El ajo es muy conocido
y utilizado como condimento, ya que tiene uno de los sabores más intensos que
se puede encontrar en la gastronomía.
Pero además, es un
alimento repleto de buenas propiedades para la salud, además de ser un poderoso
bactericida natural capaz de luchar contra algunas infecciones del aparato
respiratorio o del digestivo, como resfriados o diarreas, tiene una gran
capacidad expectorante, por lo que sirve de gran ayuda para acabar con la tos
de origen bacteriano.
¿Sabes desde cuándo se
conocen las buenas propiedades del ajo?
El ajo, antes de
utilizarse como condimento en la cocina para dar sabor a multitud de platos, ya
era usado como un medicamento natural desde la antigüedad.
Si buscamos un poco en
la historia, hay constancia de su uso en un papiro egipcio, del año 1550 A.C,
donde se recogían 22 menciones acerca de su poder curativo para algunas
dolencias del corazón, para eliminar parásitos intestinales y para tratar
tumores. También hay constancia de su uso en la Antigua Grecia, donde su uso
era recomendado por Hipócrates por sus cualidades medicinales, y en otras
civilizaciones antiguas, se consumía para dar energía y proporcionar protección
frente a todo tipo de males.
La forma de aprovechar
mejor todas las propiedades buenas de los ajos es tomándolos crudos, ya que si
se someten a un proceso de cocción, pueden perder parte de éstas. Tomando tan
sólo dos dientes de ajo al día sería suficiente para obtener los numerosos
beneficios que pueden aportarte. Puedes añadirlos, siempre que sea posible, a
ensaladas, verduras y salsas. Pero para que realmente tenga efectos positivos
para la salud, su consumo tiene que venir acompañado de una dieta saludable, y
nunca utilizarlo como un sustituto de ésta.
En un principio,
comerlos solos puede resultar un poco arriesgado por el sabor peculiar que
tienen y por el olor que puede aparecer luego, pero, si tu estómago lo permite,
te voy a dar 15 buenas razones para que, al menos, te lo plantees.
¿Cuáles son esos
beneficios?
1. Es un buen
bactericida natural
Debido a sus compuestos
azufrados, el ajo es uno de los mejores remedios que se emplea con éxito en el
tratamiento de algunas dolencias del aparato respiratorio, como resfriados,
bronquitis o faringitis, y del aparato excretor, como las infecciones de orina
y cistitis.
2. Controla el
colesterol
La alicina que contiene
el ajo, que aparece cuando éste es cortado o machacado en estado crudo, reduce
los niveles de colesterol total y triglicéridos altos.
3. Mejora la
circulación
Al disminuir el
colesterol, lo que se consigue es evitar que éste se adhiera a las paredes de
las arterias, por lo que estarás mejorando la circulación y disminuyendo el
riesgo de padecer obstrucciones arteriales o arteriosclerosis, que son la causa
de la mayoría de infartos al corazón y derrames cerebrales.
También mejora
dolencias que aparecen como consecuencia de la mala circulación, como las
hemorroides. Este efecto proviene de la vitamina B, que reduce los niveles de
una sustancia que puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos, y del
selenio que ayuda a combatir las enfermedades del corazón.
4. Ayuda a controlar la
tensión arterial
Al mejorar la
circulación sanguínea, el ajo reduce el riesgo de formación de trombos y reduce
la hipertensión. Este efecto, se debe sobre todo, al contenido en alinasa y la
alicina, que son especialmente eficaces para mejorar la circulación de la
sangre.
5. Ayuda a prevenir
algunos tipos de cáncer
Hay estudios que
asocian el consumo de ajo crudo diario con una menor incidencia de cáncer,
sobre todo de estómago y de cólon. El motivo puede estar en un componente que
contiene el ajo que bloquea la formación de células cancerosas en el estómago,
que pueden aparecer durante la digestión de determinados alimentos.
6. Favorece la
digestión
Consumir ajo de forma
regular, favorece la secreción de jugos estomacales, y debido a su acción
antiséptica y antibiótica, es de gran ayuda para combatir numerosas
enfermedades del aparato digestivo, como las putrefacciones intestinales, la
diarrea e incluso para eliminar las lombrices intestinales, como la tenia.
7. Tiene un marcado
efecto descongestionante
Tiene un potente efecto
descongestionante en el tratamiento de las afecciones de las vías
respiratorias, disminuyendo las congestiones, promoviendo la desinfección, y
actuando como expectorante, siendo de gran ayuda para la tos con flemas.
8. Estimula las
defensas
Por sus propiedades
antivirales y bactericidas, el ajo contribuye al refuerzo del sistema
inmunológico y eleva las defensas, siendo de gran ayuda no sólo para mejorar
los síntomas de la gripes y resfriados, sino también para evitarlos.
9. Mejora las
relaciones sexuales
Al dilatar los vasos
sanguíneos y mejorar la circulación, también mejora la circulación sanguínea en
la zona genital, logrando, en el caso de los hombres, mejores erecciones, y en el
caso de las mujeres, mayor sensibilidad, y por tanto, unas relaciones más
placenteras.
10. Ayuda al buen
estado de la piel
El ajo tiene un marcado
efecto bactericida y fungicida sobre la piel, por lo que resulta de gran
utilidad en algunas dolencias de la piel como acné, verrugas, hongos de las
uñas de las manos o de los pies, e incluso para quemaduras leves.
Además, debido a su
poder antioxidante, las mascarillas realizadas a base de ajo, ayudan a la piel
y a los tejidos a regenerarse y a mantenerse jóvenes y suaves.
11. Ayuda a la
eliminación de líquidos
Tiene un marcado efecto
diurético, por lo que es de gran ayuda para eliminar líquidos corporales,
ayudando en dolencias como la artritis reumatoide, edemas y gota.
12. Es bueno para el
cerebro
Hay estudios que
indican que el ajo ayuda a incrementar el nivel de serotonina en el cerebro,
una hormona que se activa sobre todo cuando realizas algún tipo de deporte al
aire libre, por lo que te ayudará a combatir el estrés y la depresión.
13. Mejora los niveles
de azúcar en la sangre
El consumo regular de
ajo, ayuda a incrementar el nivel de insulina, reduciendo así los niveles de
azúcar en la sangre, y pudiendo ser de utilidad en caso de diabetes.
14. Protege el hígado y
la vesícula
Introducir ajo en tu
dieta diaria, te ayudará a proteger el hígado y la vesícula, manteniéndolos
saludables y fuertes.
15. Ayuda a depurar el
organismo
El ajo tiene
propiedades depurativas, por lo que ayudará a tu organismo a eliminar todas las
toxinas, y consiguientemente, mejorará el metabolismo de tu organismo, pudiendo
incluso ayudar a la disminución de peso.
Fuente: Mis Remedios
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