SOLO DIOS ES SANTO

 


LA BÚSQUEDA DE LA SANTIDAD

Meditación es ver el conmovedor y siempre cambiante movimiento de la vida. El hombre que ha progresado de ser un pecador a ser un santo, ha pasado de una ilusión a otra. Todo este movimiento es una ilusión. Cuando la mente lo ve, no crea más ilusiones, deja de medir. Por lo tanto, el pensamiento termina en relación con ese llegar a ser mejor. De ahí surge un estado de liberación, y esto es sagrado. Esto solo, puede quizás recibir aquello que es eterno.

 

Querer ser un santo no es más que un esfuerzo de la mente por crear otra careta para ganar aceptación social, ya sea del mundo o de un reducido grupo de personas. La mayoría de la religiosidad del mundo está orientada a la fabricación de santos. Para lograr este fin, las personas se engañan ellas mismas reprimiendo en su inconsciente aquello que es contrario a la imagen de santos que quieren fabricar.

 

El verdadero santo nunca buscó convertirse en santo. Su santidad es el resultado natural de soltar todo, incluso el deseo de ser un santo. Soltar todo es la renuncia suprema a todas las expectativas creadas por la mente y el ego. Y al mismo tiempo es la entrega suprema al fluir natural de la vida –al que algunos llaman la Voluntad de Dios.

 

El verdadero santo nunca busca parecer un santo. Por ello no busca esconder sus flaquezas ante los demás. En cambio, el que busca ser santo, esconde sus debilidades para mantener su imagen ante el mudo. Buscando la santidad nunca la encontrarás, solo desarrollarás un ego más bonito y más esbelto, un ego que habla de amor y medita largas horas, nada más.

 

La propuesta de Krishnamurti, que puse al principio de este artículo, es la de limitarnos a ser el Testigo de la mente y sus funcionamiento. Cuando observamos a la mente y al ego con sus juegos infantiles, entramos en otro nivel de la Consciencia; un nivel en el cual somos un observador imparcial que no se afecta ni se identifica con nada de lo que observa.

 

Pero lo más increíble de este observar, es que al hacerlo la mente se transforma, el ego se disuelve. Aquello que es observado de esta forma nunca queda igual, siempre hay un cambio, una transformación. De hecho, el éxito del ego radica en hacer que nos identifiquemos con él. Pero cuando lo observamos, este pierde su poder y se disuelve en ese instante. Esto que parece mágico es el poder científico y transformador de la Autoconsciencia, el arte de ver sin identificarse.

 

Cuando hacemos esto, no se busca convertirnos en santos o en personas mejores. En la observación no puede haber expectativas de ninguna clase. En ese momento entramos al Vacío absoluto, un vacío en el cual ya no hay mente ni noción de un “yo” personal que pueda ser afectado por lo que ve. De este modo nos convertimos en el espacio vacío y los pensamientos son solamente pájaros que cruzan sin dejar rastro alguno. Entonces deviene la santidad sin buscar ni desear jamás ser santos. Cuando la santidad llega de esta manera, no nos apegamos a ella y no necesitamos hacer un esfuerzo mental por sostenerla. Ni siquiera nos apegamos a eso porque en el Vacío la palabra santo es también una creación de la mente.

 

JIDDU KRISHNAMURTI


EL DESAPEGO ES EL DESPERTAR A LA PUREZA

 


 

DESPERTAR A LA PUREZA

La esencia del Camino es el desapego.

 

Y la meta de aquellos que practican el desapego es liberarse de las apariencias. Se dice en los discursos dados por Buda: «El desapego es despertar porque niega las apariencias».

 

La pureza significa atención sutil.

 

Aquellos mortales cuyas mentes tienen atención natural alcanzan el Camino del despertar y por ello son llamados Budas. Se dice en los discursos dados por Buda: «Aquellos que se liberan a sí mismos de toda apariencia son llamados Budas».

 

El aspecto de la apariencia como no apariencia no puede apreciarse visualmente sino que únicamente puede conocerse mediante la sabiduría. Cualquiera que escuche y crea esta enseñanza se embarcará en el Gran Vehículo y despertara abandonando los tres reinos.

 

El Gran Vehículo es el más grande de los vehículos. Es el transporte de los puros, que lo usan todo sin usarlo y que viajan todo el día sin viajar. Así es el vehículo de los puros. Se dice en los discursos dados por Buda: «El no vehículo es el vehículo de los Budas».

 

EL CONOCIMIENTO Y LA PUREZA

El conocimiento significa pureza.

 

La ignorancia significa mortalidad. No son lo mismo y tampoco son diferentes. Pero la gente distingue entre ignorancia y conocimiento. Cuando somos ignorantes hay un mundo al que escapar. Cuando somos conscientes, no hay nada donde escapar.

 

Cuando se vive en la ignorancia se está en esta orilla. Cuando se está consciente se está en la otra orilla. Pero una vez que sabes que tu mente es vacío y no ves apariencias, estás más allá de ignorancia y conocimiento. Y una vez que se está más allá de ignorancia y conocimiento, no existe la otra orilla. El Buda no está en esta orilla ni en la otra y tampoco está en mitad de la corriente. Los iniciados están en mitad de la corriente y los mortales en esta orilla y en la otra orilla está la pureza.

 

LA PUREZA Y LOS TRES VENENOS

Más allá de codicia odio e ignorancia no hay otra naturaleza búdica.

 

Se dice en los discursos dados por Buda: «Los budas solo se han convertido en budas mientras vivían con los tres venenos y alimentándose del Dharma puro». Los tres venenos son codicia, odio e confusión.

 

El Buda de la mente es como la fragancia de un árbol. El Buda proviene de una mente libre de sufrimiento, al igual que la fragancia proviene de un árbol libre del deterioro. No hay fragancia sin el árbol ni Buda sin la mente. Si hay fragancia sin un árbol, se trata de una fragancia diferente. Si hay un Buda sin tu mente, se trata de un Buda diferente. Cuando los tres venenos están presentes en tu mente, viven en una tierra de inmundicia. Cuando los tres venenos están ausentes de tu mente, vives en una tierra de pureza. Se dice en los discursos dados por Buda: «Si llenas una tierra de impureza e inmundicia, nunca aparecerá ningún Buda». La impureza e inmundicia remiten a la ignorancia y a los otros venenos. Un Buda remite a una mente pura y despierta.

 

Mortalidad y pureza son como el agua y el hielo. Estar afligido por los tres venenos es la mortalidad. Estar purificado por las tres liberaciones, es la pureza. Lo que en invierno se congela dando paso al hielo se deshace en agua en verano. Elimina el hielo y no habrá agua. Si te deshaces de la mortalidad no habrá pureza. Está claro que la naturaleza del hielo es la naturaleza del agua y la naturaleza del agua es la naturaleza del hielo. Y la naturaleza de la mortalidad es la naturaleza de pureza. Mortalidad y pureza comparten la misma naturaleza, igual que comparten la misma raíz pero no la misma estación. Es solo a causa de la ilusión sobre diferencias por lo que tenemos las palabras mortalidad y pureza.

 

LA MENTE Y LA PUREZA

Cuando aparece la mente mortal, desaparece la pureza.

 

Cuando desaparece la mente mortal, aparece la pureza. Cuando la mente aparece, desaparece la realidad. Cuando la mente desaparece, aparece la realidad. Quien sepa que nada depende de nada habrá encontrado el Camino, y quien sepa que la mente depende de nada siempre está en el lugar de la iluminación.

 

Alguien que busca el Camino no busca más allá de sí mismo pues sabe que la mente es el Camino. Pero cuando busca la mente no encuentra nada. Y cuando encuentra el Camino no encuentra nada. Si crees que puedes utilizar la mente para encontrar el Camino es que vives en la ignorancia. Cuando se vive en la ignorancia existe la pureza. Cuando eres consciente no existe tal cosa. Y es así porque la conciencia es la pureza.

 

Cada sufrimiento es una semilla búdica, porque el sufrimiento impele a los mortales a buscar sabiduría. Pero solo puede decirse que el sufrimiento da origen a la pureza. No puede decirse que el sufrimiento sea la pureza. Tu cuerpo y tu mente son el campo, el sufrimiento es la semilla, la sabiduría el brote y la pureza el grano.

 

Cuando la mente deja de moverse, penetra en el Nirvana. Nirvana es una mente vacía. Cuando no existe la ignorancia, los Budas alcanzan el Nirvana. Cuando no existen las aflicciones, los puros entran en el lugar del despertar. Un lugar deshabitado es uno sin codicia, odio ni ignorancia. La codicia es el reino del deseo, el odio el reino de la forma y la ignorancia el reino sin forma.

 

Cualquiera que sepa que la mente es una ficción y está vacía de cualquier cosa real, sabe que su propia mente ni existe ni no existe.

 

Los mortales crean la mente, proclamando que existe.

Los iniciados niegan la mente, proclamando que no existe.

Pero los puros y los Budas ni crean ni niegan la mente.

Los puros saben que NO HAY MENTE y NO HAY NO-MENTE. Eso es lo que significa que la mente ni existe ni no existe. La mente que ni existe ni no existe es lo que se denomina el Camino Medio.

 

Los puros ven a través de la ignorancia y al no utilizar la mente para hacer aparecer la mente siempre se encuentran en la tierra de los Budas. Si no utilizas tu mente para crean mente, todos los estados mentales son vacío y cada pensamiento inmóvil; irás de una tierra búdica a otra. Si utilizas la mente para crear mente, todos los estados mentales son intranquilos y cada pensamiento está en movimiento: vas de un infierno al siguiente. Cuando aparece un pensamiento hay buen y mal karma, cielo e infierno. Cuando no aparecen pensamientos, no hay ni buen ni mal karma, ni cielo ni infierno.

 

Los ojos que no se aferran a la forma son las Puertas del Budismo Zen. Los oídos que no se aferran al sonido son también las Puertas del Budismo Zen. En pocas palabras, aquellos que perciben la existencia y la naturaleza de los fenómenos y permanecen sin aferrarse son liberados. Aquellos que perciben la apariencia externa de los fenómenos están a su merced. Liberación significa no estar sujeto a la aflicción. No hay otra liberación. Cuando se sabe cómo mirar la forma, la forma no da paso a la aparición de la mente y la mente no da paso a la aparición de la forma. Ambas, forma y mente, son puras.

 

EL DHARMA Y LOS PUROS

 

A la luz del Dharma imparcial los mortales no son diferentes de los sabios. En los discursos dados por Buda se dice: «El Dharma imparcial es algo que los mortales no pueden penetrar ni los sabios practicar». El Dharma imparcial solo es practicado por los grandes Budas y los puros. Ver la muerte como algo diferente de la vida o el movimiento como algo diferente de la inmovilidad es ser parcial. Ser imparcial significa ver el sufrimiento como algo no diferenciado del Nirvana, porque la naturaleza de ambos es el vacío. Al imaginar que pondrán fin al sufrimiento y entrarán en el Nirvana, los iniciados acaban atrapados por el Nirvana. Pero los puros saben que el sufrimiento es esencialmente vacío y permaneciendo en el vacío permanecen en el Nirvana. Nirvana significa no nacimiento y no muerte. Está más allá de nacimiento y muerte y más allá del Nirvana.

 

La gente de comprensión superficial imagina que acumula méritos y confunde el cuerpo de transformación con el Buda. La gente de comprensión moderada imagina que está poniendo fin al sufrimiento y confunde el cuerpo de recompensa con el Buda. Y la gente de profunda comprensión imagina que experimenta la pureza y confunde el cuerpo real con el Buda. Pero la gente con la comprensión más profunda mira en su interior, sin ser distraída por nada. Como una mente clara es el Buda, alcanzan la comprensión de un Buda sin utilizar la mente. Los tres cuerpos, como todas las además cosas, son inalcanzables e indescriptibles. La mente sin estorbo alcanza el Camino. Se dice en los discursos dados por Buda: «Los Budas no predican el Dharma. No liberan mortales. Y no experimentan la pureza». Eso es lo que quiero decir.

 

«El Dharma es la verdad de que todas las naturalezas son puras». Bodhidharma

 

BODHIDHARMA

 

Fuente:La Iluminacion Espiritual


AROMATERAPIA

 


La aromaterapia es un antiguo arte que se incorpora a esta época de vida de cambios veloces y vida acelerada.

 

Esta disciplina aporta un uso terapéutico de los aromas puros para un tratamiento natural y un complemento importante para ayudar a restablecer nuestro equilibrio y armonía.

Los aceites esenciales poseen muchas propiedades que provocan estímulos en el ser humano y se convierten en un invalorable elemento de bienestar.

 

El uso de esencias es de tiempos remotos y tiene referencias en todas las culturas y religiones.

En la antigüedad, los egipcios hace 40 siglos A.C hacían preparados con aceites esenciales que se utilizaban en medicina, cosmética, baños, y para armonizar los templos.

 

Los egipcios iniciaron el arte de extraer las esencias de las plantas calentándolas en recipientes de arcilla, fueron los alquimistas griegos quienes conservando la fragancia y las propiedades curativas inventaron la destilación para obtener aceites esenciales.

El uso de aceites esenciales se realizaba desde hace milenios en China India y Persia. Los vedas también utilizaban aceites para su medicina.

 

Los vegetales medicinales-aromáticos producen esencias, las mismas son extraídas por destilación y presión, también hay otros métodos para algunas especies particulares.

 

Acción de los aceites esenciales

Un modo de actuar los aceites esenciales es través del olfato armonizando los estados psíquicos emocionales y espirituales, el sentido del olfato esta Relacionado a nuestras emocionase por estar directamente conectado al cerebro donde se encuentra el centro de las emociones, también el espacio de muchas actividades vitales de nuestro organismo, el sueño, la sensualidad, la sed, la memoria, etc.

 

Cuando se huele algo se evoca la memoria emocional, se puede relacional las emociones. El sistema límbico donde se encuentra el centro de las emociones está relacionado con el hipotálamo, la parte del cerebro que esta comunicado con las glándulas sexuales.

La memoria asociativa de aromas y situaciones generan el aprovechamiento de los aceites para uso terapéutico, dado que la conciencia registra el aroma con la ambientación.

 

La aromaterapia actúa sobre los planos sutiles por ello puede ser utilizada como terapia vibracional, también ayuda a la meditación, visualizaciones, concentración, afirmaciones y a todas aquellas técnicas destinadas a buscar el equilibrio y armonía interior.

 

Meditación

Los aceites se usaron desde tiempos remotos para la meditación y rituales religiosos, también para muchas culturas los aromas se utilizaban como ofrendas a los dioses.

 

Para meditar con aceites podemos lograr:

· Purificar y preparar el lugar para meditar

· Ayudar a aquietar la mente de pensamientos cotidianos.

· Profundizar y serenar la respiración.

· Conseguir claridad mental

· Balancear los chakras

· Llevar la energía a tierra

· Armonizar la energía de un grupo

 

Principales aceites esenciales

Albahaca: se utiliza para el dolor de cabeza y migrañas, también para la fatiga mental. Angélica: ayuda a contactarse con lo Divino.

Bergamota: eleva el espíritu, refresca y relaja. Es muy útil para casos de depresión, ansiedad y tensión.

Canela: es afrodisíaco y estimulante mental.

Cedro: efecto sedante indicado para el estrés.

Cedrón: sedante se combina con lavanda. Ciprés: se usa en duelos como en otras etapas de cambio.

 

Clavo de olor: agotamiento mental para dejar de fumar.

Enebro: actúa sobre los planos mentales, emocionales y físico, alivia situaciones de confusión y cansancio.

Eucalipto: actúa en el aparato respiratorio es descongestivo.

Geranio: antidepresivo, relajante y para restaurar y estabilizar emociones.

Jengibre: dolores reumáticos y musculares, agotamiento sexual y físico.

 

Lavanda: es un sedante muy efectivo, se utiliza en problemas de insomnio. Ayuda a balancear estados emocionales como histerias depresiones, calma, relaja.

Lemongrass: se usa en la fatiga mental es un estimulante mental

Limón: estimulante mental, antiséptico, astringente, cicatrizante.

Mandarina: calmante y sedante, brinda alegría. Mejorana: actúa mejorando estados de soledad, ansiedad.

Menta: estimula el cerebro ayuda a despejar los pensamientos.

 

Naranja: es antidepresivo y restaura elevando el espíritu. Pino: estimulante del sistema nervioso, brinda energía y bienestar.

Romero: estimula la memoria, la claridad mental, procesos creativos es un protector psíquico y un estimulante físico.

Salvia: relajante, armoniza la sexualidad por relajante y distiende la energía sexual. Sándalo: propiedades sensuales, meditación, aquieta los pensamientos, es ansiolítico y antidepresivo.

 

Tomillo: antiséptico de vias respiratorias y antitusivo. Es tónico y energizante en el nivel físico, mental y emocional, mejora la memoria. Vetiver: es un relajante profundo, balancea energía de grupo puede ser afrodisíaco.

Ylang-Ylang: antidepresivo y sedante, actúa sobre dificultades sexuales, por stress y ansiedad, es utilizado en estados de tensión nerviosa, insomnio e hiperactividad.

 

Uso de los Aceites Esenciales:

El método más indicado para el hogar, salas de meditación, consultorios, etc. es el hornillo, con el calor de una vela se calienta un pequeño cuenco de cerámica en donde se coloca agua y de 5 a 10 gotas de aceites esenciales.

 

Se puede utilizar colgantes de cerámica en el cuello o llevar un pañuelo con la esencia elegida, existen unos aros de cerámica que se colocan en los veladores y allí se ponen las gotas de los aceites preferidos con el calor de la lampara se evapora el aroma y ambienta el lugar.

 

En caso del contacto con la piel el aceite penetra por los poros de la misma ingresando al sistema interno, allí debe diluirse en aceites neutros como el de germen de trigo, sésamo, almendras o en cremas neutras y usarlo en masajes.

 

Cuando los aromas se diluyen en aceites se pueden utilizar como perfumes. También se puede utilizar el aceite en baños de inmersión colocando de 10 a 15 gotas en el agua. Cuando las combinaciones persiguen fines terapéuticos es importante tener en cuenta: · no mezclar aceites esenciales con efectos opuestos

· no usar más de 3 o 4 aceites

· la mezcla debe ser agradable para la persona

 

Los aceites utilizados correctamente para aromaterapia no producen ningún efecto desagradable ni contraindicaciones, de todos modos debemos tener en cuenta:

· No ingerirlos

· No exceder la cantidad de gotas ni el tiempo de uso.

· No utilizar en el embarazo: albahaca, alcanfor, mejorana, mirra, clavo de olor, hisopo, enebro, cedro, salvia, romero.

· No poner en contacto directo con la piel: canela, clavo de olor, bergamota, canela, enebro, jengibre, limón, menta, pino, tomillo.

· No usar en caso de epilepsia: romero salvia. · No dejar ninguna esencia al alcance de los niños.

· No tomar sol después de usar sobre la piel: bergamota, pomelo, naranja, limón, cedrón, angélica.

 

Fuente: FORMARSE


DEL MIEDO AL AMOR Y A LA MADUREZ EXISTENCIAL

 


LA LUZ DEL AMOR

La oscuridad es simplemente la ausencia de luz, y el miedo no es más que la ausencia de amor.

 

El miedo es parte de la mente. La mente es cobarde, y tiene que ser cobarde porque no tiene ninguna base. Está vacía y hueca, y está asustada por todo. Y básicamente está tan asustada que un día te puedes hacer consciente. ¡Ése realmente será el fin del mundo! No el fin del mundo sino que llegues a estar consciente, que llegues a un estado de meditación donde la mente tiene que desaparecer.

 

Da la espalda al miedo y avanza hacia el amor.

 

El miedo es en realidad la ausencia del amor. Y si el miedo es un problema para ti, eso indica que los estás mirando desde el lado equivocado. El amor debería ser el problema, no el miedo. Si el miedo es el problema, en realidad el problema es que deberías ser más amoroso de forma que alguien pudiera amarte más. Deberías estar más abierto hacia el amor.

 

Amando avanzas a la madurez cósmica.

 

Espera en silencio por lo que sea, y descubrirás un nuevo fenómeno que siempre ha estado presente, pero del cual no has estado atento, no has estado consciente. Tu mente se volverá completamente silenciosa a medida que sientas la presencia de la existencia siempre viva. Dios existe en la eternidad. El único punto en donde la eternidad se encuentra con el tiempo es en el presente. El presente es el único momento que existe.

 

Veamos a Marianne Williamson exponer algunas reflexiones del miedo, el amor y la madurez cósmica...

 

MIEDO Y AMOR

Hay un profundo terror a no ser amados por quienes somos. Sin más. Por SER.

 

Sentimos que si realmente nos vieran como somos, si vieran esta verdad, dejarían de amarnos. Y así el tesoro tan precioso que está dentro de nosotros permanece oculto, en una gruta oscura, húmeda y profunda. Y hay un eterno anhelo de vida, el de esperar ser descubiertos. Vistos. Reconocidos. Esperando en silencio que este tesoro sea visto por otros ojos, pero manteniendo en secreto su existencia… ¿Cómo puede nadie descubrirlo?

 

¿De dónde viene este miedo?

 

Hay muchísimos factores que han influido en su origen y en cómo se ha ido alimentando a lo largo de nuestra vida. Nuestras heridas más profundas derivan de nuestra necesidad insatisfecha de amor incondicional por parte de nuestros padres o las figuras que estuvieron a nuestro cargo cuando éramos niños.

 

De la necesidad de haber sido vistos y reconocidos. Que cada una de nuestras partes fueran acogidas. Que todos los rinconcitos de nuestro Ser fueran honrados. De su incapacidad para esto. Su incapacidad que afectó a la nuestra. Crecimos internalizando la idea de que no somos dignos de amor. Que hay algo profundamente mal en nosotros.

 

Tememos que la verdad de lo que somos no sea aceptable. Así nos anestesiamos desarrollando mecanismos de defensa, estructuras y corazas que nos desconectan de nuestro cuerpo, y de la vida misma. Si no estamos en nuestro cuerpo, no estamos aquí.

 

El amor es aquello con lo que nacimos. El miedo es lo que hemos aprendido aquí. El viaje espiritual es la renuncia al miedo y la nueva aceptación del amor en nuestro corazón. El amor es el hecho existencial esencial. Es nuestra realidad última y nuestro propósito sobre la tierra. Tener plena conciencia de él, tener la vivencia del amor en nosotros y en los demás, es el sentido de la vida.

 

NUESTRO MIEDO MÁS PROFUNDO

 

El amor expulsa el miedo de la misma manera que la luz expulsa la oscuridad.

 

Nuestro miedo más profundo no es el de ser inapropiados. Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta. Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso? Más bien, la pregunta es: ¿Quién eres tú para no serlo? Eres hijo del universo.

 

No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras. Nacemos para poner de manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros, como lo hacen los niños. Has nacido para manifestar la gloria divina que existe en nuestro interior.

 

No está solamente en algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno. Y mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo. Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás.

 

Cada uno de nosotros tiene una recamara interior que podemos visitar para ser purificados de sentimientos y pensamientos basados en el miedo. Esta recamara, el sanctasanctórum, es un santuario de luz. Como dejamos que nuestra luz brille, inconscientemente damos permiso a otros para hacer lo mismo. A medida que nos liberamos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera a otros en realidad.

 

A menudo tenemos miedo de mirar nuestra sombra porque queremos evitar la vergüenza o el bochorno que viene junto con admitir errores. El miedo es una ilusión, un delirio. Nuestra locura, nuestra paranoia, nuestra angustia y nuestros traumas son imaginarios. Tenemos miedo de morirnos jóvenes y también de envejecer. Tenemos más miedo de la vida que de la muerte.

 

La oscuridad es simplemente la ausencia de luz, y el miedo no es más que la ausencia de amor. Por eso siempre es el amor es con lo que hemos nacido. El miedo es lo que hemos aprendido aquí. Utilicemos el amor para expulsar el miedo de la misma manera que la luz expulsa la oscuridad.

 

VOLVER AL AMOR

 

No estamos retenidos por el amor que no recibimos, sino por el amor que no ofrecemos.

 

Cuando somos verdaderamente sinceros con nosotros mismos, nuestro problema no es que las oportunidades de éxito no hayan aparecido. Dios siempre está expandiendo nuestras posibilidades. Se nos dan multitud de oportunidades, pero tendemos a sabotearlas. Nuestras energías conflictivas lo echan todo a perder. Pedir otra relación u otro trabajo no nos sirve de mucho si en la nueva situación nos vamos a mostrar exactamente tal como nos mostramos en la anterior. Mientras no nos sanemos de nuestros demonios internos, de nuestros hábitos mentales atemorizantes, convertiremos cada situación en la misma dolorosa tragedia que la anterior. Todo lo que hacemos está impregnado de la energía con que lo hacemos. Si estamos frenéticos, nuestra vida será frenética. Si estamos en paz, nuestra vida será pacífica. Así, en cualquier situación, nuestro objetivo es la paz interior. Nuestro estado interno determina las experiencias de nuestra vida, y no nuestras experiencias las que determinan nuestro estado interno.

 

El término «crucifixión» alude a la pauta energética del miedo. Representa el sentimiento limitado y negativo del ego, y la forma en que éste siempre intenta limitar, contradecir o invalidar al amor. El término «resurrección» alude a la pauta energética del amor, que reemplaza al miedo y lo trasciende. La función de un obrador de milagros es el perdón. Al realizar nuestra función, nos convertimos en canales para la resurrección.

 

Dios y el ser humano son el equipo creativo fundamental. Dios es como la electricidad. Una casa puede disponer de instalación eléctrica, pero si no hay ningún aparato eléctrico, ¿de qué servirá? Si vemos a Dios como la electricidad, nosotros somos Sus lámparas. No importa el tamaño de la lámpara, ni su forma ni su diseño. Lo único que importa es que esté conectada. No importa quiénes somos, ni cuáles son nuestros dones. Lo único que importa es que estemos dispuestos a que Él nos use a Su servicio. Nuestra disposición, nuestra convicción, nos dan un poder milagroso. Los servidores de Dios llevan la impronta de su Maestro.

 

«Las lámparas sin electricidad no dan luz, y la electricidad sin lámparas, tampoco. Juntas, sin embargo, eliminan toda oscuridad.»

 

LA MADUREZ CÓSMICA

 

Criatura de Dios, fuiste creado para crear lo bueno, lo hermoso y lo santo.

 

A medida que nos convertimos en canales más puros para la luz de Dios, se intensifica nuestro apetito de la dulzura que es posible lograr en este mundo. La meta de un obrador de milagros no es pelear con el mundo tal como es, sino crear el mundo que podría ser.

 

Limitarse a tratar el síntoma de un problema no es en realidad tratarlo. Tomemos las bombas nucleares, por ejemplo. Si todos nos empeñamos mucho, firmamos suficientes peticiones y elegimos funcionarios nuevos, podremos erradicarlas. Pero, ¿de qué nos servirá eso, en última instancia, si no nos liberamos del odio que hay en nuestro corazón? Nuestros hijos o los hijos de nuestros hijos fabricarán una fuerza destructiva más poderosa que esas bombas, si aún siguen albergando dentro de sí el miedo y el conflicto.

 

Todo en el universo físico forma parte del viaje que nos adentra en el miedo o del que nos devuelve al amor, según de qué manera lo use la mente. Lo que dedicamos al amor se usa con fines de amor. De este modo, trabajamos dentro de este ilusorio mundo, en el nivel político, social, ambiental o en lo que sea, pero reconocemos que la verdadera transformación del mundo no proviene de lo que estemos haciendo, sino de la conciencia con que lo hagamos. De hecho, lo único que hacemos es ganar tiempo hasta que la verdadera transformación de las energías globales tenga oportunidad de abrirse paso.

 

Recuerden: «El mundo es un universo holográfico, en el que cada pieza contiene el todo. El universo conspira en cada instante para traer paz y felicidad. En cada comunidad hay trabajo por hacer. En cada nación hay heridas que sanar. En cada corazón está el poder para hacerlo.»

 

MARIANNE WILLIAMSON

RESPONSABILIDAD HACIA LA EXISTENCIA

 


LA RESPONSABILIDAD

Hay hombres que va en contra de la existencia y no siente ninguna responsabilidad.

 

Cuanto más entro en meditación, más responsable me siento de mí mismo y de la situación existente en todo el mundo. ¿Cómo es posible?

 

Es lo mismo, se trata de la misma pregunta. Cuanto más seas tú mismo más responsable te sentirás del mundo porque te estás convirtiendo en parte del mundo, no estás separado de él. El hecho de ser tú mismo implica una tremenda responsabilidad, pero no es una carga. Es una alegría poder hacer algo por la existencia.

 

La existencia ha hecho tanto por ti que no hay forma de devolvérselo. Pero hay algo que puedes hacer. Será muy pequeño en comparación con lo que la existencia ha hecho por nosotros, pero demostrará nuestra gratitud. La cuestión no reside en si es mucho o es poco; la cuestión está en que es nuestra oración, nuestra gratitud, y nuestra totalidad está implicada en ella.

 

Sí, ocurrirá: cuanto más seas tú mismo, más sentirás responsabilidades que no habías sentido antes.

 

Esto me recuerda... En vida de Mahavira, el más importante de los filósofos Jainas,..., él va peregrinando de pueblo en pueblo con su discípulo más cercano, Goshalak. Y la cuestión que están discutiendo es la siguiente: Mahavira insiste en que «tu responsabilidad hacia la existencia muestra en qué medida has alcanzado tu auténtica realidad. No podemos ver tu auténtica realidad, pero podemos ver tu responsabilidad.»

 

Mientras van caminando se encuentran con una plantita. Y Goshalak, que es un lógico, arranca la planta y la tira. Era una planta pequeña con una raíces también pequeñas. Mahavira dijo: «Eso es una irresponsabilidad. Pero no se puede hacer nada contra la existencia. Puedes intentarlo, pero te devolverá el disparo.»

 

Goshalak dijo: «¿Qué puede hacerme la existencia? He arrancado la planta; ahora la existencia no puede devolverle la vida.»

 

Mahavira se rió. Entraron en la ciudad y se dispusieron a mendigar su comida. Después de comer volvieron a pasar por el mismo lugar y se quedaron sorprendidos: la planta había vuelto a enraizar. Mientras estaban en la ciudad había comenzado a llover y las raíces de la planta, con ayuda de la lluvia, volvieron al suelo. Las raíces eran pequeñas, hacía viento y el viento ayudó a la planta a mantenerse en pie.

 

Para cuando volvieron, la planta ya estaba en su posición normal. Mahavira dijo: «Mira la planta. Te dije que no puedes hacer nada contra la existencia. Puedes intentarlo, pero eso se volverá contra ti, porque te separará cada vez más de tu existencia. No te acercará más a ella. Simplemente mira la planta. Nadie podría imaginar que esto iba a ocurrir, que la lluvia y el viento juntos iban a conseguir que volviera a enraizar. Va a vivir su vida. Nos parece una planta pequeña pero es parte de un vasto Universo, de una vasta existencia, del mayor poder que existe.»

 

Y Mahavira dijo a Goshalak: «Desde este momento nuestros caminos se separan. No puedo permitir que viva conmigo un hombre que va en contra de la existencia y no siente ninguna responsabilidad.»

 

Toda la filosofía de la no-violencia de Mahavira puede expresarse mejor como una filosofía de veneración de la existencia. La no-violencia es simplemente parte de ella.

 

Es algo que seguirá ocurriendo: cuanto más te encuentres a ti mismo, más responsable te sentirás de cosas que nunca antes te habían importado. Haz que ese sea tu criterio: cuanto más responsable te sientas de la gente, de las cosas, de la existencia, más tranquilo puedes sentirte porque estás en la pista adecuada.

 

LA SENSIBILIDAD DE RAS BIHARIDAS

 

Uno de mis profesores universitarios, el doctor Ras Biharidas -que era un anciano- había vivido toda su vida solo porque se sentía tan contento y tan alegre consigo mismo que nunca necesitó a nadie.

 

Era el director del departamento, por lo que tenía un gran bungalow, y vivía solo en él. A medida que nos fuimos conociendo se fue mostrando muy amoroso conmigo, era como un padre. Me dijo: «No hace falta que vivas en una residencia, puedes venir a vivir conmigo. Toda mi vida he vivido solo...». Solía tocar el sitar; quizá mejor que ninguna otra persona a la que yo haya oído, y eso que he oído a los mejores. Pero nunca lo tocaba para entretener a la gente, solo tocaba por pura alegría.

 

Y tenía unos horarios que nadie habría imaginado...; solía tocar el sitar todos los días a las tres de la mañana, y había estado tocándolo durante setenta años. Las dificultades surgieron desde el primer día porque yo solía leer hasta las tres de la mañana y después me iba a la cama, justo cuando a él le llegaba la hora de despertar.

 

Y esto era una molestia para ambos porque a mí me encantaba leer las cosas que me gustaban no en silencio, sino en voz alta. Cuando únicamente lees con los ojos solo puede haber una conexión parcial. Pero cuando lees poesía en voz alta entras en ella, por un momento te conviertes en el poeta. Te olvidas de que es la poesía de otra persona y se convierte en parte de tu sangre, de tus huesos, de tu tuétano.

 

Naturalmente le costaba dormir. Y cuando yo iba a dormir a las tres también me costaba caer dormido. Él estaba tocando sus instrumentos eléctricos: la guitarra, el sitar, y demás instrumentos, muy cerca de mí, justo en la habitación de al lado. En dos días ambos estábamos cansados de la situación.

 

Él me dijo: «Quédate a vivir en esta casa, ¡yo me voy!».

Yo respondí: «No tienes por qué irte, ¿y a dónde irías? Por lo menos yo tengo plaza en la residencia. Yo me iré».

Pero el dijo: «No puedo decirte que te vayas. Te quiero, me encanta que estés aquí. Pero los hábitos de cada uno de nosotros son un peligro para el otro. Nunca me he inmiscuido en la vida de nadie ni nadie se ha inmiscuido en la mía. Y, como te conozco, sé que no te vas a inmiscuir en mi vida. ¡Pero eso nos matará a los dos! No me vas a decir: "Cambia de horario." Yo no puedo pedirte que dejes la casa; por eso te digo que me voy, quédate a vivir aquí.»

Yo le persuadí: «No puedo vivir aquí. Una vez que te vayas la universidad no lo permitiría, esta casa te ha sido asignada a ti. Yo tengo que ir a mi residencia.» Me acompañó hasta la residencia con lágrimas en los ojos.

Lo he recordado en este momento porque nunca he conocido a nadie en mi vida que fuera tan sensible, tan cuidadoso. Incluso si chocaba accidentalmente con una silla, le pedía perdón... a la silla. Le dije: «Doctor Biharidas, ¡esto es ir demasiado lejos!».

 

Y me respondió: «Así es como me siento. He golpeado a la pobre silla. Ella no puede hablar; si pudiera, se sentiría enfadada. Y ella es parte de la totalidad de mi cosmos, me ha servido y yo no me he mostrado amistoso con ella; la he golpeado. Tengo que pedirle perdón.»

 

La gente de la universidad pensaba que estaba loco: en este mundo no se puede pensar que un hombre que pide perdón a una silla esté cuerdo. Pero yo le observé cuidadosamente y era una de las personas más sanas. Era tremendamente responsable.

 

No me podía decir... que era su casa. Podría haberme dicho: «Lee en silencio», o «lee en otro momento», o «lee mientras toco mis instrumentos.» Pero él nunca haría algo así. Eso hubiera sido sencillo, es lo que todo el mundo hace. Pero su sensibilidad y su profundo respeto por la otra persona... incluso su veneración por las cosas era impecable.

 

La gente observaba su comportamiento y pensaba: «no está en su sano juicio.» Pero nadie se molestaba en pensar que estar en su sano juicio hace que la gente se sienta responsable, tan responsable que a los demás les puede parecer un loco.

 

MAHAVIRA Y LA EXISTENCIA

 

Por ejemplo, durante toda su vida Mahavira solo durmió sobre un costado. No cambiaba de lado por la noche. Cuando le preguntaron por qué, él respondió que vivía desnudo, no tenía nada, se tumbaba directamente sobre el suelo... Y si cambiaba de lado, alguna hormiga, algún pequeño insecto podría verse aplastado... y él no quería que ocurriera. Su responsabilidad hacia las cosas pequeñas simplemente demuestra su integridad en relación a la existencia.

 

Su forma de mendigar os aclarará a qué me refiero. Ninguna otra persona, en ningún lugar del mundo, ha hecho algo que demostrara tanta confianza en la existencia. Por la mañana, después de su meditación, visualizaba bajo qué condiciones recibiría su alimento de ese día. Y a veces pasaban treinta días antes de que pudiera recibir comida alguna porque lo que había visualizado, una condición particular, no se cumplía. Cosas extrañas...

 

Por ejemplo, pensaba que aceptaría comida si la mujer de la casa donde estaba mendigando salía a darle comida con un niño en brazos mamando de su pecho. Solo entonces aceptaría comida de aquella mujer; si no era así, daba el día por hecho. Al día siguiente volvería a intentarlo. Su gente le repetía constantemente: «¡Esto es extraño! Ha habido grandes ascetas... se puede ayunar todo lo que uno quiera, pero esto es otra cosa.»

 

Él les dijo: «No se trata de ayunar. Lo estoy dejando en manos de la existencia y creo una condición para saber si la existencia quiere que tome alimento este día o no. Es algo entre la existencia y yo. Si la condición no se cumple, eso significa que la existencia quiere que ayune. No es mi ayuno, sino que simplemente la existencia no quiere que coma hoy, y la sabiduría de la totalidad es mayor.»

 

Y a veces se cumplían condiciones tan extrañas que nadie las hubiera creído posibles. Por ejemplo, una de las condiciones que se cumplió... después de trece días de ayuno y de hambre siguió adelante, no cambiaría de condición hasta que aquella condición se cumpliera. Solo la cambiaría cuando se hubiera realizado; y entonces añadiría una segunda condición.

 

La condición era que una princesa -no una mujer ordinaria, sino una gran princesa- con las piernas encadenadas y las manos esposadas... si ella le ofrecía alimento, lo aceptaría. Pero esto es pedir algo muy absurdo. Para empezar, si era una princesa, ¿por qué tendría las manos esposadas y los pies encadenados? Y si estuviera esposada y con los pies encadenados, ¡estaría en la cárcel! Podría ser una princesa, pero no podría ofrecerle comida.

 

Pero ocurrió que uno de los reyes se enfadó mucho con su hija -cuyo nombre era Chandana- y por eso ordenó que la mantuvieran esposada y encadenada durante veinticuatro horas. Pero no la llevaron a la cárcel, podía moverse libremente por su casa.

 

Y cuando llegó Mahavira... Y esa era la cuestión que había creado todo el problema: ella quería ofrecer alimento a Mahavira. Ella le amaba, le encantaba su forma de pensar, pero su padre estaba absolutamente en contra. Por eso estaba encadenada y esposada; así no podría salir de casa porque se sentiría muy avergonzada.

 

Cuando llegó, Mahavira iba acompañado por miles de seguidores.

 

Pero ella salió con su comida y los miles de seguidores no podían creer lo que estaban viendo, porque aquel mismo día, después de trece días de ayuno, habían insistido: «Mahavira, nos gustaría saber ¿Cuál es la condición?». No se lo vamos a decir a nadie; solo queremos saber si tus condiciones tienen algún sentido. ¿Es la existencia lo suficientemente cuidadosa, lo suficientemente compasiva? ¿Le importas? Por una vez queremos saber: ¿Cuál es la condición?».

 

Él dijo: «Esta es la condición...». (La condición de la Princesa).

Le respondieron: «Por Dios, ¡quizá no se cumpla nunca!».

Y Mahavira dijo: «Eso simplemente significaría que la existencia no me necesita. No, tengo queja; quizá mi trabajo se haya completado, y soy una carga innecesaria.» Pero la condición se cumplió.

Semejante confianza en la existencia, semejante confianza inalterable, se presenta cuando empiezas a tomar responsabilidades. A medida que te vas sintiendo más responsable de las pequeñas cosas que te rodean, la respuesta de la existencia se multiplica por mil.

 

No eres un perdedor.


OSHO

LA NO VIOLENCIA INTERNA ES LA PAZ

 


LA NO VIOLENCIA INTERNA

La no violencia comienza contigo mismo.

 

No hay otro momento mejor que éste para experimentar paz, para ser paz. Lo mejor de todo es que no requiere de un gran esfuerzo convertirte en ello; al contrario, solo es necesario dejar de tratar, y darte cuenta que muchos de los hábitos aprendidos están dirigidos a creer que la vida y las relaciones humanas son complicadas, y que se requiere mucho esfuerzo para que las cosas cambien y pueda haber calma en el mundo.

 

Esto está muy bien, sin embargo no te das cuenta que la violencia que ves fuera de ti es solo un reflejo de lo que está sucediendo adentro, con toda la violencia interna que está presente a diario, y que es tan cotidiana que ni te das cuenta de ella.

 

Un simple pensamiento de culpa, recriminación, juicio o queja, desencadena pensamientos que a su vez generan otros pensamientos, y cuando te das cuenta, has pasado todo el día recreando tales eventos. Así terminas por darles tanta importancia que crees que son reales, vitales y decisivos. Luego te juntas con otras personas y comienzas a comentar la inmensa angustia que sientes y lo terrible que son tus problemas. Comienzas a competir con tus allegados para demostrar que tu situación SÍ es de verdad dramática y que nadie está pasando por algo tan desesperanzador como tú.

 

El otro extremo de esta auto violencia hacia ti mismo es quedarte callado. Ver desde la barrera cómo pasan tus días y no expresar lo que hay allí porque refuerzas un continuo pensamiento que te dice: “para qué hacer tal o cual cosa si todo va a seguir igual”. Así te vas quedando en una queja silente y corrosiva. No le pones límites a los otros, pero además, te estás irrespetando a ti mismo al no atreverte a comunicar lo que sientes, quieres, esperas.

 

¿Qué pasa si te digo que estos pensamientos NO son verdaderos? ¿Qué pasa si te digo que ni siquiera te pertenecen? ¿Qué pasa si te digo que puedes elegir encontrarte con un espacio interior que es PAZ? Este espacio subyace dentro de ti, más allá de toda confusión, caos y duda. Siempre está allí, es permanente y es pleno.

 

Mi intención no es que me creas de buenas a primeras. Solo permítete la pregunta de cuántas veces has experimentado paz dentro de ti… Y observa y deja que vengan los recuerdos. Quizás algunas ocasiones estén relacionadas a momentos, a lugares en los que estuviste, a encuentros con otras personas. No importa qué tan fugaces hayan sido, solo haz memoria. Verás que nadie te recreó ese momento, simplemente la sensación de paz surgió dentro de ti, tal y como siempre ocurre, porque no necesitas que algo externo suceda para que experimentes serenidad.

 

Al contrario. Cada vez que a voluntad te pones en contacto con esa energía interna, con tu esencia, la vas convirtiendo en un hábito. Así eres capaz de ver cómo substituye otros que solo te producen desasosiego, frustración y más violencia interna. Puedes hacer una gran lista de aspectos que tiendes a criticar o recriminarte, que quizás te generen sentimientos de culpa o arrepentimiento. ¿Será posible cambiar los hechos, tu actitud, esos hábitos que repruebas?. Quizás no… Pero estoy segura que puedes comenzar por cambiar la forma como te relacionas contigo mismo y sustituir esta violencia por gentileza.

 

Primer ejercicio, si decides hacerlo: abraza quien eres, aprende de tus decisiones y a observar tus acciones.

Segundo ejercicio: sé claro contigo mismo y ubica tus detonadores de esa violencia interna para que comiences a observarlos, solo observarlos; luego, piensa dónde está el aprendizaje para ti y qué puedes hacer.

Solo hazlo con gentileza. ¡Atrévete!

 

LA FELICIDAD ES TU DECISIÓN

 

Si no peleas con tus pensamientos experimentas paz y felicidad.

 

“La felicidad no es algo ya hecho. Se trata de tus propias acciones.” Dalai Lama

 

A menudo veo cómo la gente cercana, en la calle, en mi consulta, habla de su desánimo, de no tener ganas de hacer nada, de estar cansados. Se sienten angustiados o tristes, dicen que no tienen las riendas de sus vidas porque están detenidos por el miedo. Entonces escucho a otros tantos comentando que tienes que combatir tus miedos y quizás esto le funcione a algunos, pero definitivamente no a todos. La sola idea de combatir esta violencia interna con más violencia quizás sea una nueva razón para incrementar la parálisis o la sensación de ella.

 

Qué tal si encuentras una forma de no combatirlo o más bien, aprender a observarlo, identificándolo cada vez que aparece, en qué situaciones se hace presente y de una forma muy gentil aprendes a respirar en su presencia de una manera natural y simple. Finalmente, no te detienes frente a ése miedo sino que el mismo ritmo de tu respiración se convierte en fluidez, en valentía, en energía que te calma y hace que aún en su presencia puedas tomar las decisiones que sabes están allí desde hace tiempo, que evades, que pospones y no te atreves a asumir.

 

Es posible ir a través del miedo. Cada vez que lo observas comienza a atenuarse. Es como cuando meditas. Al principio quizás pareciera que hay más pensamientos, más sensaciones físicas, pero solo es el resultado de que te estás separando del caos de tu mente porque te detienes y observas lo que realmente sucede. Por otra parte, tu sistema nervioso comienza a desestresarse; estás observando con atención plena y aprendiendo a llevar tu enfoque al silencio, descubriendo que siempre ha estado allí, estás haciendo el hábito de identificarlo, respirarlo, hacerlo tuyo… Entonces, al descubrir esa maravillosa experiencia incluso con todos esos pensamientos, sin pelearte con ellos, pareciera que van desapareciendo o que el volumen de esa voz tortuosa en tu cabeza disminuye y experimentas paz.

 

Con el miedo sucede igual. La forma como te relacionas con el silencio es la misma forma como te relacionas contigo mismo y con los demás. Son patrones de conducta que aprendemos pero que podemos cambiar. Una vez que lo ves de frente parece que es aún más grande, más inhóspito que antes, pero con total gentileza hacia ti puedes aceptar que es solo otra oportunidad en tu vida para que tú puedas trascenderlo y reafirmar aquello que realmente deseas, sin importar que se llame, paz, abundancia, amor, felicidad o plenitud.

 

Eso es ser gentil. Eso, es lo único que se requiere para comenzar con el hábito de ser totalmente claro contigo, con los otros. Los estudios científicos varían en la determinación del tiempo que se requiere para crear un hábito: 21 días, 40, 3 meses. Sin importar el tiempo, lo que realmente es destacable es que para crearlo necesitamos voluntad férrea, claridad total acerca de qué es lo que te motiva a ir por él, es decir: cuál es tu deseo, y comenzar. Entonces por un lado tienes el miedo y por otro, ése deseo inmenso que te llena, te inspira, que anhelas para ti, ahora.

 

Tienes que tener el coraje de escuchar tu corazón y ver con total y absoluta claridad quién eres en realidad, qué deseas justo en este momento, para ti, para nadie más. Este juego maravilloso que es la vida se trata de ti, tu bienestar, de tu pasión en acción, sirviendo a tus propósitos más elevados, a tu propia paz. Convertir ése deseo en simple inspiración cotidiana y en pequeñas acciones te mueven del miedo a la felicidad de forma constante, de la frustración al bienestar de forma amorosa. Son solo hábitos nuevos, pero tú puedes crearlos, solo tienes que estar plenamente enfocado desde tu corazón.

 

Entonces te pregunto nuevamente, ¿qué es eso que más deseas en este momento de tu vida aún a pesar del temor que pueda haber…? No importa si es la cosita más pequeña del mundo o si es un abstracto, como amor, calma o bondad. Quizás no es la decisión más cómoda porque requiere de todo tu enfoque y de tu implacable voluntad que veas a través de tus miedos escuchando con total claridad ésa voz profunda que viene desde tu corazón, tu intuición, el Silencio.

 

¿QUÉ ESTÁS ESPERANDO?

 

Vale tu vida el emprender las acciones de tu propia felicidad.

 

Acciones para tu felicidad… Observar y trascender tus miedos...

 

Cada vez que sientas que ésa sensación de miedo viene, respira conscientemente, pausado, lento, profundo.

Pon toda tu atención en el ritmo de tu respiración y observa las sensaciones físicas, los pensamientos, observa…

Puedes hacerlo con tus ojos cerrados o abiertos.

Practica todas las mañanas, tardes y/o noches, entre 10 y 20 minutos.

Mientras observas, mantente atento, sabrás que desde el silencio que se asoma están las verdaderas respuestas, todas las certezas de tu corazón.

 

SAKTI ISHAYA