¿Cuál es la diferencia
entre someterse a la voluntad de Dios
y lo que usted dice
acerca de la aceptación de "Lo que es"?
Hay, por cierto, una
gran diferencia, ¿no es así? Someterse a la voluntad de Dios implica que ya
conocéis la voluntad de Dios. No os sometéis a algo que no conocéis. Si
conocéis la realidad, no podéis rendiros a ella; dejáis de existir, no hay
sometimiento a una voluntad superior. Si os sometéis a una voluntad superior,
entonces esa voluntad superior es la proyección de vosotros mismos, pues lo
real no puede ser conocido a través de lo conocido. Adviene tan solo cuando lo
conocido termina. Lo conocido es una creación de la mente, porque el
pensamiento es el resultado de lo conocido, del pasado, y el pensamiento solo
puede crear lo que conoce; por lo tanto, lo que él conoce no es lo eterno. Por
eso es que cuando os sometéis a la voluntad de Dios, os sometéis a vuestras
propias proyecciones; podrá brindar satisfacción, consuelo, pero no es lo real.
El comprender lo que es
exige un proceso diferente, tal vez la palabra "proceso" no sea
exacta, pero lo que yo quiero significar es esto: comprender lo que es resulta
mucho más difícil, requiere mayor inteligencia, mayor captación, quo aceptar
simplemente una idea y entregaros a ella. Comprender lo que es no exige
esfuerzo; el esfuerzo es una distracción. Para comprender algo, para comprender
lo que es, no podéis estar distraídos, ¿verdad? Si yo deseo comprender lo que
vosotros decís, no puedo escuchar música; o el ruido de la gente afuera; debo dedicarle
toda mi atención. De tal suerte, es extraordinariamente difícil y arduo captar
lo que es, porque nuestro mismísimo pensar ha llegado a ser una distracción. No
queremos comprender lo que es. Miramos lo que es a través de los lentes del
prejuicio, de la condenación o de la identificación; y resulta muy arduo
quitarse esos lentes y mirar lo que es. Lo que es, por cierto, es un hecho, es
la verdad, y todo lo demás es una evasión, no es la verdad. Para comprender lo
que es, el conflicto de la dualidad debe cesar, porque la respuesta negativa de
convertirse uno en algo diferente de lo que es, es negarse a comprender lo que
es. Si deseo comprender la arrogancia, no debo caer en lo opuesto, no debo
dejarme distraer por el esfuerzo de llegar a ser algo, ni siquiera por el
esfuerzo de procurar comprender lo que es. Si soy arrogante, ¿qué ocurre? Si no
le doy nombre a la arrogancia, ella cesa; lo cual significa que la respuesta
está en el problema mismo y no fuera de él.
No se trata de aceptar
lo que es; lo que es no necesita ser aceptado. No aceptáis que sois morenos o
blancos, puesto que ello es un hecho; solo cuando tratáis de llegar a ser otra
cosa, tenéis que aceptar. no bien reconocéis un hecho, éste deja de tener alguna
significación; pero una mente adiestrada a pensar en el pasado o en el futuro,
adiestrada a huir en múltiples direcciones, una mente así es incapaz de
comprender lo que es sin la comprensión de lo que es, no podéis encontrar lo
que es real; y sin esa comprensión, la vida carece de sentido, es una constante
batalla en la que el dolor y el sufrimiento continúan. Lo real solo puede ser
comprendido comprendiendo lo que es. No puede ser comprendido si hay
condenación o identificación. La mente que siempre está condenando o
identificándose no puede comprender; solo puede comprender aquello en lo que
está atrapada. El entendimiento de lo que es, la comprensión de lo que es,
revela extraordinarias honduras en las que está la realidad, el júbilo y la
felicidad.
JIDDU KRISHNAMURTI
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