Las guerras
mienten. Ninguna guerra tiene la honestidad de confesar yo mato para robar. Las
guerras siempre invocan nobles motivos: matan en nombre de la paz, en nombre de
la civilización, en nombre del progreso, en nombre de la democracia y por las
dudas, si tanta mentira no alcanzara, ahí están los medios de comunicación
dispuestos a inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del
mundo en un gran manicomio y un inmenso matadero.
Eduardo
Galeano
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