Para la
mayoría, la realidad que se percibe con la ayuda de los cinco sentidos, es la
única, o por lo menos, se la trata como tal. Así como la persona que vive en
una localidad particular toda su vida y cree que ese es el único lugar del
mundo, así igual creemos que nuestra limitada percepción de las cosas es
completa.
La ciencia
ha mostrado hasta qué punto son limitados nuestros sentidos. Solamente una
pequeña porción del inmenso espectro de ondas luminosas que penetran la
existencia diaria son percibidas por nuestros ojos, y, similarmente, tan sólo
una fracción de las ondas sonoras son captadas por nuestros oídos. En total
observamos solo una pequeña parte de la realidad que la ciencia afirma conocer.
Aún más
sorprendente resulta el hecho de que al analizar a nivel subatómico lo que
podemos percibir, encontramos que esta realidad no existe en los mismos
términos en que la observamos. Lo que vemos como materia sólida, en un nivel
subatómico corresponde a numerosas partículas que se mueven a grandes
velocidades en enormes áreas de espacio vacío. El hecho que incrementa aún más
este dilema consiste en que actualmente los científicos no pueden determinar si
estas “partículas” tienen alguna sustancia real.
Entonces, lo
que antes creíamos ser tangible y definido, es desconocido en otros niveles de
medida y hace un absurdo de nuestra comprensión y percepción.
Las
innumerables longitudes de ondas percibidas por la ciencia con instrumentos muy
sutiles, no existían para las personas hace más de un siglo. La ciencia ha
descubierto ahora estas ondas y ha aprendido a utilizar este nuevo
conocimiento.
Se puede
especular sobre lo que la ciencia podría encontrar en el futuro, pero
hace milenios algunos seres evolucionados han reconocido la miríada de formas
vibratorias que existen a través del universo, y ha descrito el proceso de
creación en términos de longitudes de ondas.
Hasta ahora,
la ciencia ha descrito únicamente la materia y la energía física en términos de
longitud de onda.
Pero
la mente y la energía psíquica también funciona en términos de
formas vibratorias u ondulares. Lo que percibimos con nuestros sentidos y que
la ciencia capta con la ayuda de instrumentos es, únicamente un nivel de
realidad relativa; el más burdo.
Por encima
de la realidad física se encuentran varios niveles mentales que no pueden ser
explorados con el uso de instrumentos físicos ni con los sentidos; deben ser
comprendidos con el uso de un instrumento más sutil: la mente a
través de la meditación.
La meditación es
un medio para resintonizar la mente, retirarla de la apreciación puramente
sensorial del mundo. Entonces podremos apreciar las esferas más sutiles de la
existencia y reconocer muchas verdades ocultas y la belleza profunda de
la existencia en que vivimos.
Fuente:
www.portalinfinito.com
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