Hay un Plan de Amor y de Gloria. Hay Quienes conocen ese Plan, pues alcanzaron la perfección y la entrega más absoluta. Hay un Sendero para llegar a Ellos/as. Démonos la mano, ahora que estamos más juntos, ahora que estamos más despiertos, ahora que tenemos más oportunidades que nunca.
Démonos la mano y avancemos unidos por ese Sendero más y más iluminado. Ahora que se derrumba esta civilización no ajustada al Superior Propósito, ahora que cunde el despiste, la desorientación, el temor...,
ahora es cuando podemos comenzar a salir de nuestras madrigueras, reunirnos en las plazas de asfalto y virtuales y empezar a susurrar esa Aurora, esa nueva civilización por fin ajustada al Plan, al Divino Designio de Paz, Amor y Fraternidad.
Ya no atajos, ya no excusas, ya no prórrogas: ¿cuándo sino ahora, cómo sino unidos y con la ayuda de los Grandes Seres? Juntos quisimos estar en este particular presente que ya ha llegado. Sí al Face, al Twiter, a los blogs, a las webs, al “Guasap” ese que no sé cómo funciona y menos se pronuncia y
sí a todas las nuevas tecnologías que el Cielo nos cede, pero no olvidemos el qué y para qué teclear; no olvidemos por qué y para qué nos citamos en esta hora; por qué y para qué solicitamos nos fueran cedidas estas potentes máquinas, estas sofisticadas herramientas de comunicación y difusión.
Vivir y aprovechar la oportunidad. Aprovechar los amigos que se fueron sumando para compartir la luz que nos va llegando. Para qué eran todos aquellos colegas en la Red sino para desnudarnos
y compartir lo esencial, la convicción de que jamás hemos estado solos y ahora aún menos; para escribir sin pudor que Arriba nunca han necesitado más de nuestra colaboración y ayuda.
Nos puede vencer la vergüenza y callar y seguir sintonizando en la superficialidad de las cosas y los aconteceres. Podemos irnos al otro lado. Nos puede ganar la exaltada emocionalidad, de la que personalmente he pecado en demasía. Hay un camino del medio y es el de la responsabilidad.
Tecleemos sólo aquello que tengamos genuina voluntad de ser y de cumplir. Afirmemos por fin, pues así nos es demandado, la existencia de los Seres realizados que nos acompañan, monitorean y asisten;
pero nuestros días puedan ser siquiera pálida sombra de los Suyos, nuestra presencia pueda ser cada día un poco más reflejo de su Presencia crecientemente patente.
Si adquirimos algún respeto y reconocimiento, si nuestras letras tomaron algún relieve fue todo para jugarlo en esta Casilla, a este Carta, en este Propósito que demandará además olvidar nuestras siglas, borrar nuestro nombre.
No nos vemos, pero quizás estemos ahora latiendo juntos, quizás nos estemos apeando del mismo tren sin horizonte; quizás estamos dejando atrás las mismas cosas pesadas, los mismos afanes sin sentido, el mismo mundo sin sostenibilidad, ni futuro.
Quizás estemos atendiendo en estos tiempos de graduación a las mismas pruebas que tantas veces nos han parecido desmesuradas. Quizás hemos elevado el mismo, irreverente e ignorante "¡Ya vale…!", cuando la derrota ha querido conquistar algún instante.
No nos vemos, pero quizás estamos ahora palpitando, elevando juntos una misma oración, el mismo y ardiente reclamo para que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan en Plan Divino en esta Tierra bendita. Aquí esta mano.
A lo largo de este Sendero tan encrespado, como apasionante; a lo largo de este presente tan exigente, como suspirado, vamos juntos compañero/a...
Koldo Aldai