LA ALEGRIA
COMO SENTIMIENTO VITAL.
Si
dejamos abiertos de par en par los sentidos y nuestro cuerpo y nuestro
espíritu, en perfecta sintonía, se dejan invadir por la Naturaleza y por la
vida que late en los demás seres, como por arte de magia nos sentiremos
inundados de la paz, la fuerza, el orden y la belleza de esa maravillosa
sinfonía de la creación en todo su esplendor. Y es que la vida en sí misma es
un generador constante de alegría.
Estar
abiertos a la Naturaleza proyectándonos sobre ella con amor y con ternura,
aspirando la fuerza del agua de los torrentes, el canto de los pájaros, el
verde amplio de las praderas, la fresca sonrisa de un niño, o el rostro añoso
de un anciano, es la forma más sencilla y natural de enriquecernos con la
alegría más sana y auténtica, la que rezuma a raudales la vida que nos rodea,
porque 1a alegría es un sentimiento vital y dondequiera que aliente
un soplo de vida, allí se encontrará la alegría.
El
niño, desde su más tierna infancia, de ser educado para la alegría poniéndole
en contacto directo con el equilibrio, el orden, la fuerza y la belleza de los
seres que le rodean. Ha de percibirlos, sentirlos Y. amarlos para sentirse y amarse
a sí mismo como parte integrante de la maravilla del Universo.
LA
ALEGRIA SE APRENDE.
Sí, se
aprende a ser alegre y el aprendizaje de la alegría debería ser tarea
primordial en el hogar y en la escuela. Si es verdad, como diría R. Guardini,
que "Educamos más por lo que somos que por lo que hacemos o
decimos"..., ser adultos alegres, cambiar nuestras actitudes deprimentes,
negativas y derrotistas por otras entusiastas, positivas y esperanzadoras,
sería la "conditio sine qua non", de una educación para los valores
humanos.
La
alegría de vivir, la alegría de compartir con otros la propia existencia ha de
ser potenciada, incrementada y enriquecida con la ejemplaridad del educador.
Esta constituye uno de los elementos esenciales de su personalidad educativa:
la encarnación ele ¡os valores que, con su ejemplo, presenta al educando de
manera experiencial y viva.
A mi
juicio, el valor de los valores o el denominador común de todos
ellos es, sin duda, la alegría.
Al erigirnos
los adultos en mediadores entre el educando y el mundo de los valores, su
asimilación quedará tanto más garantizada cuanto más los presentemos encarnados
en nuestro ser y en nuestra conducta, marcados siempre con el signo
inconfundible de la alegría.
LA ALEGRÍA SE
DESCUBRE.
El
niño descubre la alegría al sentir su propia vitalidad y su propio cuerpo en
perfecto funcionamiento. Los sentidos que le abren a la vida, te enseñan a
descubrir las primeras alegrías, marcadamente instintivas.
De
forma gozosa, la piel «se alegra» en los besos v las caricias de la madre; los
ojos disfrutan y «se alegran» con la variedad y matices de formas v colores; la
boca se «alegra» con el placer que le produce la succión del pecho materno, y
el oído se complace alegremente con los sonidos armoniosos.
Paulatinamente,
el ser humano va evolucionando hacia una alegría menos sensitiva y corporal y
más interior, profunda y espiritual en la medida en que accede a la completa
madurez mental y psíquica.
La paz
interior, la armonía y entendimiento con nosotros mismos y la aceptación de la
realidad que nos ha tocado vivir, preparan el camino hacia esa alegría sublime
que pone en paz al hombre consigo mismo y con los demás, y que sólo es posible
encontrarla, engarzada y asociada a los más nobles sentimientos que anidan en
el corazón humano.
PARA
CONVERTIR LA ALEGRIA EN HABITO.
SUGERENCIAS
Elevar
el nivel de autoestima del individuo, haciendo que se sienta importante Y
necesario en la familia, en la escuela, en el grupo de trabajo y, en
definitiva, que sea apreciado y tenido en cuenta por los demás.
Llevar
una vida ordenad' y sencilla, disfrutando de las cosas pequeñas y
cotidianas que están al alcance de cualquiera: el descanso, el diálogo
familiar, el contacto con la naturaleza, la diversión sana, el vivir
intensamente el presente... pero moderando las exigencias y deseos ya que la
búsqueda ansiosa y descontrolada de mayores satisfacciones conduce a la pérdida
del propio equilibrio interno y, por tanto, de la verdadera alegría
Pensar
siempre en positivo, no permitiendo la entrada a nuestra mente de
derrotismos y actitudes deprimentes o desesperanzadoras. Que el pasado negativo
o la inquietud v el desasosiego por el futuro no nos impidan vivir el presente
en paz y armonía con nosotros mismos.
Conseguir
que nuestra ocupación o trabajo sea fuente de alegría. Comprobar que el
trabajo no sólo es la expresión clara de nuestra vitalidad, inteligencia y
capacidad, sino que con él hacemos nuestra aportación a la sociedad,
contribuyendo de forma directa al bienestar físico, intelectual, moral o espiritual
de los demás.
Fomentar
cada día, a cada instante, los sentimientos de aceptación, de
conformidad y hasta de complacencia y alegría de la realidad cotidiana,
sea cual fuere. Tras cada sombra siempre se oculta un destello de luz. La
alegría será siempre nuestra fiel compañera cuando convirtamos en hábito el
descubrir siempre el lado bueno de las cosas.
No
te conformes con sentir la alegría dentro de ti, haz que aflore al
exterior y contágiala a quienes te rodean con palabras, actitudes y gestos que
les arrastren a compartir tu propia alegría.
Aprende
a no perder ni un instante en lamentaciones y quejas inútiles sobre algo que es
irremediable, como el jarrón que se ha roto, un día lluvioso, el robo del
coche, una enfermedad incurable... Acepta lo irremediable ya que, una actitud
de protesta y disgusto por algo que no tiene solución, te privará de la alegría
de vivir.
Convierte
la alegría en fiel comparsa de tu vida, ya que es, sin duda, el
ingrediente principal en el compuesto de la salud física, mental y psíquica.
Tomado de la web.
NOTA FINAL
Entonces
que esperas, para dejar que la ALEGRÍA te invada el alma,
solo tienes que dejarte ir, buscar ese niño que aun vive en ti, que
en un tiempo te hizo reír.
Sentir
que tu cuerpo cobra vida, con la dulce energía de saber que existir
es el regalo mas hermoso que nos fue dado por el Padre Amado.
Ve y
empieza .....
SUEÑA,
CORRE, VUELA, AMA Y SE FELIZ.
Gracias a mi
amiga Dannys!!! Lo comparto desde mi corazon, con alegria!!!!! Olga