Al encontrarnos al
borde del precipicio de un nuevo año, la luna llena en Cáncer el 26 de
diciembre sirve como un recordatorio celestial del poder transformador de la
introspección y la liberación emocional. Este evento lunar, bañado en la
energía nutritiva de este primer signo de Agua, nos invita a detenernos,
reflexionar y desprendernos de las cargas que nos han pesado durante el año
pasado.
Cáncer, el gobernante
materno de la Luna, encarna sensibilidad, cuidado y una profunda conexión con
nuestro núcleo emocional. La Luna Llena en este signo despierta nuestro brújula
interior, guiándonos hacia la autoconciencia y la sanación de heridas
emocionales no resueltas. Nos invita a abrazar nuestra vulnerabilidad, expresar
nuestros sentimientos con autenticidad y cultivar la compasión hacia nosotros
mismos y hacia los demás.
A medida que nos
acercamos al nuevo año, esta Luna Llena sirve como un recordatorio conmovedor
del poder de soltar. Nos anima a liberar los apegos, resentimientos y
arrepentimientos que nos han tenido cautivos, obstaculizando nuestro
crecimiento y felicidad. Este proceso, aunque desafiante, allana el camino para
nuevos comienzos, fomentando una sensación de apertura y posibilidad mientras
damos un paso hacia el desconocido territorio del 2024.
La luna llena en Cáncer
también enfatiza la importancia de nutrir nuestro bienestar emocional. Nos
anima a crear un santuario de autocuidado, donde podemos reponer nuestras
reservas emocionales y cultivar la resiliencia. Participar en actividades que
nos traen alegría, pasar tiempo de calidad con nuestros seres queridos y
practicar la conciencia plena son todas formas de nutrir nuestra armonía
interior y prepararnos para los desafíos y oportunidades que nos esperan.
Con la Luna viajando
cómodamente sobre su propio signo, trayendo placer a aquellos que celebran la
Navidad desde la
cultura cristiana, que invita a quedarse en casa, cocinar, disfrutar de la
tradición navideña, el Sol en Capricornio refleja una historia muy diferente,
particularmente por su relación por trígono con Júpiter en Tauro, con quien
discute las posibilidades financieras y de avance del próximo año,sin poder
detenerse en trivialidades como la Navidad. La Luna nos invita a
relajarnos y el Sol en
Capricornio, nos llena de culpa por relajarnos demasiado. La Luna a su vez, se
encuentra entrelazada en una recepción mutuacon Júpiter y ambos residen en las
exaltaciones del otro. Es decir, Júpiter en Tauro, signo donde la Luna
encuentra su exaltación y la Luna en Cáncer donde
Júpiter hace lo mismo.
Esto parece fortalecer el vínculo entre estos dos, y a nosotros los simples
mortales parece llenarnos de una especie de optimismo, que el Sol en
Capricornio, enriquece con agregada cautela. Es una buena fórmula, quenos marca
el camino a seguir, con más fé, confianza y dirección. Pero claro está, con la
Luna no se puede contar por mucho tiempo, así que agárrate a este
sentimiento de
positivismo y visión, para que puedas recordarlo aún cuando ya se haya
desconfigurado. Saturno, el Señor de los Anillos y la Responsabilidad, forma un
trígono a la Luna y sextil al Sol, y es como si quisiera confirmarnos que el
camino a seguir, aunque lleno de posibles obstáculos, promete logros
importantes y el empoderamiento interno consiguiente, al darnos cuenta que podemos
hacer más de lo que creemos, si nos lo proponemos con cordura, y sobre todo con
la disposición al trabajo duro con los ojos en la más absoluta realidad. Una
palmadita en la espalda de vez en cuando no nos viene mal.
Venus en los últimos
grados de Escorpio forma un sextil a Plutón y trígono a Neptuno, lo que nos
coloca en una posición de aceptación de los próximos cambios inminentes y los
ya realizados. La imaginación se dispara y la demanda de cambio no nos parece
tan mala idea, sino casi una prometedora aventura. Nuestra idea de amor, puede
comenzar a transformarse cuando comprendemos que la posibilidad de detener a
quien no quiere quedarse, es nula, y forzarnos a quedarnos, cuando algo nos
pide soltar lo viejo, aquello que ya no nos ayuda a crecer, inútil. A partir
del 29 de Diciembre, cuando Venus entre en Sagitario, por tanto entrando en
recepción mutua con Júpiter en Tauro (cada planeta en el signo que el otro
rige) nos ayudará a planear nuestro próximo año con más visión y cordura pero
sobre todo con los pies en la tierra. Si debes decidirte por algo, espera hasta
entonces.
La Luna Llena en Cáncer
del año, es el momento cuando la Diosa de la Noche sale más temprano que de
costumbre, como si tuviera prisa por vernos, ya que el Sol se va a dormir antes
también. Transitando su propio signo la Luna en Cáncer parece más cómoda que
nunca en el firmamento y nos augura una calma interna casi inquietante, aunque
el Sol en Capricornio y perseguido por Mercurio y Marte en Sagitario, nos puede
traer deudas impagadas y un Karma incómodo, si hemos estado negando nuestro
corazón. Por el contrario, si hemos estado en línea con los pedidos del alma,
puede favorecernos con
grandes momentos de
iluminación y apreciación por la belleza de los momentos simples, aquellos donde
el Estar es suficiente.
Feliz Luna Llena y
Feliz Año Nuevo a Todos/AS, si tienes la suerte de estar en algún tranquilo del
mundo. GRACIAS por
acompañarme por tanto años y por compartir conmigo vuestro amor por este
magnífico arte astrológico!
Cristina Laird –
Astrologia Arquetipica
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