Quizás ya sabrán por qué llamamos así a esta Luna tan especial, se la denomina SuperLuna cuando ésta recorre su órbita en el punto más cercano a la Tierra, por lo tanto la percibimos más grande. Luna de Sangre, significa que nuestro satélite se tiñe de un color rojizo por efecto de la refracción de la luz Solar. Y la Luna Azul es así llamada a la segunda Luna Llena que ocurre en un mismo mes. A todas estas particularidades, le sumamos un Eclipse total lunar!
Ahora bien, ¿de qué nos está hablando
este fenómeno tan especial?
Para comenzar, las fases de
Plenilunio ocurren cuando el Sol y la Luna se encuentran en signos opuestos
(Sol en Acuario- Luna en Leo en este caso) y son momentos en donde nuestra
energía emocional está más intensificada, lo cual puede ayudarnos a
"bucear" en las profundidades de nosotros mismos, sacando a la luz
todo lo que aún necesitamos seguir iluminando, y también puede ocurrir que
salgan a relucir habilidades o talentos que desconocíamos y comprensiones o
"revelaciones" que aparecen con gran claridad en forma repentina, o
bien puede desestabilizarnos bastante a ese nivel (emocional) impulsándonos a
reaccionar (en vez de accionar) desde un lugar más primitivo e irracional de
nosotros mismos. El efecto dependerá de la frecuencia en que cada uno de
nosotros esté vibrando.
A ésto sumamos el Eclipse, y entonces
esta Lunación tan intensa fenoménicamente hablando, nos habla de tomar
conciencia fundamentalmente (la Luz Solar es conciencia, y eclipsa a la Luna,
que es instinto). ¿Pero conciencia de qué?
Dijimos que el eje involucrado es
Leo-Acuario. En Leo, que es un signo que se relaciona con nuestra identidad,
desarrollamos la seguridad en nuestro valor personal a través de nuestros
talentos, de la capacidad de brillar y destacarnos. En cambio Acuario nos
propone encontrar la identificación con todo aquello que a primera vista
pareciera diferente, o ajeno a nosotros mismos, pero su comprensión, mucho más
abarcativa, sabe que en lo profundo "todos somos Uno", y que aún en
eso que no reconozco en mí, habita un reflejo que me complementa, me completa o
me ayuda a descubrirme, el Espejo. El desafío especial, es poder formar parte
de esa unión con un delicado equilibrio, sin perder la claridad en lo que soy y
lo que puedo dar, y esa capacidad de integrarme y sentirme hermanado con el
resto de la gran familia que conformamos la Humanidad.
Los Eclipses promueven
"limpiezas", y esta vez, entre las que se nos propone podremos
encontrar varias situaciones que vemos reflejadas en el día a día. Una de
ellas, es aprender a no evaluar desde EL PREJUICIO: el bullying es un buen
ejemplo de esta conducta, lo mismo que la llamada "posverdad",
palabra que la filosofía define como la actitud de interpretar los hechos de
acuerdo a mis propios puntos de vista, sin la menor objetividad ni capacidad de
evaluación reflexiva: "creo lo que quiero creer, más allá de que me
demuestren lo contrario". Estas dos características corresponderían a
cualidades leoninas, al igual que la tendencia de participar de las redes sociales
sólo para "mirarnos el ombligo", necesidad pura que habla de nuestro
EGO pobremente integrado, lo mismo ocurre con la búsqueda desesperada de
RECONOCIMIENTO y de FAMA sin el aporte de ningún talento particular, que se
observa hoy con tanta frecuencia.
Desde la otra polaridad, Acuario, lo
que nos separa de esa armonía que mencionaba antes, es la predilección por la
INMEDIATEZ, no poder detenernos en los procesos, ni "bajar" al
corazón, característica que detona ese síntoma tan presente en nuestros días
que llamamos ANSIEDAD. La dificultad para ENTREGARNOS y COMPROMETERNOS, de
involucrarnos apasionadamente en aquello que nos importa, conducta que ha hecho
mella en gran medida en el área de los vínculos. El afán por la NOVEDAD,
prácticamente todo (incluídas a veces las personas) hoy parecería ser
descartable..., por ejemplo, en la tecnología lo experimentamos a pasos
agigantados!
Suena complejo y difícil, pero a esta
altura, se espera de nosotros como Humanidad, que seamos capaces de integrar
cada vez en mayor medida estos opuestos, vinculándonos profundamente con
nosotros mismos en una actitud de un sano amor propio y respeto, para ser
capaces de abrirnos a compartir de igual a igual con ese otro que piensa, es, o
vive diferente, sin dominación ni subordinación de ninguna parte, si no desde
la cooperación y la comprensión de que no podemos vivir sin los otros, y la
certeza de que el prójimo en un punto, también soy yo. Entusiasmándonos con el
futuro, sin renegar de nuestro recorrido previo. Teniendo en claro nuestras
opiniones desde el argumento de los valores y no desde el dogmatismo.
Aprendiendo a vibrar con la velocidad que esta época nos demanda, pero
permitiéndonos profundizar y detenernos en aquello que así lo requiera.
Abrazando nuestro poder para dar y ayudar, no para someter.
Y si lo pensamos un poco, creo que
ése sería la realidad en que todos querríamos vivir...
¿Y si la vamos construyendo de a uno?
Maria Isabel Groppa
Astróloga- Astroanalista- Terapeuta
Floral
Terapeuta Holística
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