen día nos sintamos perdidos, viviendo una vida
sin sentido; una existencia desintegrada, donde nos habremos de sentirnos a
gusto, ni en sintonía con nuestra esencia.
Entonces,
ya no habrá excusas: será momento de atender la llamada.
“Un
héroe es alguien que ha dado su vida por algo más grande que él mismo”, decía
Campbell, que llegó a esta conclusión tras haber estudiado las mitologías del
mundo. Y está claro que no hablaba de héroes de capa y espada, sino de personas
de carne y hueso que eligieron decir “sí” a su aventura y abrazaron el difícil
camino del crecimiento y la conquista espiritual.
Elige
tu propio destino
Antes
de comenzar, es importante que sepas que el viaje consta de tres grandes
etapas, que tendrán variables en cada caso particular, pero al final siempre se
condicen con el mapa trazado por Campbell:
1.
LA SALIDA: Abandonar el hogar o el mundo conocido, la zona de confort.
2.
LA INICIACIÓN:Responder a la llamada a la aventura, iniciar el viaje, cruzar
umbrales, descender hasta lo más oscuro…
3.
EL RETORNO: Volver al punto de partida con el premio de haber resurgido,
totalmente transformados.
Claro
que no es fácil y habrá que vencer las resistencias que impiden cambiar. Aunque
algo es cierto: al final, el viaje siempre se impone. ¿No te parece que vale la
pena lanzarse hoy mismo?
Fuente:
Revista Sophia
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