SI SUFRES BUSCA EL MOVIMIENTO

 


Cuando nos  sentimos  superados, cansados y abrumados por las circunstancias que nos rodean; claramente,  ha llegado el momento de dar un paso hacia delante y hacer un cambio radical en nuestra manera de ser.

Hay etapas de nuestra vida  donde la crisis se hace más que evidente. Sentimos angustia, soledad, ansiedad y no encontramos  una razón suficientemente fuerte para salir adelante o que nos dé esa dosis de valor necesaria para cambiarlo todo.

Somos en ese momento invadidos por un ejército  que lejos de ayudarnos,  nos  confunden y hasta nos bloquean más emocional y mentalmente.

 

No sufras!! Estos sentimientos y emociones  son muy constructivos si puedes superarlos.

Si  sientes que eres la misma persona que fuiste ayer, que el día y las experiencias que viviste no te trajeron un aprendizaje ni un cambio mínimo, una nueva idea, puede ser que no avanzaste, que no creciste, en tu camino por la vida;  de hecho, puede ser que quizás, has retrocedido.

Quedarnos estancados en el mismo lugar implica, en realidad, dar un paso hacia atrás. La vida es movimiento, es crecer, aprender, descubrir y encontrar una razón e ilusión para caminar hacia adelante. Eso es vivir… Renacer, reinventarse cada día.

En ocasiones la vida nos pone a prueba con situaciones límite que nos obligan a cambiar. Nos acontecen enfermedades, el proceso normal de crecimiento, la partida de los hijos, divorcios, matrimonios con desavenencias, pérdidas de seres queridos, etc. ¿Cuál es el problema real de todos estas circunstancias vitales? Que si no somos capaces de cambiar ante tales circunstancias, sucumbiremos ante ellas.

Todo tipo de alteración o  transformación implica que hay que tomar una nueva dirección, un nuevo destino o desarrollar una nueva manera de pensar y de actuar. Sin duda, de alguna manera, estos momentos nos marcan y definen algunas etapas de nuestra vida.

En esos momentos resulta de crucial importancia definir qué es lo que queremos lograr y quiénes somos. Siempre tenemos opciones, tenemos la posibilidad de elegir, de hacer o de no hacer. Si no nos  arriesgamos a cambiar, el precio por permanecer igual y conformarnos es aún mayor, y probablemente nunca descubramos hasta dónde hubiéramos podido llegar ni qué podríamos haber sido.

 

Para poder cambiar es importante saber quién eres.

¿Sabes cuánto te conoces?

Nuestras características, tanto las buenas como las menos buenas; nos definen, nos hacen ser lo que somos. Nuestras debilidades nos hacen crecer, aprender y mejorar, los atributos positivos o fortalezas nos dan confianza, nos alientan y nos fortalece el carácter.

Por tanto, es por ello   que  estas características no deben calificarse como positivas o negativas. Lo que dentro de un contexto determinado es una debilidad, en otro totalmente diferente  puede ser una fortaleza. Por ejemplo, una persona  mentirosa puede utilizar esta característica de su personalidad como una herramienta de  creatividad e ingenio para escribir una novela maravillosa o  bien,  para convertirse en actor profesional. Por el contrario también  y mal aplicado,  puede convertirse en una debilidad y una fuente de problemas para esa persona y para quien le rodea.

El secreto consiste en saber utilizar positivamente todas las habilidades y destrezas con las que contamos. Podemos trabajar en nosotros mismos; conocer y  aprender a utilizar de manera positiva todas  esas debilidades de nuestra personalidad para propósitos constructivos. Obsérvate y piensa en ello.

 

Te recomendamos estos objetivos de mejora personal:

Identificar el área en la que debes trabajar.

Tener presente que conocer y ser consciente de  tus debilidades equivale a descubrir un nuevo poder.

Descubrir y usar tu creatividad hasta convertir tus defectos y debilidades en fortalezas.

Actitudes que te pueden ayudar a conseguirlo:

Editar tus propios pensamientos. Es decir, que si te descubres teniendo pensamientos  negativos dales la vuelta y conviértelos en un enunciado positivo.

Las afirmaciones se deben realizar de manera concreta, en positivo, tiempo presente, en primera persona  y darlas como realizadas. (APRENDE A AFIRMAR)

Sonríe con frecuencia aunque a veces sea difícil. Está comprobado que sonreir libera neurotrasmisores (endorfina) que disminuyen el estrés. El cerebro no distingue entre una sonrisa artificial y una verdadera. Recuerda que nuestro comportamiento puede cambiar nuestras emociones.

Mantén una perspectiva y actitud positiva ante la vida y anticipa resultados favorables

Y sobre todo….  Reconoce todo cuanto tienes por poco que sea. Sé agradecido/a. Expresa siempre tu gratitud por todo y todos los que te rodean. Verás como todo a tu alrededor comienza a cambiar positivamente.

 

Fuente: EL MUNDO DEL YOGA




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