Lao Tsé establece las
virtudes que hemos de tener para vivir conforme al Tao: piedad, magnanimidad,
abnegación, honestidad, introspección, inactividad y enseñanza.
Lao Tsé establece las
virtudes a tener para vivir conforme al Tao: piedad, magnanimidad, abnegación,
honestidad, introspección, inactividad y enseñanza. Ilustración de widodo
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Lao-Tsé, Laozí o Laocio
son tres maneras de nombrar al que es uno de los filósofos orientales más
admirados, junto a Confucio y Buda. Vivió en los siglos VI y V a. C. y su
influencia es, todavía hoy, inmensa.
Fundador del taoísmo y
autor del Tao Te Ching, Lao-Tsé es el padre de una filosofía eterna, que sigue
hoy igual de vigente que cuando él vivía. El pensamiento oriental no puede
entenderse sin las enseñanzas de este filósofo, unas guías inestimables para
vivir la vida de acuerdo a la naturaleza y alcanzar la serenidad del alma.
1 El Tao. Traducido
como «el camino» o «la vía», el Tao es el orden innombrable, inmanente, del
universo. La ley eterna que lo aglutina todo: lo vivo y lo inerte, lo real y lo
místico, lo concreto y lo abstracto. La enseñanzas de Lao-Tsé nos llevan a
comprender el Tao y vivir conforme a él.
2 Causa y efecto. Todo
lo que vemos es fruto de la dinámica causa-efecto. El universo y todo lo que en
él existe —tanto si lo conocemos como si no— está sometido a la mutación y el
cambio perpetuo que establece el Tao. No podemos ignorarlo, y solo aceptándolo
y viviendo conforme a sus reglas podemos vivir plenamente.
El Tao es «el camino»,
el orden del universo, que está sometido a un cambio continuo que hemos de
aceptar
3 El yin y el yang. Son
dos conceptos que representan la dualidad y el continuo cambio que gobierna el
Tao. Todo concepto, pensamiento u objeto, tiene un complemento opuesto a él que
existe, a su vez, en sí mismo y que es condición indispensable para definirlos
a ambos: frío/calor, seco/húmedo, femenino/masculino, actividad/pasividad, etc.
4 Taijitu. Es la forma
más conocida de representar el yin y el yang. El famoso círculo divido en dos
mitades curvilíneas (blanca y negra) con un punto de su opuesto en el interior.
Ha pasado de ser un icono meramente descriptivo de la filosofía taoísta a
entrar en el pop art y aparecer en todo tipo de merchandising.
5 Tao Te Ching. Uno de
los libros más famosos y antiguos de la historia, el Tao Te Ching o El libro
del Tao, es la obra en la que Lao-Tsé explica el funcionamiento del Tao y la
manera en que los hombres pueden adaptar su vida al mismo, para así vivir
conforme a su naturaleza. Es también el libro más vendido y traducido de
Oriente.
6 Vida virtuosa.
Lao-Tsé establece una serie de virtudes que hemos de tener para vivir conforme
al Tao, y entre ellas están: la piedad, la magnanimidad, la abnegación, la
honestidad, la introspección, la inactividad y la enseñanza. También hay vicios
que hemos de evitar, como por ejemplo: la violencia, la codicia, los prejuicios
y la aceptación de convencionalismos, tabúes y normas sociales sin averiguar si
están en consonancia con el Tao.
7 La no-acción. Un
principio taoísta que nos recuerda a los estoicos griegos. Lao-Tsé nos invita a
aceptar lo que sucede a nuestro alrededor y a no intentar dominar el mundo.
Este se rige por el Tao, que es perfecto, y está lejos de nuestro control. Si
intentamos dominar el Tao, lo perderemos.
«El sabio prefiere la
no-acción y permanece en silencio. Todo pasa a su alrededor como por sí mismo,
no siente apego por nada, ni se apropia de nada (…) La persona sabia existe
para el Tao y sirve únicamente al Tao». Lao-Tsé
8 Libertad. Todo lo
forzado es erróneo. El ser humano ha de vivir libre, sin ataduras. Sólo de esa
manera podemos vivir en armonía con el Tao y alcanzar la plenitud. Aquello que
nos cuesta, que no nace de la pasión, es erróneo, según Lao-Tsé. El camino del
Tao es fluido, fácil, porque está en consonancia con nuestra naturaleza. Si
algo nos frena, es probable que debamos replantearnos nuestras premisas, puede
que caminemos en la dirección equivocada…
9 Ausencia de dominio.
Hemos de confiar en el Tao y dejar que siga su curso libremente. Somos nosotros
los que hemos de adaptarnos a él y no al contrario.
«Quien pretende el
dominio del mundo para mejorarlo se encamina al fracaso. El mundo, tan sagrado
y vasto, no puede ser dominado. Quien trata de dominarlo lo empeora. Quien lo
tiene lo pierde». Lao-Tsé
10 Religión y
espiritualidad. Aunque el taoísmo nació como una filosofía, no es de extrañar
que su visión cosmológica, cargada de espiritualidad, acabara convirtiéndose en
una religión (allá por el siglo III a. C.) A día de hoy, el taoísmo sigue
siendo una de las principales religiones en Asia y es una forma de
espiritualidad dominante en el mundo. En Occidente, en el siglo XX, ganó cada
vez más adeptos, pues es una forma de metafísica que no está sujeta a dogmas o
instituciones. Quien cree en la doctrina de Lao-Tsé no rinde cuentas a nadie
más que al Tao, ni acepta órdenes más allá de él. El taoísmo ofrece, así, una
idea de religiosidad propia, individual, más cercana a la naturaleza que a los
mesías de las sagradas escrituras.
Estas son las
principales enseñanzas de Lao-Tsé, todas ellas contenidas en el Tao Te Ching,
un libro poético, críptico, que lleva de moda más de 2.000 años. Una lectura
inestimable que nos conecta con la parte más misteriosa de nuestra existencia.
Conoce a Lao Tse. Merece
la pena.
Fuente: Filosofia&Co
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