Hay actualmente muchos
casos de buscadores espirituales que han tenido una experiencia de despertar. Y
la pregunta más frecuente es: "¿Cómo puede este despertar ser plenamente
incorporado e integrado?"
Es importante saber que
hay despertar ... y que luego está la maduración del despertar. Esto se pasa
por alto a menudo en el camino espiritual. El despertar es el reconocimiento de
lo que realmente eres; en otras palabras, el reconocimiento de la luz, tu
esencia. Es como el momento en que un pequeño brote aparece en la rama de un
árbol. Y entonces el pequeño brote tiene que abrirse y convertirse en una flor.
Esta apertura es la maduración del despertar. Entre la aparición del brote y la
formación de la flor, hay mucha confusión, decepción y desilusión y entonces
surge la pregunta: "¿Cómo puedo vivir el despertar en la vida
cotidiana?"
La pregunta de cómo
puedo vivir el despertar en la vida cotidiana es en realidad prematura. La
respuesta es: espera, y deja que el brote se convierta en una flor. Sólo la
plena floración de la flor puede cumplir su destino divino. Cumplir con su
destino divino significa liberar su fragancia embriagadora en el mundo. En
plena floración, la flor es totalmente ella misma. No tiene que hacer nada. No
tiene que integrar su "ser flor" en su existencia. No tiene que
incorporar su "ser flor", simplemente ES ella misma. No hay división
interior. Es simplemente su yo esencial reuniéndose con la Totalidad de la
Vida, reuniéndose con la Unidad de la Vida.
Así que, tú también, en
la plenitud del despertar cumplirás tu destino divino. Todavía no se ha
cumplido cuando aparece el brote del despertar. Eso es sólo el comienzo. No es
el fin, no es el destino. En la plenitud de tu despertar, no hay división
interior. En la plena floración del despertar, hay un reconocimiento de
"ser despierto" en ti y hay un reconocimiento de "ser
despierto" en todo, en todas las cosas. Y lo que está despierto en ti se
mueve a través de ti como (siendo) tu vida y tu vida se da en servicio a todo
lo que está despierto. No hay conflicto, no hay cuestión de cómo incorporar o
de qué "hacer". El aspecto y la forma de esa flor no depende de ti.
Simplemente se mueve a través de ti como (siendo) tú. Y entonces el Corazón de
Tú puede reunirse con el Corazón de la Realidad.
Y en algún lugar entre
el brote del despertar y la plena floración del despertar, en algún lugar a lo
largo de este proceso de maduración, hay muchos momentos donde los velos del
ego todavía pueden imponerse. Y se pone difícil, se vuelve complicado. Por lo
tanto, será útil echar un vistazo más de cerca a este proceso de maduración.
El brote del despertar
ocurre cuando de alguna manera somos conmocionados o catapultados fuera de
nuestra forma normal de ver las cosas. Es un cambio radical en la percepción.
Vemos las cosas desde una perspectiva totalmente nueva. Las cosas que hemos
tomado como estructuras estables ―estructuras mentales, emocionales, físicas,
políticas, económicas, sociales, culturales, e incluso estructuras biológicas―
se ven repentinamente como impermanentes. Lo que damos por sentado como
realidad es ahora visto como el terreno inestable de nuestras propias creencias
heredadas, nuestros pensamientos y sentimientos condicionados. Esto es un shock
para la mente.
En las culturas
espirituales tradicionales este cambio en la percepción vendría de la
meditación rigurosa o de la práctica devocional. Pero en estos días está
sucediendo más espontáneamente. Puede venir a través de la pérdida extrema, o
de una pena extrema, o del dolor extremo, o de la extrema belleza, o incluso
por medio de psicodélicos, y tal vez por la práctica de la meditación también.
Tal vez solo leyendo un libro. Este es el brote del despertar. Y este puede ser
experimentado como felicidad o paz, una especie de reposo profundo, o una
especie de "subidón", o alegría o éxtasis. Es la emoción de liberarse
de los paradigmas egoístas.
Este subidón espiritual
puede durar unas pocas horas, o unos días, unos meses o incluso unos pocos
años. Pero, inevitablemente, algunas partes de la estructura egoica, de la
estructura de la personalidad o de la estructura mundial salen a la vista.
Además de reposar en un vacío ilimitado, vivimos en el mundo tridimensional en
el que el ego opera maniobrando el cuerpo a través del camino, cuidando de
nosotros mismos, funcionando como un ser humano completo: esto es necesario
para la supervivencia de la forma y para la supervivencia de la especie. Por lo
tanto, aunque la verdad de ti mismo se regocija de haber sido liberada de la
prisión del ego, una parte de la estructura egoica que es necesaria para la
supervivencia humana empieza a luchar para dar sentido a todo esto. Y esto
puede llevar a confusión o decepción, o incluso terror. A veces esto provoca un
episodio psicótico y ya no se puede hacer frente al mundo tridimensional.
Entonces surge la pregunta: "Si ha habido una experiencia de despertar de
tal intensidad y de tal belleza, de tal poder, entonces ¿por qué todo ya no
tiene sentido? ¿Por qué todavía falta algo? ¿Por qué no se vive en la vida
ordinaria? ¿Por qué ya no es mi experiencia?
Esta misma pregunta
crea una desconexión, una división, un deseo de volver a ese estado de
felicidad, a ese estado de libertad última. Y esto crea un inmenso sufrimiento
psicológico. La lucha por regresar al estado despierto significa que la
búsqueda vuelve a surgir; quizás buscando otro maestro, u otro libro, u otra
enseñanza u otra práctica de meditación u otro "objeto" espiritual.
No hay nada malo con estos apoyos, pero lo que sucede es que el ego todavía se
emplea para volver a encontrar el estado despierto. En otras palabras, todavía
hay un "yo" involucrado en el estado despierto.
Cuando se reconocen
estos escollos, existe la posibilidad de reposar en eso que permanece cuando
todo lo que es falso cae, reposar en la luminosidad del mismo despertar. Esta
es la Quietud o el Silencio del Ser. Aunque, esto también puede ser un escollo.
Porque en la quietud del ser no hay movimiento ... y cuando no hay movimiento,
la totalidad de la vida no puede ser plenamente abrazada. Hay una desconexión
más sutil sucediendo aquí. Esta es una visión desigual en la perspectiva
no-dual: la perspectiva de que "el sufrimiento es una ilusión" y que
"sólo el vacío es real". Y mientras que esto es verdad en un nivel
absoluto, no lo es todo: no es la floración completa del despertar. En cambio,
hay una evitación de la sangre, el sudor y las lágrimas de ser humano. Hay en
todo momento un evitar encontrarse con el dolor o el sufrimiento. Es como si la
experiencia humana se interpusiera en el camino de la paz o de la quietud
trascendental interminable. Este es un lugar cómodo, pero no es toda la madurez
del despertar.
La plena floración del
despertar se produce cuando tanto lo relativo como lo absoluto son realmente
vistos como uno y lo mismo. Esto no es lo mismo que estar perdido en lo
relativo. Es una experiencia muy diferente, tiene una textura diferente. Es
cuando tanto lo relativo como lo absoluto son plenamente reconocidos como
inseparables, como las olas del océano. No hay división interior, no hay
conflicto, no hay desconexión interna: tanto la oscuridad como la luz están
incluidas. La luz del despertar no excluye nada. Ninguna cosa en ti ―y nada en
el mundo― está excluido del corazón del despertar.
En el corazón del
despertar, el sufrimiento puede finalmente ser atendido en todo momento. Hay
una gran diferencia entre el encuentro (conocimiento) desnudo del sufrimiento y
la historia del sufrimiento. El encuentro desnudo del sufrimiento es el
encuentro sin adulterar de la realidad cruda. No hay yo (ego) involucrado en
esto: sólo hay conciencia incondicionada del momento presente. La historia del
sufrimiento es cuando manipulamos la realidad para que se ajuste a nuestra idea
de quienes pensamos que somos. En otras palabras, hay una gran implicación del
yo en esto. Y esta implicación es algo como esto: "Esto no debería estar
pasándome a mí." O "Pobre de mí, tengo tan mala suerte. ¿Por qué
siempre me pasan cosas malas?" O "¿Por qué la vida siempre me castiga?
¿Por qué Dios siempre me castiga? ¿Qué he hecho mal?" Tan pronto como
tenemos una historia del sufrimiento, no podemos encontrarnos con el
sufrimiento en su profundidad. Encontrar (conocer) el sufrimiento en su
profundidad es liberarse del sufrimiento. Conocerlo con una historia es
defenderse de la profundidad de ese dolor. Y al defenderte de la profundidad de
ese dolor, no puedes experimentar la vida plenamente. Hay una separación y esta
separación crea la búsqueda.
Esto es lo que
significa decir "Para encontrar a Dios debemos acoger todo". Es una
línea hermosa de un poema de Rabindranath Tagore. Para experimentarte a ti
mismo como Dios, como la Totalidad de la Vida, como la Seidad misma, debes
despertar a quien eres, una y otra vez, en cada experiencia. Hay una gran madurez
espiritual en esto. Y toma tiempo, porque a medida que la luz del despertar se
mueve a través de ti como (siendo) tu vida, también se mueve hacia todo lo que
ha estado oculto en la oscuridad, todo lo que se esconde en las sombras, todos
los sentimientos y emociones y sistemas de creencias y contracciones
energéticas que han sido previamente desatendidas en tu vida como parte de tu
historia. El despertar es la parte compasiva del ser ―el corazón compasivo de
la existencia― y se mueve hacia todo lo que se encuentra en la oscuridad. Así
que todo surge para ser visto, para ser amado, para ser conocido, para ser
purificado. Y se mueve hacia todo en el mundo que ha sido no-iluminado por tu
propia percepción, tu percepción nublada.
Nuestro
condicionamiento nos separa del mundo. Nuestras creencias y nuestras opiniones
se basan sólo en la historia de nuestro condicionamiento y no en la verdad, así
que juzgamos al mundo y lo que vemos como correcto e incorrecto, bueno y malo
de acuerdo con ese condicionamiento. La luz del despertar se mueve hacia esto
para iluminar y resolver todo en la unidad de esa luz, para que ya no haya una
división en ti o en el mundo. Es como si la naturaleza de Buda en ti se moviera
hacia la naturaleza de Buda en todo. Porque incluso en la oscuridad ―en lo que
percibimos como oscuro o malo o equivocado o indigno― incluso en eso, está la
semilla de la luz. La luz del amanecer nace de la oscuridad de la noche.
El despertar es como un
imán. Se mueve hacia eso que está despierto en todo, incluso si parece no estar
despierto. Dentro de lo no-despierto está la semilla del despertar, porque es
la naturaleza inherente de todo. Así que en la plena floración del despertar,
te conviertes en un Bodhisattva. Vuelves a casa. Y tú no tiene que
"hacer" esto. Es inevitable, una opción sin elección. La flor no hace
nada. No dice "Oh, aquí está mi fragancia, debes acercarte". Si te
acercas y te impregnas de esa fragancia, entonces es perfecto. Y si no,
entonces eso también es perfecto. La fragancia todavía está aquí. Y así es en
ti, a medida que maduras hacia la plenitud del desperta.
Amoda Maa Jeevan
Este artículo está
basado en una charla dada en East Bay Open Circle (Noviembre de 2014)
Science and
Nonduality
Fuente: Mo-Dualidad
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