SANACIÓN AMOROSA
Soy la energía
transformadora, soy vibración perfecta.
El amor es la fuerza
más sanadora en el mundo; nada es más profundo que el amor. No solo cura el
cuerpo, no solo la mente, sino también el alma. Si uno puede amar entonces
todas las heridas desaparecen. Entonces uno se vuelve íntegro. Y ser íntegro es
ser sagrado.
A menos que uno sea
íntegro, uno no es sagrado. La salud física es un fenómeno superficial. Puede
darse a través de la medicina, puede darse a través de la ciencia. Pero, el
núcleo más íntimo de uno mismo, se puede curar solo a través del amor. Los que
conocen el secreto del amor conocen el mayor secreto de la vida. Entonces no
hay miseria para ellos, no hay vejez ni muerte.
Por supuesto, el cuerpo
se volverá viejo y el cuerpo morirá, pero el amor te revela la verdad de que no
eres el cuerpo. Eres la conciencia pura, no tienes nacimiento ni muerte. Y
vivir en esa conciencia pura es vivir en armonía con la vida. La felicidad es
un subproducto de vivir en armonía con la vida.
Veamos que nos enseña
el Dr. Joe Dispenza sobre la sanación...
SÁNATE A TI MISMO
Sánate a ti Mismo, Sana
a los Demás
El producto final de
una experiencia es una emoción y las emociones son energía en acción o energía
en movimiento. Y puesto que, donde ponemos nuestra atención es donde ponemos
nuestra energía, cuánto más fuerte sea la emoción que sentimos hacia alguna
persona, más le entregamos nuestra atención y, por lo tanto, le estamos
entregando nuestra energía.
Las distintas emociones
a menudo tienen relación con los diferentes tipos de relaciones que tenemos en
nuestras vidas, las cuales se basan en cómo experimentamos o en cómo hemos
experimentado a una persona. Por poner un ejemplo, si eres una persona
dependiente, entonces es probable que tengas relaciones basadas en la
necesidad, en la dependencia o en la carencia. Debido a que las distintas
relaciones se basan en las diferentes emociones, también es probable que tengas
una relación con tu ex basada en el resentimiento o en el enojo, o una con tu
jefe basada en el miedo o en que te sientes poco valorado/a, o una con tu madre
basada en la culpa y en el sufrimiento.
Por esa misma razón, si
tienes relaciones basadas en el amor, cuanto más fuerte sea el amor que sientas
hacia esa persona, más atención y energía le estás dando. Y lo mismo ocurre con
la gratitud, el gozo, la libertad, etc. Son las emociones, las que nos permiten
unirnos energéticamente a alguien en la vida. Así que cuando tenemos una
conexión emocional con alguien y vivimos las mismas experiencias, compartimos,
nos relacionamos y estamos vinculados a través de esa misma energía porque hay
una concordancia vibracional.
Ahora sabemos que
cuando una persona cambia su energía —cuando empieza a abrir su corazón y a
sentir emociones elevadas— genera un campo magnético externo. Este campo brota
del cuarto centro, que es el centro que nos conecta con el campo unificado. El
centro del corazón es el espacio en el que los opuestos se conectan; es el
centro en el que la polaridad y la dualidad se encuentran; y es la conexión
entre la materia y el espíritu. Este es el lugar desde donde se inicia la
plenitud y dónde empieza nuestra divinidad.
Dado que, cuando
abrimos nuestro corazón, éste irradia un campo coherente, empezamos a sentirnos
menos polarizados, menos analíticos y menos ansiosos. El resultado es que
empezamos a ver la vida a través de un prisma diferente. Esa frecuencia generada
a partir de emociones elevadas transporta información, como, por ejemplo,
cuando una persona cambia su energía y empieza a desarrollar un pensamiento de
salud o de abundancia, ese pensamiento de salud o de abundancia puede ser
transportado en esa frecuencia. El pensamiento de salud no puede ser
transportado en la frecuencia o en la emoción del sufrimiento porque son
frecuencias distintas, por lo tanto, transportan un conjunto diferente de
pensamientos e información. La conclusión es que el hecho de elevar tu estado
emocional puede empezar a cambiar literalmente la forma en que te relacionas
con otras personas en tu vida. Así que, ¿qué importancia tiene todo esto?
Si mantienes relaciones
personales basadas en emociones bajas como el sufrimiento, la competición, la
frustración, el enojo, etc. (en otras palabras, estás usando a distintas
personas para reafirmar tu adicción a estas diferentes emociones o acuerdos
emocionales), cuando cambies tu energía, ya no habrá una concordancia emocional
con esa persona.
Cuando eso sucede,
puede darse una de estas dos posibilidades. La primera es que la persona con la
que has intercambiado tu vínculo emocional-energético, desaparezca de tu vida.
¿Por qué? Porque como ya no le estás prestando atención, porque ya has dejado
de sentir esa emoción, ya no le estás entregando tu poder. Y como ya has dejado
de sentir esa emoción que antes asociabas con esa persona, también has dejado
de pensar en ella. Cuando superas esas emociones y elevas tu energía, podríamos
decir que ya no hay una concordancia vibracional entre tú y esa persona.
Si sientes congoja,
culpa o vergüenza, dado que son energías vibracionales más bajas, sabemos que,
a la larga, esas emociones regulan los genes a la baja, crean dolencias
crónicas y finalmente se acaban manifestando como enfermedades. Por lo tanto,
si una persona empieza a cambiar su estado energético y a irradiar una nueva
energía al campo, ¿es posible que eso pueda afectar el sistema nervioso
autónomo de otra persona? La respuesta es un sí rotundo. ¿Cómo lo sabemos?
Porque lo hemos estudiado innumerables veces tomando hasta 750 personas o más
en una sala y pidiéndoles que abran sus corazones para generar un campo
magnético externo.
Por lo tanto, la
segunda posibilidad que puede darse a medida que vas elevando tu energía es que
en vez de que otra persona pueda bajar tu energía, si tu energía es
suficientemente fuerte, puedes arrastrar a los demás a un estado emocional más
elevado.
SINCRONIZACIÓN SANADORA
Sincronizarnos para
sanarse y sanar a los demás.
Imagínate entre 750 y
1500 personas en una sala durante un Avanzado de Una Semana irradiando un campo
magnético de amor a su alrededor desde el corazón, y a medida que el evento va
avanzando los campos individuales empiezan a sincronizarse y a entrelazarse
para crear una coherencia social colectiva. Cuando todas las frecuencias están
organizadas y sincronizadas, si el grupo mantiene sus corazones en coherencia
social —e irradia un pensamiento o una intención de amor o de sanación— se
empieza a producir un efecto no local.
Lo hemos estudiado en
nuestros eventos colocando a 50 personas que llevaban un monitor para controlar
su frecuencia cardíaca en la primera fila de nuestros talleres y pidiendo al
resto de los asistentes que mandasen a estas personas, desde la frecuencia del
amor, pensamientos como, por ejemplo: Que sus cuerpos se sanen; Que sus vidas
se enriquezcan; Que sus sueños se hagan realidad; y que la puerta a lo místico
se abra para ellos. Lo que hemos constatado es que se logró influir en los
sistemas nerviosos autónomos de todas las personas que estuvieron recibiendo
esos pensamientos desde la frecuencia del amor. ¿Cómo lo sabemos? Porque todos
sus corazones entraron en un estado elevado de coherencia exactamente en el
mismo día, exactamente en la misma meditación, exactamente en el mismo momento.
¿Y eso qué significa?
Demuestra que cuando
empiezas a cambiar tu energía, puedes sortear la mente consciente de una
persona —su pensamiento de ondas cerebrales beta— y literalmente influir en
ellas de una forma no local. Eso ocurre porque cuando alguien cambia su energía
y entra en coherencia cardíaca, su sistema nervioso autónomo se adapta a una
nueva frecuencia, y es el sistema nervioso autónomo sincronizándose con una
nueva frecuencia el que empieza a llevar al cuerpo al equilibrio, al orden, a
la homeostasis y a regularse a sí mismo. Así que, si el corazón de una persona
se está volviendo coherente exactamente en el mismo momento que el de otra, eso
necesariamente significa que esas personas están siendo influidas por la
energía de alguien —de una forma no local— y, por consiguiente, esas personas
van a sentir de una forma diferente. ¿A qué me refiero cuando digo sentir de
una forma diferente? Esas personas sintieron amor, gratitud, libertad, gozo y
compasión.
En el caso anterior,
teníamos un colectivo de más de 750 personas, pero ¿acaso es posible que cuando
realmente cambias tu estado del ser y elevas tu frecuencia, se empiecen a
producir efectos en todas y cada una de las relaciones que tienes en tu vida?
La respuesta es que, si tu energía es lo suficientemente alta, entonces tu
energía puede literalmente arrastrar a otra persona a sincronizarse con esa
frecuencia elevada. Eso es lo que ahora suele suceder habitualmente cuando
hacemos sanaciones de coherencia en nuestros talleres, lo cual produce cambios
instantáneos y milagrosos, como pueden ser: pasar de la ceguera a tener una
vista perfecta, pasar de la sordera a volver a oír, tumores que desaparecen,
remisión de cáncer de nivel IV, retroceso de la enfermedad de Parkinson, de la
EM y del Lupus, cambios en las funciones renales (como puede ser la
insuficiencia renal), cambios en el cerebro, y muchas otras cosas más.
Nuestra comunidad
incluso ha empezado a organizarse por su cuenta para llevar a cabo sanaciones a
distancia para aquellas personas que lo necesitan, al fin y al cabo, cuando
eres capaz de producir un efecto no local, no es necesario que te encuentres al
lado de una persona. ¿Por qué? Porque si realmente te encuentras en el campo unificado
—el campo de energía e información que conecta todas las cosas físicas y que
gobierna todas las demás leyes del universo, el campo en el que la separación
no existe— estás conectado a todas las cosas y a todas las personas. Por lo
tanto, cuanto más conectado estés al campo, más efectos no locales podrás crear
en tu vida.
Como ejemplo, tenemos
dos casos distintos documentados en los que un grupo de ocho personas
trabajaron en una persona que estaba en coma. En el primer caso, una persona
—que llevaba dos semanas en coma— salió inmediatamente del coma en menos de una
hora tras haberle realizado la sanación de coherencia a distancia. En el otro
caso, cuando el grupo de sanación de la coherencia empezó a efectuar la
sanación, la persona que estaba en coma mostró cambios significativos
inmediatos y, en cuestión de minutos, empezó a hablar y a mover los brazos y
las piernas poco después de haber sufrido un grave accidente de coche. Este es
un cambio no local que tuvo lugar al cambiar la energía de esa persona.
En otra historia que un
participante compartió hace poco, una mujer aparcó su coche a un lado de la
carretera para participar en una sanación de coherencia a distancia. Un oficial
de policía se detuvo junto a su vehículo y salió del coche para preguntarle qué
estaba haciendo. Cuando se inclinó hacia la ventanilla para pedirle el permiso
de conducir y la documentación del coche, se echó hacia atrás con una expresión
de desconcierto en la cara. Dio otro paso hacia atrás y se volvió a inclinar
hacia delante, de nuevo apareció una mirada de perplejidad en su cara. Se puso
derecho y se inclinó varias veces más.
¡Esto sí que es raro,
se me ha ido el dolor de espalda!, dijo, ¿Qué habrá podido pasar? Ella le
contestó, has sido amado en la totalidad.
Cuando alguien empieza
a sentir emociones elevadas, su sistema nervioso autónomo vuelve a recuperar el
equilibrio y ese es el momento en el que empieza a sanar, porque eso es lo que
hace el sistema nervioso autónomo: vuelve a organizar y a equilibrar las secreciones
hormonales, las funciones del sistema inmune, los niveles de azúcar en sangre,
la secreción de enzimas, la expresión genética, etc. También produce una serie
de más de 1300 o 1400 cambios biológicos positivos. Esta es la razón por la
cual es completamente posible que al empezar a transformarte y a sanarte a ti
mismo, también puedas empezar a sanar a los demás.
En otras palabras,
cuando te sanas a ti mismo, sanas a los demás... y el amor lo sana todo.
Cuando emulamos las
propiedades de esta conciencia Universal nos convertimos en Creadores. Cuando
vibramos con esta inteligencia amorosa nos volvemos como ella.
Joe Dispenza
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