En ocasiones me contagio de tanta soledad, vacios, tristezas y alegrías atrapadas en cada alma, en cada pecho, de las personas con las cuales converso, que sin duda, embarga la mía, por saberme en un Mundo donde pocos aman, pero se enamoran, muchos anhelan pero no saben qué, y otros tienen todo en exceso, pero quién lo recibe, no sabe admitirlo ni apreciarlo, diría que no son administradores del buen amor interno de ser humano.
Mujer, sufro
tanto como tú, porque algo de mi esta en tí, Tu savia es mi savia porque de
ella nace la vida, somos un cuerpo unificado, todos somos uno, cuando logres
calmar tu mente, de todo aquello que pueda atormentarte, tendrás la claridad
suficiente para saber que necesitas de tí que existe en tí y aún no has
descubierto, ya iniciaste un recorrido, justo ahora que haces reflexión de tu
vida, ahora ve despacio y aprende a observar todo lo que te rodea, aprende de
la belleza, de todo lo pequeño para que sea realmente grande.
Dentro de tí
hay dos entidades, una del dolor y otra de la felicidad interior, aquella que
alimentes a diario será la que te acompañe todos los días, no hay una dosis
técnica para hacerlo, porque todo está en tí y tú mente, justo ahora estás acá
y no alimentas nada, después que te liberes de leer éstas líneas, vuelves al
lugar donde estabas, pregúntate ¿donde quieres estar?, Allá en tus pensamientos
o acá en la busqueda de tí misma.
La ley y el
principio de todo en la vida inicia en tí y muere en tí, nada de lo que te digo
acá es absoluto, porque el absoluto es dios, pero si buscas en mil libros, yo
puedo preguntarte cuando termines que encontraste? Si aún, con todo lo que has
leido no has encontrado la salida, te la indico, Tú eres la puerta que abre y
cierra todos tus pensamientos y sentimientos, eres la dueña de tú propio
universo, porque eres la perfección hecha mujer, eres un ser creado para la
vida, no para el sufrimiento, Ahora que lo sabes, ya sabes donde ir.
Elías Cabeza
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