GUARDAR Y CALLAR



GUADAR  Y  CALLAR                  
Ante circunstancias que se nos pueden presentar en la vida, hagamos un esfuerzo y sepamos callar y guardar.
Callemos la respuesta airada, la replica violenta, el grito destemplador... la risa hiriente y la reclamación injusta.. callemos y quedaremos asombrados de todo lo que puede suceder con nuestro silencio de lo poco que duran las ...querellas, de lo fácil que resulta perdonar, de lo bien que nos hace sonreír y... de lo maravillosamente bello que es vivir.
Guardemos , guardemos en el corazón la noticia sensacional que no nos consta y que por nuestra desprevención al repetirla puede causar un daño irremediable.
 Guardemos el juicio temerario con que criticamos al prójimo que cae o que vacila...¡Quien sabe si ese juicio la pequeña piedra que se desmorona a sus pies y que lo lanzará al vacío...
Guardemos la opinión que hirió nuestra sensibilidad sin intención o con ella y mañana, a más tardar mañana, recibiremos el gesto cariñoso de quien quiere hacerse perdonar, porque el dardo envenenado clavo más hondo su propio corazón que el nuestro.
Guardemos el bien para solazarnos con él y el mal para suavizarlo; la alegría para que nos dure y la tristeza para que no cunda; la esperanza para que florezca y el hastío, para que se ahogue y muera; las ilusiones para que se hagan realidades y los desengaños para poder olvidarlos.
HAGAMOS DE NUESTRO CORAZÓN UN RELICARIO.
(Desconozco el autor)



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