Será difícil cambiar algo que esté impidiendo nuestro
desarrollo mental o físico si no atendemos a eso que nos pasa. Este principio
básico del aprendizaje de sí mismo, es fundamental para emprender cualquier
proceso de adaptación personal al conocimiento del yo interior.
De esa manera, la auto observación y la atención, permiten
darnos cuenta de cómo reaccionamos, cómo realizamos nuestro trabajo y de qué
manera vivimos “sometidos” por los estímulos externos. También, de cómo los
estímulos internos como los ensueños, se superponen a las percepciones para
crearnos falsas creencias.
Es indudable que la atención de sí mismo es relevante en la
búsqueda del yo interior, porque no existe auto-aprendizaje sin atención. Así
mismo, la atención modifica el recuerdo, fija la percepción, influye sobre la
visión, afecta la acción, genera buena disposición para aprender y favorece
respuestas asertivas de la memoria como capacidad de transformación interna y
de cambio externo.
Asumir la atención de sí mismo como la capacidad que favorece
la observación del propio yo, constituye el fundamento básico para lograr
disciplina en el pensar y por esa razón, forma parte del desempeño intra y
personal de los seres humanos.
De igual manera, la inteligencia del ser humano se expresa por
medio de diversos estilos, habilidades y capacidades, algunos de los cuales
tienen su origen en mecanismos atencionales, como es el caso de la inteligencia
musical y cinético corporal que exhibe quien dirige una orquesta.
A través del estado atencional: los seres humanos expresamos,
modificamos o vigorizamos la intencionalidad sobre nuestros actos, porque
existe una relación directa entre atención e intención, por ser la intención
consecuencia del pensar y del querer hacer coherentes con la realización
personal.
La atención de sí mismo, conforma un medio para dirigir el
pensamiento hacia una acción interior determinada, razón para ser incluida como
parte de la educación intrapersonal.
Somos esclavos de la rutina por falta de atención sobre
nuestras acciones, porque ignoramos que en el desarrollo de la cotidianidad, no
somos uno sino muchos, puesto que nuestro desempeño no es de unidad sino de
multiplicidad, ya que en un momento somos fuertes, luego débiles, a
continuación sabios y después podemos ser autoritarios. He ahí la importancia
que tiene la atención de sí mismo.
Fuente: Memoria Emocional
No hay comentarios:
Publicar un comentario