El laurel (laurel nobilis) es un
árbol de la familia de las lauráceas,originario del área mediterránea, donde
crece silvestre en muchos lugares.
Es una planta de crecimiento lento
que suele mantenerse como arbusto por medio de la poda, aunque con los años, si
se le deja crecer puede convertirse en un árbol que puede llegar a medir hasta
15 metros de altura.
Aparte de su follaje verde oscuro,
perenne y atractivo, sus hojas y flores son muy aromáticas. Por este motivo,
las hojas de laurel son usadas como condimento en la gastronomía europea
(particularmente en la cocina mediterranea), así como en Norteamérica y
Centroamérica.
No se da bien en climas muy fríos
pues peligra con las heladas y prefiere la media sombra.
Propiedades del laurel
El laurel posee propiedades
estimulantes del aparato digestivo, antiespasmódicas, hepáticas, carminativas,
expectorantes, antiarterioescleróticas, antirreumáticas, emenagogas, reguladoras
de la menstruación, diuréticas, antirreumáticas y dermatológicas.
Beneficios del laurel
Resulta una planta muy beneficiosa
para el aparato digestivo, ya que lo estimula aumentando las secreciones y
ayudando a los movimientos peristálticos, lo que facilita la digestión.
Es bueno en dietas de adelgazamiento
ya que favorece la eliminación de líquido, y además ayuda a combatir la
ansiedad y el estrés, ya que es una planta relajante.
Para qué sirve el laurel
Los más habituales son:
contribuye a favorecer la digestión,
ayudando al estomago, al hígado y previniendo la acidez, disminuyendo el flato
y los espasmos intestinales.
tiene efecto beneficioso sobre
enfermedades como la gripe, la bronquitis, la tos y las afecciones del aparato
respiratorio en general (faringitis, laringitis etc).
tratamiento de la arteriosclerosis y
en la mejora de la circulación sanguínea.
ayuda a combatir las enfermedades
reumáticas, aliviando el dolor y desinflamando las articulaciones afectadas.
disminuye las menstruaciones
demasiado abundantes y favorece aquellas que son pobres.
favorece la eliminación de líquido en
el cuerpo, por lo que resulta interesante tanto en caso de obesidad, como en
todas las dolencias que mejoran con la eliminación de agua y la consiguiente
eliminación de toxinas y especialmente el ácido úrico: enfermedades circulatorias,
hepáticas, gota, artritis, reumatismo, etc.
como antiinflamatorio ayuda a
combatir los dolores reumáticos al ser aplicado sobre la articulación del
cuerpo afectada por dolores reumáticos.
para el tratamiento externo de las
afecciones de la piel contra afecciones causadas por hongos, así como en
golpes, úlceras, quemaduras, acné, etc, ya que ejerce una función
bacteriostática y regeneradora de la epidermis.
la aplicación de cataplasmas de hojas
de laurel ayudar a combatir las enfermedades del pecho y la tos que normalmente
las acompaña.
su aceite esencial por su riqueza en
aromas aparece en la composición de muchos productos de perfumería, a los que
presta no solamente su aroma característico sino los efectos mencionados
anteriormente.
se usa para el tratamiento capilar,
ya que parece ser que ejerce un efecto regenerador del cuero cabelludo, así
como capacidad para combatir la caspa, seborrea y otras alteraciones
relacionadas con la caída del cabello. Por este motivo puede ayudar a prevenir
la calvicie o retrasar su aparición.
Ventajas del laurel
El laurel es una hierba medicinal muy
interesante de la cual pueden extraerse numerosas ventajas. No en vano los
romanos elaboraban en base a él sus coronas.
La digestión es por excelencia el
campo en el que mejor actúa el laurel. Siendo un excelente digestivo, el laurel
permite abrir el apetito a las personas inapetentes que necesitan llevar a cabo
una dieta para engordar. Además de facilitar el tránsito digestivo, a la vez
elimina del conducto digestivo los gases que lo obstruyen, para así facilitar
el pasaje de comida por él.
También es una planta medicinal
diurética, por lo cual es recomendada en personas que tienen cólicos en el
riñón o bien que retienen muchos líquidos.
Además es un antirreumático y
antiinflamatorio excelente. Externamente el aceite de laurel se aplica
friccionándolo sobre la piel, evitándose así dolores como la tortícolis,
lumbalgia, torceduras y esguinces de cualquier tipo y dolores musculares en
general.
Efectos Secundarios del laurel
La parte de uso más común y popular
del laurel son las hojas, si bien otros preparados concentran sus principios
activos, como aceite de laurel, infusiones, comprimidos o aceite esencial. Esto
obliga a tomarlo siempre en la dosis indicada y con asesoramiento de un experto
en fitoterapia.
El consumo de infusiones o
decocciones concentradas de laurel puede ocasionar náuseas, vómitos e
irritación de la mucosa gástrica ya que aumenta la secreción de jugos gástricos
y, por tanto, se desaconseja en caso de sufrir gastritis y úlcera o de tener el
estómago delicado.
Se han descrito casos de dermatitis
de contacto y fenómenos de fotosensibilización, reacciones que se producen en
la piel en contacto con la luz del sol, tras el uso tópico de cremas o aceites
con extracto de laurel.
Contraindicaciones del laurel
Salvo indicación expresa,
recomendamos abstenerse de prescribir aceites esenciales por vía interna:
durante el embarazo.
durante la lactancia.
a niños menores de seis años.
a pacientes con gastritis, úlceras
gastroduodenales, síndrome del intestino irritable, colitis ulcerosa,
enfermedad de Crohn, hepatopatías, epilepsia, Parkinson u otras enfermedades
neurológicas.
No administrar, ni aplicar
tópicamente a niños menores de seis años ni a personas con alergias
respiratorias o con hipersensibilidad conocida a éste u otros aceites
esenciales.
El laurel es, tras el bálsamo de
Perú, la planta que con más frecuencia produce dermatitis de contacto y
fenómenos de fotosensibilización.
Preguntas frecuentes
¿Cuándo se recolectan las hojas y los
frutos de laurel?
Las hojas de laurel se recogen en
primavera, después de la floración de la planta ya que es cuando contienen la
mayor concentración de aceite, aunque al ser un árbol perenne se pueden cortar
durante todo el año. Los frutos deben recogerse en otoño, cuando están
totalmente maduros.
En ambos casos, es conveniente
asegurarse que las plantas no han sido tratadas con insecticidas o pesticidas
que puedan afectar a la salud, para evitar intoxicaciones.
Las hojas de laurel se pueden
consumir frescas, simplemente lavándolas, o cuando ya estén secas, tanto
enteras como molidas.
Para secarlas, se pueden poner a la
sombra y en lugar seco, después de lavarlas. Se pueden almacenar en recipientes
o bolsas herméticas, en lugares alejados del calor y la luz. Se recomienda
consumirlas en menos de un año para que no pierdan su aroma.
El aceite esencial de laurel se
obtiene por destilación tanto de las hojas como de los frutos.
También se puede elaborar manteca
para utilizarla de forma externa solamente con los frutos recolectados. Para
elaborarla, se machacan los frutos y se vierten en un recipiente con agua,
llevándolo a ebullición. Cuando está cociendo, se produce una capa grasa en la
superficie que es la que debe recogerse antes que se enfríe y almacenarse en un
recipiente bien tapado.
Fuente: Mis Remedios
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