Caminar
hacia adentro es acercarnos a nuestra propia frecuencia y alli, en la quietud
interior, podemos escuchar la magica melodia de la vida vibrando en nuestro
ser. Cada organo en su nota y en su escala, todo armoniosamente sincronizado en
la bella melodia de la vida plena.
Los ciclos cósmicos marcar los pasos de la
danza de la vida. Bailar aquí en la tierra es una terapia de efectos
increíbles, porque movernos siguiendo la melodía, rítmicamente, nos sintoniza
con la danza de la vida que late en nosotros, armonizándonos. Fluyendo con la música
integramos todos los niveles del ser. Al danzar la mente descansa, las
emociones fluyen, damos canal a la creatividad, todo el cuerpo físico se mueve
liberando tensiones, todo esto fluyendo con la música. Bailemos solos o acompañados,
pero expresándonos libremente. Sintamos todo el caudal energético interior manifestándose
y conoceremos aspectos nuestros que desconocíamos.
Sin
especulaciones mentales, de cómo me ven los demás, o que tengo unos kilos de
mas, o que no me muevo bien, etc. Solo bailemos y sintamos el ser integrado con
la creación en el punto donde estamos y seamos concientes de esto alcanzando la
frecuencia de la felicidad de ser e irradiarlo.
Bailemos
irradiando la alegría de vivir, desde el centro del ser.
Olga
Benavidez
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